Domingo González es cineasta y socio fundador de la productora y distribuidora cinematográfica Digital 104. Con una formación en Historia del Arte y Periodismo, el tinerfeño tuvo claro desde joven que quería dedicarse al séptimo arte. Su más reciente trabajo es el largometraje Una casa en el pueblo, un documental personal sobre el hogar donde pasaba los veranos de niño en Vilaflor, Tenerife. Las próximas proyecciones del filme serán en el ciclo de Filmoteca Canaria: el 27 de mayo en el Teatro Guiniguada, en Las Palmas de Gran Canaria; el 28 de mayo en el Auditorio de Fuerteventura; y el 29 de mayo en el Espacio La Granja, en Santa Cruz de Tenerife.
¿En qué momento decidió dedicarse al cine? «Me gusta el cine desde siempre, pero cuando estudié Historia del Arte empecé a ver películas desde otro punto de vista y descubrí cosas que no sabía. Con un amigo comencé a hacer cortos y talleres. Luego nos unimos al Aula de Cine de la ULL. Con los años seguimos haciendo cosas tipo amateur hasta que con la crisis de 2011 acabamos en el paro y decidimos profesionalizar lo que estábamos haciendo creando la empresa».
¿Cuál considera que ha sido su proyecto más ambicioso? «Cada proyecto lleva tiempo de formas diferentes. Una casa en el pueblo es un largometraje y como tal lleva mucho trabajo. Pero además, fue un proceso diferente porque es muy personal. Tardó tres o cuatro años, pero siento que lo llevo haciendo toda la vida. Mi familia y yo participamos como personajes y pensé que me iba a costar pasar el chip a ser director. Pero fue más fácil de lo que pensaba».
¿Cómo ha sido la recepción de Una casa en el pueblo por parte de la audiencia? «Siempre es muy complicado estrenar de forma independiente. Tuvimos la suerte de que todavía estaba el cine Price Prime en Santa Cruz, que acaba de cerrar, porque nos dio la oportunidad de estar tres semanas. En Multicines Tenerife también han hecho mucho por apoyar el cine canario y proyectamos una semana con las Charlas de cine. No se ha visto mucho más, pero la recepción ha sido muy buena. Lo que más cuesta es que la gente vaya al cine».
«Las nuevas generaciones han demostrado que se puede producir cine canario»
¿Cómo definiría el sector del cine en Canarias ahora mismo? «Hay varias generaciones que vienen con muchas ganas y han demostrado que se puede producir en Canarias. La juventud que está empezando ahora está más formada. Pero siempre está la asignatura pendiente de la distribución. Conseguir que el público de Canarias sepa que se hace cine aquí. Que lo vean en los estrenos. La mayoría de quienes asisten se quedan encantados con nuestras producciones, el problema es que muchas personas no se enteran de su existencia».
¿Qué opina sobre la falta de cines a pie de calle en Tenerife? «Es una desgracia, pero también era inevitable que pasara por la forma en que consumimos. Si ese es el futuro, habría que buscar la forma de que en las grandes cadenas haya presencia de cine minoritario. De lo contrario no se podrá ver algo que no sean grandes producciones en pantalla grande. Hemos perdido el hábito del cine con la llegada de las plataformas».
¿De qué manera se financian las producciones pequeñas? «En lo independiente siempre se intenta no perder dinero en la producción de la película. En taquilla solo ganas lo necesario para seguir. Luego puedes intentar venderlo a una televisión o plataforma. Hay fenómenos que han ocurrido en España como La estrella azul, pero no es lo común».
¿Cuál será su próximo proyecto? «Es un largometraje de ficción. Es sobre un personaje real de la historia canaria que no ha trascendido mucho. Es de época y se ambienta en la primera mitad del siglo XIX en el sur de Tenerife. Es un proceso largo y ambicioso, pero confiamos en poder financiarlo. Si sale sería una película muy canaria, con intérpretes de aquí y con nuestro acento».
