La compañía norteamericana ha vuelto a invertir sus ingresos en el mercado de los videojuegos. En esta ocasión, ha adquirido Activision Blizzard, una entidad dentro de la industria que posee títulos tan sonados como Call of Duty, World of Warcraft o Diablo. Esto supone que la desarrolladora pasa a estar bajo las órdenes de una empresa que anteriormente adquirió Bethesda y que pretende establecer un plan de negocio ambicioso para su consola, Xbox Series X.
El revuelo en las redes no tardó en llegar. Los aficionados más partidarios de PlayStation temen que los videojuegos que tanto han amado puedan lanzarse exclusivamente para la consola de Microsoft. La relevancia de estos movimientos es grande, puesto que se trata de un cambio de paradigma que afecta a títulos relevantes en el desarrollo de los videojuegos y que son muy queridos por los gamers.
Sin embargo, Phil Spencer, director principal de Xbox, ha anunciado en su cuenta oficial de Twitter que mantendrá los acuerdos presentes con Sony, por lo que no tienen la intención de privatizar la salida de ninguno de los juegos pertenecientes a las desarrolladoras que ha adquirido. No obstante, este movimiento va más allá de un simple control en las ventas.
Lo cierto es que esto se define como una apuesta por establecer un nuevo modelo de negocio. No se trata de una guerra entre consolas. Lo que busca Microsoft es tener a su disposición un mayor catálogo de entregas que pueda incorporar a su Xbox Game Pass y al modelo de juego en nube. Se busca que el hardware de la Xbox no sea un problema, y que puedas jugar a todos los juegos que quieras siempre y cuando tengas un dispositivo de Microsoft.
Un nuevo modelo de negocio
La compañía pretende que desde tu televisor, tablet, PC o iPad puedas disponer de un amplio catálogo de juegos gratis. ¿En qué lugar deja esto a la consola nipona? Por ahora solo se intuye que van a intentar mejorar la oferta de PlayStation Plus y Playstation Now con el nuevo PlayStation Spartacus. Se espera que llegue a PS4 y PS5 en la próxima primavera y que de entrada se pongan a disposición del usuario todos los juegos que han pasado por PlayStation Plus.
Con esto irá desapareciendo PlayStation Now, quedando presente como alternativa PlayStation Plus. Aún no se conoce el precio de esta nueva iniciativa, pero lo que sí está claro es que pretende establecerse como la competencia directa al Game Pass de Xbox. Habrá que estar pendiente a los próximos movimientos de Sony para conocer cómo será el desarrollo competitivo des esta nueva generación de consolas.
Las guerras de exclusividades parecen cosa del pasado. Ahora las empresas buscan que te sientas lo más cómodo posible a la hora de disfrutar de una oferta común a las dos grandes entidades. Xbox ha pegado primero en la nueva generación. Quizás logren remontar ese segundo puesto que les tocó defender en la anterior. Lo cierto es que esto solo es el principio. Habrá que esperar para saber quién se lleva la palma: PlayStation o Xbox.
