Vinilo de "Ready To Die" de Notorius B.I.G en un tocadiscos. Foto. H. Borges

El auge del disco de vinilo

Música

En un mundo donde la música digital domina y las plataformas de streaming han cambiado nuestra forma de consumir sonidos, una antigua forma de disfrutar la música está teniendo un inesperado renacimiento: el vinilo. Esta vuelta del disco, un formato que muchos pensaban obsoleto, ha sorprendido tanto a críticos como a amantes de la música. La calidez del sonido analógico, la estética nostálgica de las portadas de los álbumes y el ritual de colocar una aguja en un surco han cautivado a nuevas generaciones y a los veteranos melómanos por igual.

Este fenómeno no es solo una moda pasajera; las cifras de ventas y la creciente demanda sugieren que el vinilo ha recuperado su lugar en el mundo musical de manera significativa y duradera.

El auge del vinilo no solo se refleja en las ventas, sino también en la cultura que lo rodea. Las tiendas de discos, que hace una década parecían destinadas a desaparecer, están resurgiendo como puntos de encuentro para aficionados y coleccionistas. Festivales y ferias de vinilo se están multiplicando en ciudades de todo el mundo, y los sellos discográficos están reeditando viejos clásicos y lanzando nuevas producciones en este formato.

El resurgimiento también ha impulsado la industria de tocadiscos y equipos de alta fidelidad, con marcas legendarias recuperando protagonismo y nuevas empresas emergiendo para satisfacer la creciente demanda de equipos de calidad.

«Se ha notado un cambio en la clientela con el paso de los años»


Detrás de este fenómeno hay una combinación de factores que van desde la nostalgia hasta la búsqueda de una experiencia musical más auténtica y tangible. Jesús Duque, dueño de la tienda Hey Boy Hey Girl, señala que «en estos últimos años se ha visto el resurgir de la moda de lo vintage, retro y demás. La decoración en la casa con tocadiscos antiguos. Es como la moda, que a veces se va y luego vuelve a resurgir un poco. El coleccionismo de vinilos es algo así».

Además, el vinilo representa una especie de resistencia a la desmaterialización de la música. Tener un disco en la mano, examinar su portada, leer sus créditos y colocarlo en el tocadiscos son acciones que conectan al oyente con el artista de una manera más directa y personal. Este ritual, casi meditativo, contrasta fuertemente con la naturaleza efímera de las listas de reproducción y los algoritmos de las plataformas de streaming.

Vinilos expuestos en la pared de la casa del coleccionista Iván Fernández. Foto: H. B.

«Hay detalles en las canciones que no se aprecian en el formato digital»


En una era de inmediatez y consumo digital, el vinilo ofrece una pausa y una conexión física con la música que muchos encuentran refrescante. Iván Fernández, coleccionista de vinilos desde hace más de diez años, define que «cuando empecé a trabajar y a ganar dinero, comenzó esta pasión del coleccionismo. Me gusta más este formato que el de un cd porque la portada es mucho más grande. La calidad del sonido, en comparación con las grabaciones digitales, es otro gran atractivo. El vinilo captura matices y profundidades que se pierden en los formatos comprimidos».

El resurgimiento de este también está impulsado por un deseo de autenticidad y exclusividad. En una época donde casi todo está disponible en línea, poseer una colección de discos puede sentirse como un acto de individualidad y gusto personal. Las ediciones limitadas y las versiones especiales de los álbumes han generado un mercado de coleccionistas apasionados, donde cada disco puede ser una joya única.

Gran parte de este resurgimiento y de la búsqueda de exclusividad que quieren tener los coleccionistas, viene también de las redes sociales. «Cuando ves que tu artista favorito tiene nuevo disco y te lo muestra en vinilo, siempre vas a querer esos objetos que tienen tus ídolos. Mucha gente joven está empezando a coleccionar, cerca del 50 % de los clientes de la tienda es de ese tipo de público», señala Duque.

Lo último sobre Música

Ir a Top