Manu López es un artista que ha encontrado en la soledad y la autosuficiencia su mayor impulso creativo. Nacido de experiencias compartidas en proyectos como Sub-Vanya, Simple Club o Radiosepia, el músico decidió durante el confinamiento que era el momento de emprender su camino en solitario. Con la construcción de su propio estudio en casa, López abrazó la independencia total: componer, grabar y producir su música tal y como siempre imaginó.
¿Qué le inspiró a comenzar su carrera en solitario durante el confinamiento? «Durante años participé en proyectos donde componía y tocaba, pero nunca había tenido el control total de la producción. El confinamiento me dio el tiempo y las ganas de montar mi propio estudio y escribir nuevas canciones. Estar solo fue la excusa perfecta para comenzar mi carrera en solitario».
Su música tiene influencias de rock argentino y mexicano. ¿Cómo llegaron estos géneros a su vida? «Siempre había escuchado música en inglés, pero a finales de 2018 conocí a mi pareja, que es mexicana. Ella me presentó a banda como Zoé, Enanitos Verdes o Fobia, y me mostró nuevas formas de sentir el rock en español. Fue como abrir una ventana a un mundo musical nuevo».
En sus EPs como Astrolabio o Sembrar Amor, graba la mayoría de los instrumentos. ¿Cómo ha vivido esta experiencia de autosuficiencia? «Ha sido muy gratificante. Llegar a un nivel de independencia artística en el que mi música suene como la imaginé desde un principio es algo muy especial para mí».
«Intento escribir de forma que cualquier persona pueda sentirse identificada»
Cuando compone, ¿busca transmitir sentimientos, contar historias o ambos? «Creo que es una mezcla de ambas cosas. A veces una canción parte de una experiencia personal, pero intento escribir de forma que cualquier persona pueda sentirse identificada. Esa es, para mí, la magia del rock y de la música en general».
¿Cómo describiría la evolución de su música desde Astrolabio hasta Fábulas? «Creo que a nivel de producción de evolucionado más que en la composición. En Astrolabio hubo mucha improvisación, que es algo que quiero perder, pero ahora tengo más experiencia técnica. Eso se nota, por ejemplo, en mi nuevo sencillo Nuevo mundo, que saldrá en abril o mayo de 2025″.
¿Cómo ve la escena musical actual en España y su lugar dentro de ella? «Creo que tanto en España como en Hispanoamérica hay artistas increíbles. Dorian, Leiva, Viva Suecia, León Larregui, Siddhartha… Me encantaría compartir escenario algún día con ellos. Pero para mí, si alguien escucha una canción mía en Puerto Vallarta o en Manila y se emociona, ya habrá valido la pena».
«Compongo para emocionar y crecer sin perder mi esencia»
¿Cómo se prepara para un concierto en vivo y qué siente al estar frente a su audiencia? «No tengo un ritual especial, solo caliento un poco la voz y nos damos un abrazo entre músicos antes de salir. Para mí, es como salir a jugar un partido de fútbol: somos un equipo y ese momento de unión es muy importante».
El sábado 12 de abril compartió escenario con Yeray Marrero. ¿Cómo fue esta colaboración en directo? «Muy enriquecedora. Yeray y yo ensayamos semanalmente en Barcelona, y en esos ensayos suelen surgir cosas interesantes. Aporta mucho no solo tocando la batería, sino también con las programaciones que lanza desde su Roland SPD-SX».
¿Qué consejo daría a quienes empiezan en la industria musical? «Que escriban, graben, toquen, aunque sea para diez personas. Y que se rodeen de gente auténtica, de quienes creen en su proyecto porque sienten algo especial, no solo por interés económico».