Ana Gloria de Vera es una apasionada en la defensa de la naturaleza. En la actualidad colabora estrechamente con la ONG Ecoimplicados, donde también es vocal dentro de la directiva. Su otra gran pasión es la educación infantil, siempre ha tratado de concienciar a su alumnado sobre los valores que representa el cuidado del medioambiente. Se declara activista por vocación, al igual que quienes realizan las actividades de limpieza junto a ella. Trabaja de manera constante en futuros proyectos que ayuden a la divulgación y concienciación entre la juventud.
¿Qué es Ecoimplicados? «Es una organización sin ánimo de lucro. Nos reunimos en torno a un objetivo común, que no es otro sino la conservación del medioambiente en las Islas Canarias».
¿Qué hacen exactamente en una jornada de actividad? «Realizamos retiradas de residuos de nuestras costas y montes. También actuamos en situaciones sobrevenidas como fue la retirada de la ceniza de la reciente erupción del volcán Cumbre Vieja en La Palma. Además, en este caso tratamos de realizar una labor de acompañamiento y de apoyo».
¿Cuál es su protocolo de actuación? «Nuestra manera de operar consiste en acudir a todos los lugares donde haya basura en un medio natural. Visitamos lugares que creemos que necesitan de nuestra intervención. En otras ocasiones recibimos las llamadas de residentes de diferentes zonas de la Isla».
«Mucha gente piensa que recogemos cuatro bolsas de plásticos»
¿Qué le motiva a ir un domingo por la mañana a El Porís para recoger desechos? «No lo sé… Me motiva. Supera cualquier cansancio. Es reconfortante saber que todos esos kilos de residuos abandonados estarán fuera del agua gracias a personas que están implicadas y preocupadas en conservar los ecosistemas canarios».
Según plasman en su web, algunos estamentos oficiales y organizaciones que se denominan ecologistas no toman cartas en el asunto. ¿Podría nombrar alguna? «No me gustaría nombrar a nadie, prefiero ser positiva y pensar que todo está cambiando, que poco a poco vamos tomando conciencia sobre el cuidado de nuestras costas y montes. Es importante prevenir, detener y revertir el impacto ambiental al que están sometidas las Islas, por eso considero que es un trabajo de toda la sociedad y no solo de las administraciones».
¿Podría contar a qué se puede deber esta situación? «Las administraciones públicas no dan abasto, pero me gustaría señalar que también dentro de ellas hay personas ecoimplicadas que creen en esta causa. De hecho, cada vez detectamos más apoyo».
«No se trata de una afición sino de una necesidad»
Fuera de estas actividades de recogida, ¿tienen algún proyecto? «Tenemos iniciativas y propuestas proambientales, proyectos propios como una obra de teatro infantil y también un disco con canciones que hablan de la situación de nuestro planeta, por ejemplo el Proyecto Gaia del músico y compositor Raúl Vivetranqui».
¿Se sienten solos en esta lucha? «Probablemente. Quizás no hemos sabido tocar en las puertas correctas. De todas formas, nos suelen felicitar por la labor que realizamos y, la verdad , cada vez somos más».
¿Tienen algún patrón a la hora de elegir la zona para recoger los residuos? «Conocemos varios puntos de la costa de Tenerife que por sus características geológicas son lugares a los que las corrientes llevan toda la basura. A estos lugares, por lógica, vamos más a menudo».
¿Qué le llevó a unirse a esta ONG? «Desde muy temprana edad he sentido una especial sensibilidad y respeto por la naturaleza. Eso siempre me ha llevado a buscar tareas y personas con el mismo propósito».
¿Los residuos se acumulan en todo el litoral de Tenerife? «Sí, por desgracia la basura está por todas partes. La sociedad no es consciente de las cantidades tan inmensas de desechos que hay en nuestras costas. No obstante, cada vez somos más conscientes de que el problema es real y grave».
«Para mí no es un sacrificio sino una manera de entender la vida»
¿Se diseñan en Canarias políticas medioambientales? «Sí, todos los partidos políticos incorporan propuestas medioambientales en sus programas. Es el llamado Pacto Verde Europeo, una acción ecológica que empieza a tener importancia. Así se garantiza que no solo quede en un discurso político sino también en una obligación legal».
¿Qué es lo más impactante que ha vivido en todo el tiempo que lleva en esta ONG? «Fue en El Porís de Abona. Me invadió un estado de rabia, pena y frustración y no pude evitar llorar al presenciar la cantidad de microplásticos que había acumulados en la playa. Me quedé abatida al ver lo que somos capaces de destrozar en un planeta que nos lo ha dado todo».
