Romen Carrillo: “Lo que se consigue con la química es extraordinario”

Ciencias de la Salud

“En un tiempo no muy lejano, los químicos serán capaces de construir un compuesto capaz de atacar el tejido enfermo y esquivar el sano, como si de una ‘bala mágica’ se tratara”. Estas son las palabras de Paul Ehrlich (1906) que han servido para inspirar al químico e investigador canario Romen Carrillo para desarrollar su investigación en el Instituto Universitario de Bio-Orgánica Antonio González.

Su trabajo,  el cual ha recibido una financiación de 135 000 €, se titula Pro-fármacos inteligentes auto-inmolativos como nuevos agentes antitumorales. Se trata de la evolución de una idea desarrollada en 2013 que consiste en una cápsula molecular capaz de liberar su contenido en las condiciones que se encuentran en algunos tumores. Querían conseguir que dicha cápsula albergase un fármaco antitumoral que tuviera motivos químicos en su exterior.  Los tejidos tumorales los absorben para que, una vez dentro, ciertas enzimas rompiesen dichas cápsulas y liberasen su contenido. De esta manera, se lograría suministrar el fármaco antitumoral de forma selectiva en el interior de la célula tumoral.

“Este otro proyecto consiste en una simplificación del anterior, en intentar conseguir lo mismo que pretendía la idea anterior de una manera más rápida y barata”, comenta el químico. Para ello, explica, lo que hacen es construir unas moléculas que son capaces de matar células, añadiendo que “son moléculas fáciles y baratas de sintetizar”.

Los avances en la investigación realizada por el investigador canario podrían ofrecer nuevos métodos para combatir el cáncer que permitirán tratar la enfermedad de un modo más efectivo y menos dañino para el paciente. “Para evitar que maten a todas las células sin distinción, desactivamos el compuesto, lo volvemos inocuo con un grupo que está diseñado para ser eliminado por el propio tumor”, señala Romen Carrillo. “Dicho de una manera más visual, es el tumor el que le quita la anilla a la granada, y le explota solo a él”, precisa.

Casi cinco meses después de haber sido reconocido por la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), Romen Carrillo sigue trabajando en el Instituto Universitario de Bio-Orgánica Antonio González, acompañado por su grupo de investigación, formado por Marcelle Perretti, Ana De La Iglesia, Belén González, Tanausú Santos y Diego Monzón (en la foto). “Ahora mismo, se fabrican toda una serie de compuestos de este tipo  y se han analizado en células tumorales, con la colaboración del grupo de Paul Nguewa, de la Universidad de Navarra. Pero, asegura, todavía queda un largo camino hasta ver alguno de estos compuestos en una farmacia o en un hospital, «si es que eso ocurre en algún momento”, opina.

La importancia de la Vitamina C y K3


Este compuesto desactivado que se vuelve activo selectivamente en tejidos tumorales posee una parte cuya estructura es similar a la vitamina C y, por otra parte, a la vitamina K3. “En este caso, la motivación principal es intentar hacer reacciones de una manera más ecológica. Vimos que podíamos hacer oxidaciones uniendo vitamina C, K3 y oxígeno del aire en una misma molécula. Pero nos pareció interesante indagar sobre si esas oxidaciones son capaces de acabar con las células”, comenta Carrillo.  Para domarlo y conseguir que solo matase a las células tumorales, lo desactivaron con un grupo que se elimina selectivamente en las condiciones presentes en algunos tumores, concluye.

Carrillo quiere ir más allá de esta labor: “Espero que no sea el proyecto más importante de mi carrera porque, en realidad, estoy comenzando mi investigación independiente y me encantaría que me esperasen retos aún más importantes en mi futuro”.

Por otra parte, el investigador canario destaca la contribución de los químicos a la ciencia. “Soy químico, a pesar de que todos estos proyectos estén orientados a la Medicina y a la Biología. Tenemos que entender que la química es una ciencia muy poderosa y versátil porque es capaz de manipular la materia, los átomos, y construir estructuras a nivel molecular, con determinadas propiedades y funciones que diseñamos de antemano”, añade. “Lo que se puede conseguir hoy en día con la química es extraordinario”, sentencia Carrillo.

La “bala mágica” de Paul Ehrlich


“Desgraciadamente, más de un siglo después de que Paul Ehrlich acuñase el término de «bala mágica» no existe nada parecido en lo que a la lucha contra el cáncer se refiere”, admite Carrillo. No obstante, asegura que muchos científicos están cada día luchando para conseguir mejorar los tratamientos y para que los pacientes consigan una calidad de vida que les haga sobrellevar la enfermedad con más ánimo y optimismo.

Estudio en la Facultad de Ciencias Políticas, Sociales y de la Comunicación de la Universidad de La Laguna. Amante de la música y el deporte, intérprete y deportista a ratos. La verdad os hará libres, pero antes os cabreará mogollón.

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