El baloncesto en silla de ruedas esconde una historia de superación detrás de todos y cada uno de los jugadores que lo practican. Estos deportistas sufrieron un revés que les ha postrado en una silla para siempre, pero lejos de hundirse, sacaron fuerzas de flaqueza para hacerle frente a la discapacidad con la práctica deportiva. Los integrantes de la sección de basket del Ademi Tenerife son el mejor ejemplo. Sus ganas de trabajar y de decirle al mundo «aquí estamos y somos tan normales como cualquier otra persona» les hace olvidarse de su minusvalía, ponerse el chándal, ir a la cancha y disfrutar del deporte que tanto aman. Como expresa el dicho popular, «lo importante no es caer, sino saber levantarse». Estos héroes se empeñan en cada entrenamiento para demostrar que el refrán es cierto.
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Tuvo lugar el pasado domingo, 1 de diciembre, en la azotea del