Luífer Rodríguez coordina, en la actualidad, 'Trasfondos de una ciudad marítima', una serie de relatos que se publican en Facebook. Foto: PULL

«Lo bueno de retarte con grandes actores es que te exiges lo mejor»

Cultura / Ocio

La cultura está siendo uno de los sectores más afectados por la cuarentena. Se han podido ver durante estos días múltiples iniciativas como el Apagón Cultural, que busca reclamar ayudas ante la cancelación de todos los eventos presenciales. A Luífer Rodríguez, actor, director y guionista grancanario, el confinamiento le sorprendió en pleno rodaje de la segunda temporada de Hierro. La serie de misterio de Movistar+, protagonizada por Candela Peña y Darío Grandinetti, ha quedado, por el momento, paralizada.

«Estábamos rodando con la mosca detrás de la oreja todo el rato hasta que se decidió suspender temporalmente el rodaje», explica Rodríguez. Muchos de los miembros del reparto decidieron quedarse en El Hierro, principalmente los que son de Madrid y Barcelona, que en ese momento eran los epicentros del virus.  Asegura que «ellos están ahora viviendo allí en una especie de parón pero en un sitio maravilloso». Casi todo el equipo técnico se quedó en la Isla y cuenta que «la idea es retomar la serie desde que se pueda y seguir». En el momento de la interrupción, la producción ya había rodado durante seis semanas y tenía grabada casi la mitad de la temporada.

«Nuestra mayor distancia es el acento. Todavía no está normalizado en el audiovisual español»


Uno de los mayores retos que el actor ha tenido que afrontar para tener éxito en el mundo de la actuación es el tema de la insularidad, pues «al isleño, en general, le cuesta más por la distancia, eso es insuperable, pero nuestra mayor distancia es el acento porque todavía no está normalizado a nivel del audiovisual español».

«Recuerdo un trabajo para el que me llamaron de la Península, con un director valenciano. Me puse a leer, a ensayar un poco, y al final del ensayo me dice ‘Mira, ¿tú tendrías problemas en neutralizar el tono, en hablar en castellano?’. Y mi respuesta fue: ‘Lo podemos intentar, pero yo en canario soy muy gracioso’. Entonces el tío se descojonó y me dijo ‘Bueno, vale, vale’. Y al cabo de tres ensayos se me acercó y me comentó ‘Mira, olvídate de lo que te dije'».

Recalca que ciertas productoras de las Islas también piden a los actores que cambien su inflexión de voz. «A veces, incluso, te intentan transformar la entonación para que no sea de una isla o de otra, imponiendo un tono neutro que no existe y pronunciando unas eses que no son naturales y que no son nuestras», comenta.

Trasfondos de una ciudad marítima


Rodríguez desarrolla, durante este periodo de cuarentena, el proyecto Trasfondos de una ciudad marítima que consiste en una serie de relatos publicados cada lunes, miércoles y viernes en el Facebook de la Biblioteca Insular de Gran Canaria. Su idea es «ir contando historias que entretengan a las personas y que hagan más amena la situación que estamos padeciendo». Al publicarse en esta red social «muchas de las opiniones de los lectores pueden inspirar a conseguir diferentes tramas dentro de la gran historia», aclara.

El relato gira en torno a Adolfo, un taxista que cuenta con la libertad de moverse por Las Palmas y que es «como un alter ego mío que puede decir las cosas que yo no puedo». Busca narrar la historia en la ciudad y describir los barrios, los sitios y, de alguna manera, «invitar a la gente a viajar con las palabras».

Este año se cumple el 25 aniversario del musical Zalakadula, del que pensaban realizar una minigira durante el verano pero «la situación ahora es muy compleja».  El proyecto A través de las palabras, llevado a cabo por Malavida Producciones, está también a la espera: «Estábamos centrados en el museo Pérez Galdós y teníamos en mayo la lectura dramatizada de Doña Perfecta, que creo que para octubre o noviembre lo podremos hacer».

 

 

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