María Salazar forma parte del elenco de 'La piel del volcán'. Foto: PULL

«La gente quiere ver en pantalla a la persona que hay tras el personaje»

Cultura / Ocio

María Salazar, natural de Los Realejos, acaba de finalizar sus estudios de Arte Dramático en la Escuela de Actores de Canarias y con 24 años puede presumir de formar parte del reparto de la película La piel del volcán, estrenada recientemente en cines. Tras no entrar en Medicina, la carrera de sus sueños, decidió probar con Veterinaria, que tampoco le convenció. Después de pensarlo mucho, comenzó su carrera de actriz. Reconoce que su pasión por las artes escénicas no es algo innato y que, gracias a su madre, hoy en día puede dedicarse a ello.

¿Qué estudios o formaciones hay que tener para convertirse en actriz? «Pues, como dije estudié arte dramático, aunque no es lo único. También es importante tener ciertas características y encajar en un perfil. Además, puedes complementarlo con otras clases. En mi caso, he estado en piano, y ahora estoy empezando a aprender bajo eléctrico. Estuve en canto muy poquito, pero he estado en casi todos los géneros de baile. También hice un taller de especialista de figuración para escenas de acción, un poco de todo. Tengo la titulación de actriz de doblaje, que no tiene tanto que ver, pero forma parte del mundillo».

«Estamos superando en audiencia a todas las producciones internacionales en los cines»


¿Qué significa haber participado en una producción profesional como es La Piel del Volcán? «Esto es una locura. Todavía no me creo que pueda participar en una película tan pronto, recién salida de la carrera. Es maravilloso hacerlo de la mano de profesionales de la talla de Mingo Ruano, Maykol Hernández y Yanely Hernández, que tienen gran reconocimiento en las Islas, una carrera larguísima y una profesionalidad brutal. Y, por supuesto, el poder hacer una película canaria, de nuestra tierra, con nuestro acento, con nuestra gente, contando nuestra historia. Eso se lo debemos a Armando Ravelo, que es el director, porque nadie se ha atrevido a contar lo nuestro, que siempre nos creemos menos».

¿Cómo valoras las buenas críticas de la película? «Es una pasada porque siempre te esperas que haya un equilibrio. Comentarios malos apenas he recibido, lo cual no es algo que yo agradezca. Siempre es bueno tener alguna crítica constructiva. Pero veo que la gente se queda con la parte buena y me gusta ver la emoción con que se hagan cosas de Canarias. Siempre tienes la idea de que te van a decir que si es algo canario, pues no me interesa. La gente está muy emocionada con la historia, se van llorando, han aplaudido en las salas de cines. Estamos haciendo unos números en taquilla que no se hacían con una película canaria desde hacía veinte años. Y, ahora mismo, estamos superando casi en audiencia a todas las producciones internacionales en los cines».

¿En qué otros proyectos has participado? «He tenido la suerte de participar en la cabecera del Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria en el año 2019, con la temática de Río. Este año fui la cabecera del Festival de Cine Isla Calavera Fest. Y bueno, he estado haciendo cortometrajes desde hace seis años hasta ahora. También tuve la suerte de hacer durante el confinamiento una especie de cine documental. Me llamó un director valenciano y me ofreció uno de los papeles de una película que se hizo grabada desde casa. El trabajo se llama #Confinados. Coronavirus en España».

¿Qué crees que se debe tener para dedicarse a la actuación y hacerlo bien? «Pues por experiencia, y porque también he preguntado a muchas personas que han dirigido grabaciones, lo que tienes que tener es verdad. La gente lo que quiere ver en pantalla es a alguien, un personaje, pero que se vea a una persona. Se lo tienen que creer, y para eso tú tienes que tener verdad en lo que haces. A lo mejor no das el papel para un perfil y te agobias porque no te sale. Bueno, pues a lo mejor lo tuyo no ese papel, pero se te dan bien los otros veinte tipos de papeles. Pues céntrate en explotar esos veinte y crear personajes con distintos arquetipos».

¿Qué problemas ves en esta profesión? «Bueno, hay muchísimos inconvenientes. Desde uno mismo, cuando se interpone el ego con tu profesión, pues tira para hacia detrás en tu persona. Por otro lado, los trabajos no están regulados de una forma legal, con un sueldo mínimo o seguridad social. No hay un colectivo que se encargue de defender a artistas, no solo a quienes actúan. Entonces, yo creo que por ahí vienen los problemas de nuestro sector. Aunque también si lo regulasen, teniendo en cuenta que ya muy poca gente te contrata por temas económicos, casi se pararía la profesión. Nos tenemos que hacer respetar, pero también queremos vivir de esto».

«Ni antes del coronavirus llenábamos un 50 % de la sala»


¿Qué impacto ha tenido el coronavirus en el arte? «Las restricciones son muy abusivas, pero te diré una realidad de la que nadie habla. Ni antes del coronavirus llenábamos un 50 % de la sala. Y es que la cultura está infravalorada. Tenemos un problema mucho más allá del coronavirus. El problema está en que no se consume cultura, y cuando la gente consume cine, lo hace en las plataformas digitales. Debería haber una simbiosis entre plataformas y cine, porque la experiencia de compartir con la gente de alrededor no la tienes en tu casa».

¿Qué consejo le darías a la juventud que aspira a dedicarse al teatro? «Yo el consejo que le doy tanto a artistas como a cualquier persona de otro sector es que luchen por sus sueños. En todo lo que te metas va a estar difícil, pero quien quiere moverá cielo y tierra para conseguirlo. Que no se rindan. Porque cuanta más gente haya luchando por el sector más se nos escuchará. Tenemos el poder en nuestra mano de cambiarlo».

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