José Antonio Batista Medina es el decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la Comunicación de la Universidad de La Laguna (ULL). Además, ejerce como profesor de Antropología Social. Recientemente ha organizado y dirigida la exposición Agua y Vida en el pasado, presente y futuro de Tenerife, integrada por libros, documentos y fotografías. Asimismo, estará expuesta en la planta principal de la Biblioteca General y de Humanidades del Campus de Guajara hasta el próximo lunes, 31 de marzo.
¿Qué significa para usted haber podido dirigir y coordinar la Exposición? «Para mí ha sido un reto. Nunca había dirigido una, e incluso el tema del agua era un desafío porque yo he estudiado sobre ella, pero a nivel general. Profundizar mis conocimientos en conocer la situación de la Isla y después dirigir una exposición fue un reto. Al final, el trabajo de investigación es muy concreto y específico, pero detrás hay infinidad de tareas que, como la parte técnica o la de relaciones públicas, no controlaba. Pero todo ha valido la pena porque el resultado ha sido muy satisfactorio».
La muestra la organizó junto con Noelia García. ¿Cómo fue la experiencia de compartir el proceso con ella? «Sin ella no creo que la exposición hubiese salido adelante. Noelia García ha sido una pieza fundamental en el proceso. Por ejemplo, el trabajo fuerte comenzó en noviembre, pero los plazos en enero se empezaron a complicar por el regreso a las clases, no podría haberlo hecho solo».

¿Cuáles son los objetivos de la Exposición? «Principalmente tiene tres. El principal sería rendir un homenaje a todas las personas que en el pasado, contribuyeron a extraer agua de las entrañas de la Isla. Un trabajo durísimo, pero muy poco reconocido. Otro objetivo es poner en valor la importancia del agua subterránea, ya que hay que tener en cuenta que aún es en torno al 70 % de la disponible en Tenerife. El otro propósito es pensar críticamente y reflexionar sobre el presente, sobre la situación del agua en la Isla y su importancia vital, para dirigir una mirada al futuro».
¿Por qué la temática del agua? «En un territorio insular es un recurso absolutamente crítico, pero también tiene que ver con la dimensión que le queríamos dar a la exposición. El agua no salió sola, sino que se ha sacado a través de la tierra y eso es algo que fue fundamental para el desarrollo económico demográfico y cultural de la Isla. Es muy importante conocer la historia porque es donde se ve la verdadera importancia del agua».
¿Qué papel juegan las fotografías? «La muestra tiene tres elementos que son interdependientes e indisociables, que es la parte textual, la parte documental y la parte de las imágenes. Yo tenía claro desde el principio que una exposición como esta tenía que tener una base fundamental en las imágenes de la naturaleza, de galerías y del agua, pero que eso tenía que ser complementado con textos y documentos. Las fotografías no están elegidas al azar, sino por su papel en la muestra. Quien vea las imágenes no se puede hacer idea de lo que hay, del contenido y de la importancia que tiene el agua en Tenerife y el esfuerzo que ha supuesto».
«La concienciación ambiental es fundamental»
En el título de la Exposición se nombra el pasado. ¿Cómo era la situación hídrica antes? «No siempre todos los pueblos han tenido agua. Ahora hay suministros hídricos en Vilaflor, en La Orotava y en Arona, pero antiguamente había en algunos sitios del norte como La Laguna o Los Realejos. El agua estaba concentrada y con las cantidades reguladas. Era en esa localidades donde había riqueza económica, más desarrollo económico y social y donde las poblaciones eran más grandes. En los otros lugares de la Isla en los que apenas tenían agua, las condiciones de vida eran muchísimo peores, hasta el punto que lo pasaban a veces verdaderamente mal. Eso es una prueba de la importancia que tiene el agua».
¿Por qué es importante educar en base al agua y el cambio climático? «La concienciación ambiental es fundamental. Tiene que ser una tarea permanente porque somos sociedades urbanas, con unos niveles de desarrollo tecnológico y de bienestar que tienen muchísimas cosas positivas, pero también negativas. Nos han separado de la naturaleza, hablando en un sentido muy general. Las consecuencias del cambio climático para los recursos hídricos serán muy importantes, por lo que sí que creo que falta concienciación. Sin agua no hay vida, y en un territorio insular, al lado además del desierto del Sáhara, es un recurso absolutamente vital».
«Vivimos en una etapa en la que la ciencia lo resuelve todo, pero eso tiene un problema: el optimismo tecnológico»
¿Cree que el uso de la tecnología podría ayudar en la situación? «Vivimos en una etapa en la que la ciencia lo resuelve todo, pero eso tiene un problema y es que de alguna manera caemos en lo que se llama el optimismo tecnológico. Si se gasta el agua subterránea tomamos ruedas de mar, ponemos desaladoras o ponemos plantas de regeneración de agua. Pero no podemos conformarnos con eso, hay que pensar en gestionar bien lo que tenemos. Evidentemente complementándolo con las soluciones que pueda ofrecernos la tecnología».
¿Cómo ve organizar caminatas didácticas por galerías de agua para concienciar sobre la situación hídrica en la Isla? «No estaría mal organizar rutas del agua y temáticas que estén bien explicadas, pero no hemos pensado en eso ni podemos meternos. El problema es que las galerías están cerradas y por cuestiones de seguridad lo más que se podría hacer es explicarlas por fuera. También sería una iniciativa muy interesante generar un producto turístico que esté vinculado a la concienciación ambiental».