«Las redes sociales se están convirtiendo en unos medidores de autoestima»

Ciencias de la Salud

El curso Gestión de las emociones y resolución de conflictos en el ámbito escolar, familiar y laboral, organizado por el Vicerrectorado de Relaciones con la Sociedad de la Universidad de La Laguna (ULL) y el Ayuntamiento de Arona, prosiguió su segundo día con la celebración del Módulo 3 a cargo de Silvia Pérez Rodríguez, profesora colaboradora del Departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológicos de la ULL. El encuentro tuvo lugar ayer miércoles 13 de marzo, en el Centro Cultural de Los Cristianos, espacio donde se lleva desarrollando este evento desde el pasado martes y que seguirá hasta hoy.

Tras la primera jornada impartida por Ángela Rita Martín Caballero, ayer continuaba la segunda parte de mano de Silvia Pérez Rodríguez. En una sala con 23 personas formando un semicírculo la ponente comenzó pidiendo a los asistentes que dibujaran una “Rueda de la vida”, donde tenían que distribuir en distintos apartados aspectos de su entorno para valorar el grado de felicidad.  Mientras cada uno iba exponiendo lo que había escrito y comentando algunas anécdotas, la profesora Pérez respondía con ejemplos para mejorar las relaciones en la vida y la familia con el fin de conseguir mayor bienestar y estar mejor con uno mismo y los demás.

“Las personas rígidas no permiten que se trate con ellas, y por eso no avanzan”


Pérez comentaba que a medida que las personas se van haciendo adultas se convierten en más rígidas, en el sentido de que piensan que no tienen nada que cambiar porque son así y no piensan modificar su forma de ser, añadiendo que esto con los niños no pasa, pues “todavía están en creación y desconocen muchas cosas, están para educar y reeducar, en cambio los mayores que no quieren cambiar no permiten que se trate con ellos, y como consecuencia no avanzan”.

En el transcurso del acto también se resaltó la importancia del maestro en el desarrollo de la inteligencia emocional de los niños, pues deben saber manejar determinadas situaciones que sin una serie de criterios de educación afectiva no sabrían gestionar. “Puede que un profesor castigue o eche la bronca a menudo a un alumno y después resulta que el niño vive en casa una situación muy fuerte, a lo que el educador se lleva las manos a la cabeza asumiendo que no atendió a esa necesidad puntual en ese momento”, explicaba Silvia Pérez.

La ponente afirmó además que unas personas son más capaces que otras al enfrentar contratiempos, superar obstáculos y desenvolverse mejor en la sociedad por la autoestima y las habilidades sociales, a lo que tanto los asistentes como la propia profesora coincidieron en que, en la actualidad, las redes sociales se están convirtiendo en unos medidores de autoestima, sobre todo por los “me gustas”, pues las personas se sienten más o menos aceptadas por la cantidad de interacciones que reciben.

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