La casa regional cuenta con 72 personas voluntarias para la campaña navideña. Foto: P. Herrera

La Casa de Galicia, un compromiso para llevar juguetes a cada hogar

Solidaridad

La Casa de Galicia de Las Palmas nació en 1951 con el objetivo de ser el centro de representación de la cultura gallega en Gran Canaria. Ese mismo año, surgió una iniciativa de recogida de juguetes que se extiende hasta la actualidad. Empezó de la mano de los fundadores la Casa, quienes vislumbraron que, con la marcha de los marineros durante largos meses, muchas mujeres y sus hijos e hijas se quedaban en la Isla apenas sin recursos. Por ello, quienes sí tenían dinero aprovecharon para comprarles sus juguetes navideños. De ahí a la Cabalgata de Reyes de Las Palmas de Gran Canaria, donde pequeños camiones recogían juguetes donados para el Hogar de San José, antiguo orfanato.

Durante una época ofrecieron alimentos, cuando aún no estaba asentado el Banco de Alimentos en la Isla, sin embargo, tras el pavoroso incendio en su sede en el año 2014, dejaron esa práctica «por la gran infraestructura que conllevaba» y, tras la reinauguración del edificio en 2018, se dedicaron plenamente a los juguetes para alcanzar el calado social que poseen hoy día. «No existe ningún punto donde todo estalló y comenzó a tener esta magnitud. Simplemente era una bola de nieve, que cada vez que se hablaba con más gente… apunta David Vendrell, coordinador de la campaña + Que Reyes.

La campaña + Que Reyes inició el pasado 15 de noviembre con el objetivo de que «ningún niño o niña se quede sin juguete». Vendrell señala que «aunque somos conscientes de que es un objetivo idílico, pues siendo realistas habrá familias que por temas burocráticos o ajenos a nosotros no llegan a la Casa, trabajamos en ayudar a las familias que lo necesitan». Además, incide en el valor de la Navidad en la llamada a la solidaridad: «Piensas en Navidad y piensas en ser bueno con todo el mundo».

Imágenes de la historia de la Casa de Galicia y sus participaciones en la Gran Cabalgata. Foto: P. Herrera

¿Cómo funciona el proceso de recogida de juguetes?


El proceso de acceso a la recogida de los juguetes comienza ajeno a la casa regional. El coordinador de la campaña explica que Servicios Sociales, Cáritas o las Asociaciones vinculadas valoran los ítems necesarios de cada familia con sus baremos internos. Tras ello, son apuntadas en un listado y ahí son derivadas a la Casa de Galicia. A raíz de esa lista entran en el sistema de comprobaciones de la Casa.

Ya en la sede, las familias son añadidas a una base de datos para evitar duplicidades y acceden a la Tienda Solidaria, es decir, el punto de elección de juguetes. «A diferencia de cómo se hace en muchos sitios, nosotros no te damos una caja prefijada, sino que las familias vienen y lo eligen. Con ellos buscamos el punto más digno para cada familia, porque que estés pasando un mal momento no significa que te tengas que conformar con cualquier cosa», subraya David Vendrell.

Una vez en la Tienda, cada familia recoge tres juguetes para cada niño o niña individualmente: uno por rey mago. Además, se ofrece la posibilidad de coger un libro o un peluche de regalo y, en la medida de lo posible, dar «juguetes de relleno», que no son de muy buena calidad, pero «regalamos uno o dos y que sirvan para hacer bulto el día de Navidad».

La Tienda posee una cortina separadora para mayor privacidad de las familias en la elección. Foto: P. Herrera

Como requisito indispensable, la Casa de Galicia obliga a que el tercer juguete sea un juego de mesa o educativo para así «fomentar la actividad del niño o niña y el ocio en familia». Además, Vendrell incide en que era un juguete al que no se le daba salida y querían «evitar la situación de que llegara una familia y solamente quedaran juegos de mesas».

Un rincón indispensable de visitar en la Tienda Solidaria es el Muro de la Ilusión. Un panel que preside la sala con mensajes positivos de arriba a abajo escritos por cada persona que viene a donar y redacta una tarjeta. «Nació con la ambición de que cada persona que estuviera esperando para recoger juguetes y se parara al menos un segundo a leer una tarjeta, lo que leyera fuera un mensaje bonito y positivo», sostiene.

La iniciativa surgió en la campaña de 2020. Foto: P. Herrera

El trabajo en el almacén no para. Ahí ordenan los juguetes según edades y categoría para abastecer la Tienda y las necesidades familiares. El coordinador de la campaña alerta de la falta de existencias en el intervalo para menores de 8 a 12 años. Un déficit que cubren ellos mismos comprando juguetes gracias a la subvención del Cabildo de Gran Canaria, del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria y de donaciones de particulares y empresas.

«Si en algún momento viéramos que hay un momento que no podemos afrontar juguetes preferimos decirle a las familias que vengan en otro momento porque hoy no te podemos atender de la mejor manera. Ya ahí hay quienes deciden en conformarse con lo que haya o acudir en otra ocasión, eso ya es responsabilidad de cada persona. En la Casa de Galicia nos mueve darle el mejor trato a cada familia», añade.

«Queremos que las personas atendidas salgan contentas»


La situación económica actual también golpea al trabajo de la Casa de Galicia. David Vendrell asevera que este año «han llegado menos juguetes que en otros», pese a que han notado un mayor número de recogidas externas. Un descenso que sospechan proviene de una crisis que ha comenzado a afectar a las personas donantes. «Nos hemos dado cuenta con las subvenciones del Cabildo y del Ayuntamiento que, aunque ha aumentado el dinero que nos dan, no se nota tanto el aumento de compra de juguetes porque ha subido su precio».

«Como compramos mucha cantidad, al mínimo que suba, lo notamos muchísimo. Con casi la misma cantidad que el año pasado comprábamos 100 juguetes, mientras que este año compramos 60 o 70. Se nota muchísimo el cambio», lamenta Vendrell.

Además, como consecuencia de la situación económica y social, objeta que han encontrado un nuevo modelo de familia a la hora de dar los juguetes: «Ya no solo viene la familia sin recursos, sino también familias con personas que trabajan, pero que con la subida general de los precios no les llega para el extra que hay que gastar en Navidad».

En la casa regional trabajan sin previsión de familias alcanzadas, pues las constantes solicitudes de entidades externas altera cualquier estadística. Sin embargo, señalan el puntero en superar los 2000 núcleos familiares del año 2021 y que «las personas atendidas salgan contentas».

El trabajo en la Casa se ha multiplicado debido a la situación económica actual. Foto: P. Herrera

«Mientras haya juguetes vamos a ayudar a quien sea»


La campaña + Que Reyes del 2022 ha obligado a ampliar la plantilla hasta las 72 personas voluntarias. Entre ellas, se encuentra Alba Socorro, una joven decidida a «aportar su granito de arena en la Casa». Socorro señala la emoción que le brinda ayudar a familias en esta época tras empatizar con ellas y su situación, además de marcarse un objetivo diáfano: «Llegar al máximo de personas posibles y darles felicidad con la entrega de juguetes».

Este aumento de personal ha permitido a la casa regional atender de media a cincuenta familias por la mañana y más de cuarenta por la tarde, entre ellas, listados de personas migrantes al margen de Servicios Sociales, y que asociaciones vinculadas redirigen a la Casa. «Cualquier asociación adherida al Banco de Alimentos puede mandar a familias sin problemas. Mientras haya juguetes vamos a ayudar a quien sea», apunta Vendrell.

Asimismo, en el almacén preparan colectivos para Ayuntamientos de otros municipios o entidades que no pueden acercarse a recoger. Para ello, los juguetes pasan por la zona de clasificación según categoría y edades. Es en este lugar donde se aseguran de cumplir una premisa clara de la Casa de Galicia: Ni un solo distintivo entre juguetes para niñas o para niños.

En la zona de clasificación se concentra la mayor parte del trabajo. Foto: P. Herrera

El trabajo de la Casa de Galicia no acaba en Navidad. En sus dependencias poseen una banda y una escuela de gaitas, una coral que canta canciones en gallego y además impulsan diferentes actividades como «promover el Camino de Santiago, exposiciones o profusión del arte de Galicia» y «llenar el sentimiento de morriña que puedan tener personas gallegas residentes en las Islas».

Vendrell sostiene que la institución ha trascendido más allá de las propias raíces galaicas. Las raíces de un pueblo migrante, que lleva y pregona su cultura convergiendo con los valores de la sociedad en las que se asienta. Un vínculo que les condujo a «ese punto navideño que comenzó ayudando a dos o tres familias» y que ahora es referencia de la solidaridad en la isla de Gran Canaria.

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