“Parece que el objetivo de los gobiernos es que solo estudie el que tiene dinero»

Ciencias Sociales y Jurídicas

Profesora en la Universidad de La Laguna desde el año 1978,  la catedrática en Sociología, Teresa González de la Fe, analiza a la convulsa sociedad actual de este tercer milenio. Además, aprovecha el encuentro con  PERIODISMO ULL para comentar el Estado de Bienestar, las políticas educativas y el impacto que tienen las nuevas tecnologías y sus futuras consecuencias en nuestra comunidad.

¿Qué opina sobre lo que piensan algunas personas de que la Sociología no es una ciencia? «Una cosa son las Ciencias Sociales que tienen un grado de certeza y de fiabilidad, y otra, las Ciencias Naturales. Cuando se predice un eclipse solar es algo que meses antes, los astrónomos han dicho que va a suceder. Ese grado de seguridad no lo tienen las Ciencias Sociales, porque mientras que los fenómenos de la naturaleza son regulares, lo social, no. Estos acontecimientos que involucran a los ciudadanos están en transformaciones constantes, pues como personas, solemos cambiar de opinión o aprender cosas nuevas. Por esto, si comparamos, por ejemplo, la Sociología con la Física, no podríamos considerar a la primera una ciencia. Ahora, si entendemos por ciencia un estudio riguroso, fiel a los hechos y buscar datos, entonces sí lo es».

Anteriormente había una gran lucha de clases. ¿Ha cambiado la situación? «No. Sigue existiendo esta lucha en el sentido de que hay conflicto entre los que tienen más propiedades y los que no. Otra cosa es que durante la segunda mitad del siglo XX, en Europa, el Estado de Bienestar repartiera la riqueza, por lo cual los conflictos aminoraron. Esto se debía a que las clases sin propiedad estaban protegidos por la patria (tenían sanidad y educación gratuita, ayudas sociales…). A partir de la década de los 90, esto empezó a cambiar y comenzó a incrementarse de nuevo la lucha de clases, ya que la situación de los que no tenían nada empeoró».

¿Y cómo ve la situación en España? «En España, lo hemos visto a partir de la crisis del 2007, la cual no ha golpeado a los ricos, sino todo lo contrario, a los pobres. La gente se ha quedado parada y han llegado los desahucios, generando conflictos. A esto lo llamamos lucha de clases, no guerras. Además, no es que haya una sola, sino que hay peleas sociales porque las personas piden que se les dé unos mínimos para sobrevivir con dignidad. Vemos que la indigencia y la desprotección de la población conviven al lado del extremo enriquecimiento. Y eso es lo que genera el conflicto».

“Si no conociéramos nuestros derechos, no estaríamos indignados»


Poco a poco se ha podido ver cómo algunos movimientos sociales, por ejemplo el 15-M, han ido cambiando la sociedad, consiguiendo de esta manera que las personas de abajo lleguen a las de arriba. ¿Usted cree que estos movimientos podrán seguir durando o irán perdiendo fuerza? «El movimiento 15-M como tal, se ha apagado, es decir, la gente no está acampando en las calles. Otra cosa es que el descontento y la indignación que esté detrás, haya buscado otras formas de organizarse. De esa manera, ha seguido activa la marea verde, que es la defensa de la enseñanza pública. Estamos con una serie de políticas, tanto en España como a nivel europeo, en el que la Educación, que era un derecho de la gente, se está retirando. Parece que el objetivo de los gobiernos es que solo estudie el que tiene dinero y se condene a la ignorancia a la gente pobre. Lo mismo sucede con la Sanidad, de ahí la marea blanca. Exigen unos mínimos que anteriormente ya existían, y es eso lo que genera indignación. Si nunca hubiéramos tenido en el pasado educación y sanidad pública, la gente no lo conocería. En cambio, al haberlos vividos, los ciudadanos sentimos que nos quitan algo, y eso es lo que realmente produce descontento».

«España va a ser un país de camareros»


La crisis que azotó a España en el año 2007 dejó un gran nivel de emigración por parte de los jóvenes. ¿Cómo afecta esto a la sociedad de hoy en día teniendo en cuenta que los que se preparan en España tienen que buscarse la vida fuera de nuestro país? «Es lo que se llama una descapitalización. Nuestro capital humano, que es la gente mejor formada, han tenido que emigrar. Por lo cual, todo el producto de ese talento aplicado a nuestra economía va a desaparecer. Da la sensación de que en los planes internacionales de la globalización, España va a ser un país de camareros y vamos a estar solo para el turismo y para los servicios de las personas. Mientras que para el desarrollo de la investigación, la economía basada en el conocimiento tecnológico, parece que está reservado a otros lugares, por lo cual, nuestros especializados tiene que irse fuera. Esto sucede porque la economía española no les da de comer».

Pinta un panorama muy gris… «Bueno, a menos de que realmente haya una reestructuración del dinero, ese va a ser nuestro futuro. Parece que la crisis ha terminado, pero los jóvenes no han vuelto. Eso para España, incluso para Canarias, es una pérdida de riqueza. Además, nos quedamos con la gente menos formada».

Actualmente, las redes sociales están tomando un papel muy importante. ¿Qué opina sobre ellas?  «Veo que, no tanto las redes sociales, sino que las Tecnologías de la Información y de la Comunicación sí han provocado cambios importantes. Los efectos de estos todavía no los sabemos, porque son cosas nuevas. Entonces, no sabemos qué podrá pasarle a un niño que ahora esté obsesionado con las redes, pues hasta hace muy poco, se aprendía a escribir con lápiz. Sin embargo, como pasa con todos los cambios, hay unos agoreros que dicen que va a ser el fin del Mundo, mientras que otros defienden que esto es una maravilla. Seguramente, tendrá aspectos buenos y aspectos malos. Lo que sí vemos ahora son las modificaciones en las relaciones a las que estábamos acostumbrados. Es decir, ahora nos montamos en el tranvía y todo el mundo está pendiente de su móvil. Por eso, lo que han dicho muchos teóricos es que estamos conectados pero solos».

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