Es despertar, quitarle telarañas al mundo, huir con orden, descubrir nuevas esquinas, repasar viejas huellas, hundirse en el camino, emocionarse, perderse en las ciudades y no solo en las líneas de los textos. La cultura es educación y conocimiento. Son nombres y calles, escenarios y puertas. El acicate en el que apoyarnos para crecer, para ser nosotros mismos, para contar y apostar sobre seguro. Más que una quiniela que se hace en un bar, más que una apuesta entre amigos. La cultura no tiene techo, solo ventanas. Pero hoy, cuando más se necesita para construir cimientos de igualdad o de tolerancia, se le acusa de superficial, de arte por el arte, de una anécdota. Y estamos sedientos de ella…
Puede que sea algo recíproco, es decir, puede que la cultura también necesite de nosotros para encenderse, como un faro. Un faro de puerto viejo, amenazado y solo por la rutina de las cosas. Imaginemos: Una luz de progreso y conciencia que lucha para dejarse ver por los curiosos, o tal vez por los conscientes. Y todo lo que llega a realizar porque aún así es capaz de movilizarse, de hacerse escuchar y de estar presente en el día a día. Desde el año pasado se rebajó ese increíble 21 % de IVA cultural a un 10 %, pero que no afecta al cine, por ejemplo. Fue una medida muy esperada, de gran ayuda tal y como manifestaron muchos artistas y el público que lo consume. Sin embargo, da la sensación de que estamos a mitad de camino, que lo anterior solo son cifras ajenas, un tanto, a la realidad.
Que paradoja, porque por otro lado me asustaría pensar en la gran intensidad de luz que emanaría de esa costa si llega a cambiar el concepto universal que poseemos en España de la cultura: Invertir en faros y esos elementos del paisaje inertes. Si esto ocurriese acabaremos comprando gafas de sol, clavando nuestra espalda donde deberían ir nuestros ojos, abriendo tragaluces, rompiendo sombras. Se trata de un tema que repercute a los cimientos de nuestra sociedad, de cómo somos de forma general. Porque, no es que la cultura pertenezca a unos pocos, sino a los conscientes. Conciencia. Recojan y vivan en su realidad.
