«En Canarias disfrutas de lo que tiene valor: las personas y los momentos»

Sociedad

«El mar es el único lugar que el ser humano aún no ha conquistado visualmente». Así hablaba Gazz del valor añadido y la tranquilidad que aporta vivir en Canarias. Sin duda, la cercanía, la humildad y la naturalidad son algunos de los rasgos que caracterizan al videógrafo nacido en Francia. A pesar de sus raíces galas, creció en Lanzarote y, en la actualidad, vive en Madrid, donde estudió Comunicación Audiovisual. Su popularidad comenzó cuando decidió colgar un vídeo en Vine para echarse unas risas con sus amigos y, poco después, se convirtió en viral. Ahora ha pasado a ser una auténtica revolución de las redes sociales, llenándolas de humor y, en ocasiones, promocionando marcas como Hyundai Canariashabitualmente en compañía de su fiel amigo Nacho Peña.

¿Cómo surge Gazz? «Empecé en 2013 porque estaba en el paro. Ya había trabajado un tiempo en el mundo audiovisual y aproveché el tiempo libre que tenía. En vez de ponerme a llorar, me puse a hacer vídeos por mi cuenta. Mi hermano pequeño me enseñó una aplicación, Vine, que servía para hacer pequeños clips de seis segundos y, me pareció una plataforma muy interesante por su sencillez y no necesitar más equipo que el móvil. En el mundo audiovisual, si quieres hacer grandes cosas, necesitas material técnico y buenos equipos, hoy en día eso se va reduciendo. Empecé a generar contenidos donde lo único importante era la idea y la gente que lo viera. Era genial poder tener una idea, crearla y lanzarla a Internet. Yo empecé para reírme con mi grupo de amigos, pero un tiempo más tarde me volví a instalar la aplicación y vi que lo que había grabado se había viralizado».

«Desde que Vine desapareció, me trabajo más los vídeos a nivel creativo»


¿Cuánto tiempo dedicas a tus contenidos? «Yo no era consciente de que podía hacer gracia a la gente y, entonces, empecé a currármelo un poquito más. Poco a poco, dos años después pude dejar mi trabajo y dedicarme exclusivamente a esto. No me estoy haciendo rico pero me da para vivir bien, estoy contento. Es una lucha diaria para seguir encontrando nuevas maneras de colaborar con empresas o de crear contenido del que puedas sacar un beneficio para continuar. A la gente que me sigue les tengo mucho cariño. Tengo mucha suerte porque Internet es una jungla y a mí no me han insultado demasiado hasta ahora. Gracias a ellos por estar ahí y brindarme las oportunidades que me han dado».

¿Te marcas una periodicidad? «Yo solía presumir de subir un vídeo al día, ya que empecé con Vine y se hacían relativamente rápido (lo más difícil era tener la idea). Desde que la plataforma desapareció, me los trabajo más a nivel creativo, no a nivel de rodaje. Llegó un punto en el que yo me di cuenta de que me estresaba solo. Además, cuando tú te pones unas barreras y te obligas a subir algo a una periodicidad concreta estás forzando la creatividad de una forma contraproducente. Entonces, a día de hoy, procuro estar lo más presente que puedo en Internet, pero no dejo que me coma la vida porque es algo que te puede marcar la vida personal de forma muy fácil. Entonces, creo que hay que llevarlo con calma y, sobre todo, que el producto final sea bueno. Se trata de dar a la gente un contenido que creas que le va a gustar y, especialmente, que te guste a ti».

¿Qué es lo que más te gusta de todo? Actuar, grabar, editar…  «La parte que más disfruto es la edición. Cuando has terminado de grabar y te toca montar todo. Es verdad que desde hace tres o cuatro años he descubierto que actuar me encanta, me encanta improvisar, hacer el tonto y ver el resultado. Yo soy editor profesional, por eso es fácil que tire por ahí».

«A mí siempre me ha venido muy bien recordar de dónde soy para saber qué es lo que quiero»


También escribes, ¿qué significa para ti esta forma de expresión? «Llevo escribiendo desde que estaba en la carrera, porque yo escribo guiones, y escribo mis propios vídeos. Aunque la gente no lo sabe, muchos hay que escribirlos antes de grabarlos. Yo he escrito siempre, pero hace poco empecé con artículos sobre Canarias para Network, manteniendo mi estilo y dándole un toque de humor, y me encanta. No me planteo dedicarme a ello profesionalmente, porque tengo mucho respeto por el oficio de periodista, redactor y escritor, pero hago mis pinitos y la gente parece apreciarlo. Voy a seguir haciéndolo mientras la cosa dure».

¿Qué significa para ti Lanzarote? «Lanzarote es mi roca, es mi guía. Las raíces a las que me agarro cuándo no sé qué hacer. Cuando te marchas de tu tierra, que es una cosa que yo recomiendo a todo el mundo cuando venimos de una isla, Lanzarote representa mi valor de vida, mi forma de pensar y mi estilo de vida. Cuando uno se va a la Península o a otro país, nos enfrentamos a nuevos entornos que, lo quieras o no, te afectan. A mí siempre me ha venido muy bien recordar de dónde soy para saber qué es lo que quiero. Siempre que tengo una duda, que tengo miedo y me enfrento a algo desconocido me agarro a dónde vengo y a dónde me he criado, y me doy cuenta de que no todo tiene que complicarse tanto. Simplemente tomártelo con tranquilidad, ser tu mismo y esperar que las cosas salgan bien».

«Los canarios somos nómadas por naturaleza y tenemos que ver lo que hay fuera»


¿Crees que vivir en Canarias supone una barrera para crecer en este ámbito? «Yo diría que todo lo contrario. Te enseña una forma de ver las cosas que te da humildad. Te ayuda a ver el mundo con unos ojos más maravillados que los de otra gente. Sé que si no hubiera crecido en Lanzarote no sería una persona tan cercana. De lo primero que me di cuenta cuando fui a la Universidad fue que muchos de mis compañeros de clase eran gente muy cerrada, a pesar de haber nacido en Madrid. Yo, en cambio, estaba constantemente sorprendido, con ganas de aprender y era consciente de que tenía mucho que ver. Es verdad que Lanzarote es pequeño, pero lo bonito de eso es ser consciente de que hay mucho mundo ahí fuera. Por eso, creo que lo mejor que te puede pasar es salir de la Isla. Los canarios somos nómadas por naturaleza y tenemos que ver lo que hay fuera».

¿Te planteas volver? «Sí. Aún no he vuelto por motivos laborales. Es complicado, pero es normal porque es un territorio que aún está en desarrollo en muchas áreas. Canarias no tiene nada que envidiar en cuanto a posibilidades. Muchos de los niños que hemos crecido en Canarias tenemos una mentalidad abierta. Es un sitio que te enseña a disfrutar de las cosas que de verdad tienen valor: las personas, los lugares, los momentos, y nos ahorramos todas esas capas de postureo o preocupaciones que al final del día no te aportan gran cosa. A mí lo que me gusta es salir a la calle, saludar a la gente, encontrarme todos los días con los mismos. La capacidad para interactuar socialmente nos prepara mejor para luego comernos el mundo, porque lo vemos todo más cercano. Con buenos modales y educación se puede llegar a cualquier lado. Como prueba de ello, sí que hay muchísimos profesionales canarios que destacan a nivel mundial y mucha gente no lo sabe».

¿Qué opinas del debate sobre los límites del humor? «Creo que no se trata de los límites del humor, sino de los límites que nos ponemos cada uno a la hora de controlar nuestras emociones. Creo que una forma que tenemos los seres humanos de lidiar con lo peor de la sociedad es reírnos de ello. Entiendo que haya mucha gente que se pueda ofender, pero el humor no debe tener límites nunca. Al igual que el humor tiene que poder tratar cualquier tema, las personas tienen que tener la libertad de decidir si lo consumen o no».

«Hay muchos humoristas que confunden la libertad de expresión con poder decir cualquier cosa»


Este tema ha generado polémicas… «El problema es que hay muchos humoristas que confunden la libertad de expresión con poder decir cualquier cosa. Si vas a hacer humor con un tema que puede traer cola, como humorista tienes que estar preparado para asumir esas situaciones y saber llevarlo. Si crees que puedes decir cualquier cosa y que por decir algo ofensivo estás siendo gracioso, tienes que entender que te metan caña. Lo que me parece mal es que hoy la gente hace chistes sin pensar solo por llamar la atención y luego los ves pidiendo disculpas».

¿Has vivido situaciones de este tipo? «Yo no soy la persona más indicada, porque yo me considero simplemente un tío al que le gusta hacer el bobo. Hay humoristas de profesión que podrían responder mejor que yo, pero es un tema que me interesa, porque me ha tocado vivirlo. Cuando yo hago un vídeo o hago un chiste que ha ofendido a alguien intento entablar una conversación, aunque por Internet es difícil. Hablar con alguien por esta vía es enfrentarse a las emociones más vivas que uno tiene. Cuando el humor te ofende, o entablas una conversación o lo ignoras».

¿Qué proyectos se te presentan para 2018? «No me gusta mucho hablar de mis proyectos, porque tengo la teoría de que a veces se me va la fuerza por la boca. Nuestra idea es siempre ir a más, hacer cosas nuevas, no nos gusta repetirnos demasiado. Me refiero a mí y a mi amigo Nacho, que es con quien trabajo a menudo. Esperamos que este año podamos subir el nivel y que la gente vea que no somos dos imbéciles que hacen vídeos en Internet sino demostrar que tenemos algo que contar. Esa es mi ilusión y espero que este año lo consigamos».