La Cátedra de Farmacia de la ULL inicia su formación en doctorados industriales

Ciencias de la Salud

La Cátedra de Farmacia Asistencial de la Universidad de La Laguna inauguró ayer su andadura, viernes 21 de septiembre, con una sesión dedicada a los doctorados industriales, a cargo de Albert Sangrà, director de la Cátedra Unesco de Educación y Tecnología para el Cambio Social de la Universitat Oberta de Catalunya. Se trata pues del primer acto de esta iniciativa y también de la propia Facultad de Farmacia, como destacó su decana, Susana Abdalá, una vez segregada de la de Ciencias y convertida en centro independiente. Este proyecto es fruto del acuerdo entre el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Santa Cruz de Tenerife y la institución lagunera.

Ernesto Pereda, director de la Escuela de Doctorado y Estudios de Posgrado, entidad que también apoyó la celebración de la cita, señaló que dichos estudios persiguen la combinación de mundo académico y productivo de tal manera que la tesis doctoral esté vinculada a este último ámbito. Adelantó que la ULL quiere poner en marcha un programa de la misma índole en el próximo curso académico, que sea atractivo para las empresas y aporte un valor añadido a los estudiantes de doctorado.

11 cátedras empresariales


Por su parte, el vicerrector de Relaciones con la Sociedad, Francisco García, explicó que la institución académica cuenta con once cátedras empresariales, que constituyen un espacio para generar trabajos conjuntos. «La recién creada tiene como socio patrocinador a un colegio profesional», añadió, lo que supone una conexión directa con la profesión para la cual forma la universidad. Carmen Rubio, directora de la Cátedra, reseñó que esta entidad tiene muy claro su compromiso con la salud y con los pacientes, por lo que pretenden impulsar acciones que integren las preocupaciones sociales en el sector sanitario y promover la atención farmacéutica.

Sangrà, experto en educación a distancia, es el director académico de su comunidad autónoma para revalorizar los doctorados industriales. “En el 90% de los casos, cuando alguien hace el doctorado piensa que se va a mantener en el mundo académico, y son pocos los que creen que su futuro está en el empresarial”, sostuvo el ponente al comienzo de su intervención.

Asimismo, indicó que se ha producido un crecimiento sostenido de lecturas de tesis en las doce universidades catalanas, mientras que, contrariamente, la inserción laboral del personal investigador doctor en empresas es muy baja. Por otro lado, comentó que en Holanda el 54 % de las tesis que se leen van a las sociedades, frente al 46 % de Estados Unidos, el 23 % en Cataluña y un 19 % en el conjunto de España, según la OCDE.

“Se trata de crear un puente de diálogo entre la academia y la empresa”


Los referentes fundamentales son el modelo francés y el danés, que tienen desde los años 80 del pasado siglo estos programas, mientras que la Comisión Europea lo planteó en 2012. Sangrà reconoció que existe una falta de tradición de incorporación de personal doctoral a las entidades y que muchas veces él mismo tiene que explicar a las corporaciones que la investigación sobre sus propios productos les hace ganar competitividad. Aunque el plan se implantó en plena crisis económica, lograron convencer a sus integrantes de que ganarían en productividad y valor añadido.

“Se trata de crear un puente de diálogo entre la academia y la empresa”, afirmó el catalán, al tiempo que aclaró que su finalidad es mejorar la competitividad y la innovación en el tejido productivo para la formación de nuevo talento. “La idea es que en unos años todo esto sea innecesario, porque ya los grupos empresariales y las universidades se ponen de acuerdo para hacerlo solas”, aseveró.

«La idea es que todas las empresas tengan doctores para mejorar sus procesos de innovación»


Según el ponente tiene que verse como una iniciativa de indagación estratégica de una sociedad o institución, que se desarrollará en colaboración con un centro universitario y que se convertiría en una tesis doctoral. “Si se plantea así, la compañía lo verá como fundamental, porque le resulta positivo para su organización y, si no lo puede costear, ha de apoyarse en el grupo de investigación y en los recursos de la universidad”, admitió.

El proceso de selección de candidatos es público, abierto e internacional, con una doble supervisión, académica y empresarial. “La idea es que todas tengan doctores para mejorar sus procesos de innovación, por lo que el tutor del doctorando no es necesario que sea doctor, a diferencia del plan nacional, dado que si este requisito se impusiera habría entidades donde nunca habría doctores y otras en las que sí”, concluyó.

El 52 % de las sociedades donde van los doctorandos son de tamaño pequeño y mediano


Ahora se encuentra abierta la sexta convocatoria. Sangrà relató que en estos años se han leído un total de 73 tesis doctorales, han participado 294 empresas y 331 investigadores, frente al primer proyecto piloto, que empezó con una quincena de instituciones.

Para finalizar su conferencia, Sangrà subrayó que el 52 % de las sociedades donde van los doctorandos son de tamaño pequeño y mediano, mientras que un 21 % acude a las grandes corporaciones, un 18 % a empresas de base tecnológica y un 9 % a lo restante.

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