Los trazos cortos y rápidos, la pincelada espesa y los colores contrastantes y llamativos son algunos de los rasgos que definen el caótico universo artístico de Van Gogh. Un microcosmos que se caracteriza, además, por la intensidad dramática y la peculiar técnica del pintor holandés más célebre de todos los tiempos. Ahora, gracias al Tenerife Espacio de las Artes (TEA), el público podrá saciar su espíritu nostálgico y rememorar muchas de las pinturas del artista sin oreja a través de Loving Vincent (2017).
La cinta polaca, que ya ha sido laureada como mejor película de animación por los Premios del Cine Europeo, compite ahora en la misma categoría de cara a los Óscar, que se celebrarán en la madrugada del próximo 4 de marzo. Será precisamente durante ese fin de semana, del viernes día 2 hasta el domingo 4, cuando podrá verse en versión original, con subtítulos en español. Además, se pondrán a disposición del público dos sesiones distintas: una a las 19.00 y otras a las 21.00 horas.
Uno de los motivos de su obligado visionado es su proeza técnica. El filme se convierte, así, en el primero de la historia del cine en estar animado a partir de pinturas al óleo. El largometraje se compone nada menos que por 56 800 fotogramas, pintados uno a uno por los más de 100 artistas que participaron en su elaboración, y que reproducen el estilo del postimpresionista neerlandés.
A lo largo de sus 80 minutos de duración, Loving Vincent narra un relato de misterio. Este arranca con la llegada de un joven extraño (Douglas Brooth) a París con el pretexto de entregarle una carta en mano a Theo, el hermano y respaldo financiero del eterno enemigo de Paul Gauguin. Sin embargo, pronto se entera de que Theo ha muerto, por lo que se traslada a Arlés, al sur de Francia. Allí se hospeda en el mismo motel donde Van Gogh se suicidó, aunque sus entrevistas con las últimas personas que lo vieron en vida empiezan a poner en tela de juicio aquello que creía seguro.
Se estrena en la dirección Hugh Welchman, acompañado por Dorota Kobiela. Entre el reparto que dio vida a los cuadros destacan la nominada al Óscar, Saorsie Ronan (Brooklyn, Lady Bird), Douglas Brooth (Noé, El destino de Júpiter) y Helen McCrory (Harry Potter, La mujer de negro).
Aunque aplaudida por la crítica mundial, Loving Vincent tendrá que competir contra Coco, la aclamada película de Pixar, por la estatuilla dorada. Con o sin el codiciado premio, la obra ya se erige como una manifestación artística revolucionaria en la que se disuelven las fronteras entre pintura y cine.