Autodidacta y con maestros como la experiencia, su padre, y genios de la pintura y la ilustración, Juan C. Walls es un artista canario con influencias tan dispares como Velázquez, Frank Frazetta o Goya. Este año ha sido el autor del cartel oficial del Salón del Cómic de Santa Cruz de Tenerife que, tras diez años, retomará su actividad el próximo 25 de noviembre en el Centro de Arte La Recova. Walls, que además es el diseñador del aspecto visual de toda la muestra, reconoce estar orgulloso de este trabajo y cree que eventos así son más que necesarios en las Islas.
¿Cómo comenzó a dibujar? «Desde mi más tierna infancia siempre me recuerdo con un lápiz o un bolígrafo en la mano haciendo dibujitos. Mis libros de texto y mis apuntes siempre estaban decorados con garabatos en cualquier espacio en blanco o en los márgenes. Las reproducciones de cuadros clásicos de los libros de historia eran un buen lugar para dibujar chistes. En cierto sentido yo inventé los memes por mi propia cuenta décadas antes de que les pusieran nombre».
¿Qué le hizo querer dedicarse al mundo del dibujo de manera profesional?«Mi padre fue el célebre paisajista canario Juan Zerép, así que desde pequeño siempre viví en un ambiente rodeado de arte. El olor del óleo fresco o la trementina me evocan mi infancia. Mi padre descubrió dese muy temprano que tenía buena mano para el dibujo y siempre me animó a ello».
Como ilustrador, ¿qué diría que es lo más difícil de su trabajo? «¡Vivir de ello! Cuando uno ama su trabajo y tiene buena mano e imaginación, lo menos difícil es llevarlo a cabo, pero los artistas no solemos ser amigos de la disciplina y muchas veces tampoco sabemos buscarnos los clientes adecuados. Siempre he procurado ser independiente y no tener que trabajar para nadie de 9.00 a 20.00 horas, pero eso también implica renunciar a la comodidad de un salario fijo para poder perseguir tu sueño de vivir de tu arte y no es una meta fácil de conseguir y, sobre todo, de mantener».
¿En qué se inspiró a la hora de realizar el cartel principal del Salón del Cómic? «La estrella destacada del Salón es el dibujante David Lloyd, creador de V de Vendetta junto con el guionista Alan Moore. Así que, desde el inicio, tuvimos claro que el cartel tenía que homenajear a su personaje protagonista, V. Quería hacer algo imaginativo con este icono que ha trascendido hasta convertirse en un fenómeno social como es Anonymous. Pero no me bastaba con reproducir la máscara de Guy Fawkes, pues eso ya lo hizo Lloyd en la portada de su obra. Quise darle una vuelta de tuerca y formar la icónica máscara por medio de otras imágenes un poco al estilo de esos retratos de Dalí formados con otros elementos que, juntos, evocaban un rostro».
¿Le resultó difícil realizar una composición que integrara de forma tan exitosa elementos del cómic y de Santa Cruz? «Bastante difícil. En una temprana reunión del comité organizador del evento alguien propuso hacer la máscara mediante la técnica de mosaico de imágenes. Yo quise ir más allá y hacerla con viñetas del cómic V de Vendetta, pero tampoco me convencía pues a fin de cuentas estas imágenes las hace un programa al que alimentas con todas las fotos pequeñas y la foto final que quieres componer. Es un proceso mecánico y poco creativo además de que recortar una a una todas las viñetas sería un proceso tedioso».
«Espero que desde esta edición, el Salon vuelva a ser una tradición y un punto de reunión entre artistas y lectores»
¿Cómo llegó a la idea final? «Me fijé en que el ojo medio cerrado de la máscara con su ceja arqueada se asemejaba a la silueta del Auditorio de Santa Cruz. Pensé que podría hacer todo el rostro de V juntando elementos emblemáticos de la ciudad, pero pronto esta idea demostró ser inviable, pues no encontraba nada con lo que rellenar el resto de la máscara. Así que decidí que simularía una página de cómic con varias viñetas y que en cada una de ellas dibujaría un elemento distinto con una distribución de luces y sombras similar al trozo de máscara que cubría».
¿Se agilizó el proceso? «Tampoco era una tarea sencilla, pero ya no estaba limitado por la idea inicial, pues Santa Cruz ya estaba representado. Una técnica que utilicé fue distribuir entre distintos grupos de Whatsapp y Telegram algunas de las viñetas que se me resistían con el trozo del dibujo original de V y preguntar a mis amigos, en una especie de Test de Rorschach, qué les sugería esa mancha abstracta. Así surgieron el dragón, que fue una idea de Alicia Warhola, y el pingüino, que fue idea de un amigo y compañero de la universidad».
En él podemos identificar a Batman, elementos de Star Wars… ¿Por qué eligió a esos personajes? «Este salón de 2018 presenta varias exposiciones temáticas, entre ellas, una dedicada a los superhéroes y otra a Star Wars en los cómics. También traeremos los óleos que Enrique Corominas ha pintado para las portadas de la serie de novelas de George R R Martin Canción de Fuego y Hielo, así que procuré que algunas de las viñetas del cartel evocaran estos temas. También hay un pequeño homenaje particular a Moebius, artista al que conocí en persona y he admirado toda mi vida, y otro a Milton Caniff, el creador de series tan míticas como Steve Canyon o Terry and the Pirates«.
¿Qué espera del XV Salón del Cómic? «Espero que con esta resurrección del salón, impulsada por el profesor y periodista Francisco Pomares y por mi hermana, la actriz y presentadora Rosanna Walls, vuelva a la Isla una tradición y un punto de reunión entre artistas y lectores que se venía echando de menos desde hacía 12 años. Esta edición pretende ser una continuación directa de aquellos tiempos, aunque adaptándonos a los actuales, por supuesto, como si no hubieran existido esos años de ausencia Para ello no hemos escatimado en invitar a grandes artistas nacionales e internacionales en un preludio de lo que pretendemos que sea, a partir de ahora, el Salón del Cómic de Santa Cruz: una cita obligada y destacada en el panorama nacional del cómic».
¿Cree que es necesaria la existencia de eventos de este estilo?«¡Sin duda! El cómic es cultura. Es el Noveno Arte, el arte secuencial. Es una expresión creativa única que aúna literatura y pintura o dibujo de manera tan válida como el cine o el teatro. Además es una poderosa herramienta para introducir e interesar a los más jóvenes sobre cualquier tema de una manera amena, y eso es algo que debería tener en cuenta el sector educativo y que trataremos de poner de manifiesto».
«Las Islas son cuna de grandes artistas»
¿Cómo valoraría la situación del sector del cómic en Canarias? «Canarias es cuna de grandes artistas y el cómic no iba a ser menos. De aquí han surgido destacados artistas que trabajan para las dos grandes Marvel y DC como son David López, Javier Pulido o Ángel Hernández, auténticas primeras figuras de estas editoriales. Rayco Pulido fue Premio Nacional del Cómic en 2017 y la exposición Cómic Sans Frontières, comisariada por Rosanna Walls en el Círculo de Bellas Artes, puso de manifiesto una pequeña muestra del gran talento que derrochan los artistas canarios».
¿Tienen los autores canarios las oportunidades necesarias? «Vivir del cómic siempre ha sido difícil. No es un camino sencillo llegar a ser reconocido a un nivel que te permita ser un profesional a tiempo completo y, en otros tiempos, el coste de la insularidad era un gran inconveniente para las aspiraciones de los incipientes artistas. Pero hoy en día las cosas han cambiado bastante gracias al avance de las telecomunicaciones y la introducción de los ordenadores a todos los niveles del proceso de creación».
Digamos que se ha dado una evolución… «Claro. Ahora, incluso, se puede trabajar cómodamente desde casa, ya sea utilizando papel y lápiz o un lienzo digital, y enviar los trabajos de manera inmediata al editor en cualquier parte del mundo. Además, los autores que están intentando buscar trabajo tienen la posibilidad de enviar a estos mismos editores su portafolio por e-mail sin tener que desplazarse a donde esté. Canarias tiene la ventaja de gozar de un clima envidiable y eso ha provocado que artistas de fuera hayan elegido nuestras islas para quedarse a vivir y trabajar desde aquí, contribuyendo a un caldo de cultivo y un ambiente de camaradería que crea una sinergia maravillosa y única».