La Universidad de País Vasco llevó a cabo un estudio que revela los componentes de la alimentación de un asentamiento rural de la época visigoda, localizada en el extrarradio del municipio de Illescas, en Toledo. Esta indagación forma parte de la tesis de Maite García Collado, estudiante de doctorado del Área de Arqueología de la institución. Asimismo, han colaborado otros organismos como el Grupo de Investigación en Patrimonio y Paisajes Culturales de la entidad y la Universidad de Campania Luigi Vanvitelli.
El objetivo principal de esta observación es demostrar que las técnicas biomoleculares arqueológicas pueden ser una alternativa perfecta para recabar información relacionada con aspectos sociales y económicos de la Alta Edad Media. De esta manera, se pretende recuperar el valor histórico de los conjuntos antropológicos de la etapa.
La primera fase del ensayo estuvo marcada por la elaboración de un examen en el que se tuvieron en cuenta el número de habitantes y el perfil demográfico, que establece la edad y el sexo de los individuos. Así, se llegó a la conclusión de que en la zona existió una población estable formada por personas de todas las generaciones.
Posteriormente, se ejecutó un análisis de isótopos estables de carbono nitrógeno con una selección de restos óseos. El procedimiento determina que los alimentos tomados terminan dejando huella en el tejido del organismo del ser humano, por lo tanto permite conocer la dieta de los antepasados. Los resultados de la prueba desvelaron que los cereales se convirtieron en la base nutricional de los residentes del lugar y que la ingesta de carne, leche, huevos y lácteos fue limitada y ocasional. Además, se comprobó que el consumo de pescado fue prácticamente nulo.
