Francisco de Sande González es el actual vicerrector de Tecnologías de la Información y Desarrollo Digital en la ULL y, además, desempeña la función de profesor en Ingeniería Informática. De Sande hace especial hincapié en la relevancia de la buena gestión de las TIC en la Universidad y, aunque aclara que el lápiz y el papel siguen teniendo su función en el aula, subraya que hay que luchar contra la obsolescencia tecnológica de algunos profesores.
Su vicerrectorado trabaja con los servicios de Tecnologías de la Información y Comunicación. Por lo tanto, ¿podemos decir que ustedes se encargan de que la conexión entre todos los usuarios de la ULL funcione? “Nuestro vicerrectorado se encarga del Servicio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones y de todo lo que tiene que ver con su gestión en la Universidad. Cubrimos un espectro muy amplio de asuntos, desde la web institucional hasta los corros electrónicos. Sin embargo, no es el personal del Servicio quien maneja directamente esas aplicaciones; las manejan otras estructuras de la Universidad. El Servicio TICS es el responsable de que esas aplicaciones funcionen y de que estén actualizadas.”
¿Son ustedes también los encargados de que el Campus Virtual funcione? “Efectivamente, somos los encargados de que funcione pero es gestionado por la Unidad de Docencia Virtual. El Servicio que ofrecemos nosotros es muy transversal ya que muchas otras unidades dependen de nuestro trabajo para poder funcionar.”
Otra de las competencias de su vicerrectorado es gestionar la inversión de hasta 15 mil euros, ¿en qué se dedica esta cantidad de dinero? “No es por cada vicerrectorado sino la Universidad de La Laguna en su conjunto quien tiene la capacidad de gastar esa cantidad discrecionalmente: contratar a una empresa de manera libre. Cuando se trata de una cantidad mayor se lleva a concurso público.”
«Un litro de tinta de impresora vale más que un litro del whisky más caro»
¿Tiene algún proyecto nuevo como vicerrector de Tecnologías de la Información y Desarrollo Digital? “Estamos poniendo en marcha un proyecto que se llama ULL Imprime: queremos que la gente utilice menos el papel. Lo que pretendemos poner en la Universidad son ‘puntos de impresión’ donde cualquier persona tenga disponible una impresora en un radio de 50 metros. La idea es tener una única impresora por departamento donde cada usuario tenga un código de impresión. Nuestro objetivo es ir eliminando las máquinas que solo satisfacen la necesidad de una persona y pensar en el bien del colectivo. Un litro de tinta de impresora vale más que un litro del whisky más caro».
¿Es de uso exclusivo para profesorado y administrativos? «La última fase de este proyecto será permitir el uso de estos ‘puntos de impresión’ a los alumnos. Ellos envían sus documentos a imprimir y, al pasar el código de su tarjeta universitaria, se descuenta el coste de la impresión de un monedero electrónico».
Las nuevas generaciones hemos nacido con internet debajo del brazo, ¿considera que los profesores deben actualizarse e incluir las nuevas tecnologías como un recurso más para la docencia? “Como profesor en titulaciones de Ingeniería Informática, la tecnología es la razón de ser de mi docencia. Sin embargo, hay cosas que requieren la presencialidad, como pueden ser tutorías explicativas o clases magistrales. El uso de las tecnologías en la educación es ineludible, pero ello no quita que el lápiz, el papel y la pizarra ocupen un lugar en el aula. Muchas veces, contra lo que tenemos que luchar es contra la obsolescencia tecnología de los profesores con edad avanzada. Todo es cuestión de adaptabilidad y actitud”.
«La docencia online ha contribuido a popularizar el aprendizaje»
Dentro de este mismo campo, ¿opina que la docencia online le está ganando terreno a la presencial? “Creo que sí. Quizás en la Universidad de La Laguna no lo hayamos notado tanto pero, sin duda, la docencia online ha contribuido a popularizar el aprendizaje. Hoy en día hay muchas plataformas en línea que deben complementar la labor docente del profesor en el aula. No debemos limitarnos a dar clases magistrales sino a compartir los conocimientos con la información que los alumnos encuentren a través de otros soportes como puede ser internet. Está cambiando el papel del profesor y hay que buscar alternativas”.
¿La ULL se tendrá que actualizar con respecto a fomentar la educación a distancia? “Hay espacios para ambos mundos. Esta transición no puede ser demasiado brusca pero hay que ir moviéndose paulatinamente en esa dirección. Hay titulaciones que se adaptan más a la enseñanza en línea que otras; las carreras experimentales lo tendrían más difícil. Competir en el mundo de la docencia online es muy exigente».
¿El papel del profesor dentro del aula se verá obligado a cambiar? «Lo que sí podemos dar por desfasado son las clases magistrales. En mi caso, es una cosa que intento desterrar de mi práctica docencia e intento que los alumnos tengan exposiciones y hagan más prácticas. Prefiero actividades más interactivas”.
«Sería conveniente que hubiera cierta homogeneización en las pruebas de acceso a la universidad»
Un estudio avalado por la Fundación Conocimiento y Desarrollo muestra que los estudiantes canarios son los que peor tasa de rendimiento tienen y los que más tardan en acabar la carrera. Desde 2002 su principal tarea ha sido dar clase en las titulaciones de Ingeniería Informática, ¿usted considera que los estudiantes salen con la formación suficiente? “El estudio seguramente tiene sus razones y un análisis de este tipo no es sencillo porque hay muchos aspectos que inciden en esos resultados. Por ejemplo, las pruebas para de acceder a la universidad son específicas de cada región, por lo que sería conveniente que hubiera una cierta homogeneización para que a todo el mundo se le exigieran los mismos conocimientos. Otro factor es que el alumnado de aquí se matricula de demasiadas asignaturas y eso hace que su tasa de fracaso incremente notablemente. No sabemos por qué esto sucede; es algo que tenemos que mejorar entre todos”.
¿Considera que en estos tiempos es prácticamente obligatorio realizar un máster al acabar la carrera? “Yo al alumnado, y pensando en mis propios hijos, le recomiendo encarecidamente que hagan un máster mientras son jóvenes. Sé que las posibilidades a veces se reducen por cuestiones económicas pero hay que buscar la forma de completar la formación académica, y más dentro del mundo competitivo en el que estamos. Si puede ser un máster multidisciplinar mejor, pues ello abre muchas puertas. Lo mismo pienso de los dobles grados. Yo defiendo un modelo de educación mucho más accesible en términos económicos y mucho más exigente en términos intelectuales”.