Ana Belén González y Juan Carlos Martín (Bigan Clothing), Iván Pintos y Emma Black (Atorie) y Paola Padilla (Paola Clothes). Foto: D. Montesdeoca

El buen ejemplo de la moda ecológica

Sociedad

La moda es la segunda industria más contaminante del Mundo. Las grandes empresas textiles utilizan sustancias nocivas para teñir la ropa. Al lavarlas desprenden microplásticos que acaban en mares y océanos. Sus fábricas están deslocalizadas utilizando una amplia logística, muy contaminante, para enviar la mercancía. Además, en la gran mayoría de los casos, el personal de estas fábricas se encuentra en condiciones laborales de semiesclavitud. Existen alternativas, la moda ecológica empieza a ganar terreno y cada vez son más las personas que se preocupan ante las alarmantes noticias sobre el cambio climático y el futuro del planeta.

Atorie, Bigan Clothing y Paola Clothes son tres marcas de ropa sostenible ubicadas en Santa Cruz de Tenerife y representan un buen ejemplo de las alternativas que tienen los consumidores a la hora de adquirir prendas sostenibles.

moda ecológico

Atorie es una tienda de ropa vintage y hecha a mano que nació en septiembre de 2018. Iván Pintos y Emma Black, el alma del negocio, compartían un ideal: «Queríamos vivir haciendo lo que nos gusta siempre de la mano de la naturaleza causando el menor impacto posible».

Ella estudió Moda y Confección en la prestigiosa escuela ESMOD, en París, donde también estudió Olivier Rousteing, actual director creativo de Balmain. La modista, tras terminar sus estudios, estuvo varios años trabajando en diferentes talleres. Ahora es la encargada de elaborar todas las prendas de la tienda.

Para su confección usa retales de telas que compran en tiendas que promueven la venta de dead stock, es decir, material que sobra de las grandes casas de costura que, normalmente, se tira o se quema. En la misma tienda les vuelve a dar vida de forma manual, con máquinas de coser no industriales, como las de antes. Todo el proceso es artesanal, consiguiendo así generar un menor impacto para el medioambiente.

«Es muy importante para el futuro del Planeta reducir nuestro consumo y evitar comprar en tiendas fast fashion»


Bigan Clothing, en cambio, es una tienda multimarca. Juan Carlos Martín y Ana Belén González fundaron en 2017 un restaurante-cafetería vegano llamado Umami Good Food. Dos años después, en 2019, y tras el éxito obtenido en su primer proyecto, se adentraron en el mundo de la moda. Todas las firmas con las que trabajan utilizan productos y procesos de elaboración sostenibles y veganos, demostrables a través de certificaciones homologadas.

Apostaron por una tienda de ropa tras investigar sobre la industria textil y la contaminación que produce a nuestro ecosistema. «Compramos ropa sin saber de dónde viene y qué o quién está detrás de lo que nos ponemos», afirma el empresario.

Actualmente, trabajan con seis marcas diferentes, cinco de ellas españolas. El precio de la ropa es más alto debido a que sus estándares de calidad son mucho mayores que los de las conocidas como tiendas fast fashion. La mayor ventaja es que esto aumenta la esperanza de vida de las prendas. «A la larga, te ahorrarás dinero y, el planeta, residuos», concluye la copropietaria.

Por último, Paola Clothes, es un proyecto que surgió en mayo de este año, durante el confinamiento. Paola Padilla es una joven tinerfeña de 18 años, estudiante de Enfermería en la Universidad de La Laguna. Vende la ropa que ella y su familia ya no usan a través de la red social Instagram. «Tenía mucha ropa arrimada en el armario y quería darle una segunda vida. Preferí venderla para que otras personas pudieran disfrutarla y darle uso que yo ya no le doy», comenta.

La idea principal de su proyecto es evitar el exceso de consumismo y aprovechar la cantidad de cosas que tenemos sin usar en nuestras casas y que otros pueden necesitar. Señala que «es muy importante para el futuro del Mundo reducir nuestro consumo y evitar comprar en tiendas fast fashion, optando por tiendas de segunda mano o ecológicas».

Por ahora, solo vende la ropa de sus más allegados, pero, si la iniciativa tiene éxito, tiene previsto revender ropa de particulares repartiendo las ganancias. Aunque, comenta que, por ahora, su principal objetivo es ganar visibilidad.

«Conseguir mercancía ecológica en el Archipiélago es mucho más complicado, los precios para enviar los productos son desorbitados»


El futuro de la moda sostenible es incierto. Grandes tiendas de ropa como Zara o Bershka se han unido a la venta de ropa ecológica creando un etiquetado especial, estas prendas señalan ser respetuosas con el entorno. Están hechas principalmente con algodón orgánico o materiales reciclados. Sin embargo, a pesar de que estos materiales son mucho más costosos, su precio sigue siendo el mismo.

Los propietarios de Bigan Clothing comentan que es imposible competir con precios tan bajos. Aunque, sus productos pueden llegar a ser un digno rival si los consumidores valoran la calidad y el proceso de elaboración. Desde Atorie, añaden que «son tan baratos porque detrás hay muchas personas pagándolo con su trabajo, en condiciones de esclavitud. Es puro marketing, si algo es ecológico, lo es de principio a fin, y no es el caso».

Paola Padilla, en cambio, cree que es un buen punto de partida para aquellas personas que no saben nada sobre la contaminación que produce la industria textil. Para ella, estas iniciativas pueden ayudar a despertar la conciencia de los consumidores.

Vivir en las Islas Canarias tiene grandes ventajas, el sol y playa o la amabilidad de su gente son algunos ejemplos. Sin embargo, a la hora de emprender un negocio ecológico son muchos los obstáculos que hay que vencer. Tanto Bigan Cloting, como Atorie coinciden en que conseguir mercancía es mucho más complicado. «Los precios para enviar productos a las Islas son desorbitados, conocemos marcas que directamente no envían aquí, no les sale rentable», comentan. Además, se produce una mayor contaminación al tener que recurrir al transporte para conseguir materiales.

Ambas tiendas coinciden en que la moda del mañana debe ser sostenible, pues, de lo contrario, el futuro será cada vez más incierto. Cada uno intenta poner su granito de arena ofreciendo productos más respetuosos con el planeta, aunque, concuerdan en que el verdadero poder lo tiene la clientela eligiendo opciones más ecológicas. «El consumidor tiene la llave para redirigir el mundo de la moda», concluyen.

Filosofía ecológica, una necesidad


El cambio climático es una realidad indudable, más de once mil científicos firmaron en 2019 una declaración de emergencia. Coinciden en que los gobiernos deben realizar «audaces y drásticas transformaciones» antes de que el cambio sea irreversible.

La filosofía ecológica ha estado presente a lo largo de la historia con el ideal de defender la naturaleza. Debido a la preocupante situación actual, este pensamiento ha cobrado fuerza y, actualmente, se basa en intentar hacer el menor daño posible a la Tierra cada vez que consumimos.

Podemos encontrar variantes ecológicas de casi cualquier producto o servicio: comida, bebida, ropa, coches e, incluso, hoteles. Sin embargo, que un producto sea ecológico no significa que tengamos vía libre para usarlo, debemos ser conscientes de que todo consumo tiene un impacto negativo para el planeta. No hay nada que no genere desechos.

Prendas de Ecoalf, una de las marcas que vende Bigan Clothing. Foto: D. M.

La filosofía ecológica se ha puesto muy de moda entre influencers y famosos. La copropietaria de Bigan Clothing comenzó a investigar sobre el tema después de una intoxicación alimentaria. Afirma que, para ella, esto no es una moda pasajera y hay que entender el ecologismo como un estilo de vida.

Ambos propietarios son veganos, algo que, según ellos, es básico si queremos cuidar nuestro planeta empezando por nosotros mismos. Explican que, cuando comemos animales estamos consumiendo un producto que genera un gran impacto en nuestro planeta. «Solo la actividad ganadera es responsable del 14,5 % de las emisiones globales de gases de efecto invernadero», informan.

Afortunadamente, cada vez son más las tiendas que optan por ofrecer en sus negocios opciones más respetuosas con el medioambiente. En cierta medida, también ayudan a difundir esta filosofía, sobre todo entre los más jóvenes, que son a quienes más les afectará el cambio climático.

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