El artista con dos de sus obras expuestas en El Almacén. Foto: L. Artiles

«Cuando expongo mis obras quiero que el público las toque y sienta»

Artes y Humanidades

Paco Curbelo es escultor, fundador y presidente de la Fundación Curbelo Santana, Entidad que es sede del III Campus de Escultura de Lanzarote que se celebra estos días en San Bartolomé. Se formó en Arte en la Escuela Superior Artística de Las Palmas de Gran Canaria y en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Barcelona terminó sus estudios. A lo largo de su carrera también fue profesor de Volumen en la Escuela de Arte Pancho Lasso de Arrecife. Asimismo, cuenta con cerca de cuarenta obras artísticas tanto dentro como fuera de Canarias. También ha expuesto numerosos trabajos individuales y colectivos, nacionales e internacionales.

¿Cómo descubrió su pasión por el arte y la escultura? «Fue de casualidad. Terminé de estudiar Bachillerato y no sabía qué hacer hasta que un profesor me animó a estudiar Artes. Además, me tuve que ir a Cataluña porque cerraron la Escuela Superior de Bellas Artes de Las Palmas. Allí terminé pintura y descubrí la escultura, en ese momento fue cuando decidí que esto era lo mío. En Barcelona también tuve la oportunidad de hacer cursos de restauración de pintura mural, pintura al fresco, fotografía… La verdad es que aproveché el tiempo».

De todas las obras que ha hecho a lo largo de su carrera, ¿con cuál se queda«Son tantas las obras que tengo que es muy complicado elegir. A lo largo de los años me he convertido en un experto de la obra monumental y tengo muchas esculturas de gran formato, pero hay dos o tres que me llenan mucho. Por ejemplo, el Monumento a las comunidades, inspirado en la sardana, y una escultura pequeña que fue la primera que hice en mármol. Esas dos me encantan porque han marcado mi trayectoria como escultor».

Paco Curbelo, con su primera escultura hecha en mármol. Foto: L. Artiles

¿Qué es lo que más le gusta de ser escultor? «Tener tantos trabajos en la calle y que las pueda ver y disfrutar quien quiera. Cuando yo no esté, eso va a quedar ahí y es muy gratificante. Además, como yo trabajo materiales nobles, van a perdurar en el tiempo. También me encanta quitar lo que sobra de las esculturas y ver como queda el resultado. No me gusta tanto el pulir los acabados, sino ver cómo sale lo que tengo pensado».

¿Y lo que menos le gusta? «Buscar clientela que compre las esculturas. Yo he tenido suerte y normalmente no es complicado, pero soy muy malo a la hora de las relaciones públicas. Soy muy reservado y un poco tímido, entonces me cuesta bastante estar de cara al público».

¿En qué se inspira a la hora de crear nuevas esculturas? «Especialmente en la naturaleza y en sus formas. Por ejemplo, a mí me gusta mucho salir en bicicleta y perderme por caminos. Voy observando y de repente veo una piedra o un árbol, me paro con la bicicleta, hago fotos o apuntes y los utilizo para nuevas ideas».

«Dedicarse a la escultura es complicado, pero hay que tener constancia»


¿Qué pretende trasmitir con sus obras? «Sobre todo, si están al exterior para que las vea mucha gente, lo que quiero transmitir es paz, tranquilidad y todo tipo de sentimientos».

Junto con su mujer, Rufina Santana, creó hace cuarenta años la Fundación Curbelo Santana. ¿Qué valora de estas cuatro décadas de gestión cultural? «Las actividades que hacemos. También me quedo con poder compartir tiempo y tener a jóvenes artistas conviviendo conmigo. Es un orgullo ver que la Fundación está viva y que sigue funcionando después de tantos años».

¿Qué le diría a la juventud que ve complicado dedicarse profesionalmente a la escultura? «Es un mundo difícil porque necesitas unas herramientas especiales, un espacio y tiempo para hacerlas. Dedicarse profesionalmente y poder vivir de ella es complicado, pero tienen que tener mucha constancia y no aburrirse. Sobre todo, es necesario que les guste lo que están haciendo, sea lo que sea».

«La idea del Campus es formar al estudiantado»


Estos días se está celebrando en la sede de su Fundación el III Campus de Escultura junto a la Universidad de La Laguna. ¿Qué aporta esta experiencia al alumnado? «Trabajar en equipo. Eso es fundamental. La idea del Campus de Escultura es formar al estudiantado que termina sus estudios. Intentamos transmitirles lo que hay después de la universidad con las conferencias, los cursos y las charlas que damos. Yo, por ejemplo, lo eché de menos cuando terminé la carrera».

Actualmente tiene una exposición abierta para el público en Arrecife, ¿por qué decidió darle el nombre de Mar de piedra«Yo he sido y soy un amante del mar y de la piedra, esas dos palabras resumen mi vida. De alguna manera, engloba todas las obras que se pueden visitar en la exposición. Es una retrospectiva de lo que ha sido mi carrera. Se puede ver desde la primera escultura que hice en la carrera hasta la última que he hecho».

En su trabajo actual se puede observar una faceta más íntima. ¿Qué busca transmitir con las obras? «Intento que una obra te invite a acercarte a ella y que la toques. Hay artistas que ponen en un letrero de ‘No tocar’. Yo no, yo quiero que la toquen y la sientan porque eso transmite mucho más».

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