“Todos tenemos historias ocultas y trato de representarlas en mis fotografías”

Cultura / Ocio

Leo Amaya es un joven tinerfeño de 22 años que estudia Arquitectura en Madrid. Desde muy pequeño ha sentido una fuerte atracción por la fotografía y, a día de hoy, es una pasión en la que invierte gran parte de su tiempo y a la que espera poder dedicarse profesionalmente. Este diario ha tenido la oportunidad de entrevistarle para saber más acerca de su obra, su proceso creativo y sus aspiraciones.

¿Qué es lo que te llevó a adentrarte en el mundo de la fotografía? «En mi familia siempre ha estado muy presente. Desde pequeño mis padres siempre han inmortalizado momentos con sus cámaras. Tengo toda mi infancia documentada en imágenes que fueron tomadas con la misma cámara con la que ahora trabajo, la Nikon f2 de mi padre. Siempre que había alguna celebración o cita importante, mis padres nos sacaban fotos; al par de semanas solían estar ya reveladas y ampliadas a papel. Luego las añadían a la colección de álbumes que aún conservamos en casa. Supongo que gracias a eso siempre existió esa curiosidad. Lo cierto es que fue en 2014, tras llegar a Madrid, cuando de verdad decidí adentrarme en el mundillo. Cogí la cámara de mi hermana, que vive conmigo, y me fui a la calle a tirar fotos. Me creé una cuenta de Instagram (@l3oamaya) para subirlas a la red y me lo tomé como un proyecto, ya que me gusta tanto sacarlas como compartirlas».

¿Fotografía digital o analógica? «Empecé con la digital, aunque ahora disparo en analógica. Creo que el método tradicional es apasionante. Es pura magia, control y confianza. Requiere un aprendizaje de la materia desde cero. Supone un camino muy bonito. No obstante, no creo que vaya a hacerlo siempre en analógico, los costes son muy altos y los tiempos desde que sacas la foto hasta que la obtienes, muy lentos. Aún así, me encanta fotografiar en analógico y vivir esa sensación mágica. Para proyectos personales la prefiero, sin duda. Sin embargo, para trabajos profesionales, me decanto por la digital».

 

¿Cómo valoras el uso de redes sociales como Instagram? «Es parte de mis inicios. Empecé a hacer fotos y a marcarme unos objetivos gracias a esta app. Ahora, obviamente, no es así. Las redes son un medio para exponer tu trabajo, no un fin en sí mismo».

¿No crees que se ha desvirtuado su finalidad original? «Es cierto que todo esto se ha desviado un poco. La gente comparte fotos para ganar visibilidad y no existe casi contenido original en la comunidad española. Veo continuamente fotos del mismo tipo y gente a la que realmente no le apasiona la fotografía, sino el postureo. Parece una competición por ver quién lleva la más perfecta de las vidas. Ya casi no se ven imágenes que lleven detrás un contenido compositivo u expresivo. En las redes hay demasiadas fotografías vacías».

«En las redes hay demasiadas fotografías vacías. Ya casi no guardan un contenido expresivo»


¿Ha afectado a la profesión la incorporación de cámaras en los teléfonos móviles? «Es cierto que actualmente existen móviles con una calidad de imagen muy buena y también aplicaciones de revelado de imágenes muy potentes. El nuevo iPhone saca unas fotos increíbles y cada año lo mejoran. Creo que son geniales para el público al que van dirigido y generalmente, como forma rápida de sacar una foto, resuelven bastante bien. Pero para nada han robado mercado a las cámaras réflex o mirrorless».

En tu obra sueles recurrir bastante a la figura de la mujer en entornos naturales, al igual que a la técnica de fusión de imágenes. ¿Qué tratas de transmitirnos? «Desde que empecé a tomar fotos me ha venido fascinando más y más la naturaleza. Creo que es algo que, de una manera u otra, siempre estará presente en mi obra. Me gusta fusionarla con la mujer como representación del componente más básico de la vida: la madre naturaleza. Al superponer con la técnica de la doble exposición plantas o flores en sus rostros pretendo que su cara no se reconozca; esto le da un carácter impersonal a la imagen. También suelo añadir más de una cara a la modelo retratada; pienso que todos tenemos historias ocultas y diferentes personalidades y trato de representar eso».

 

 

Al ver tus instantáneas da la impresión de que no son capturas hechas de forma espontánea, parece que detrás de cada una hay un proceso creativo previo. ¿Imaginas tus fotos antes de sacarlas? «Estoy todo el rato imaginando posibles fotografías. Muchas veces hasta se me olvidan por no anotarlas. Por otro lado, existen fotografías que directamente improviso en función de lo que me sugiera la persona o la localización y lo intento plasmar sobre la marcha. Me gusta también esa manera de trabajar. Pero sí, por lo general hay que pensar mucho las fotos; al menos yo, que no tengo una pantalla para poder verlas y tengo que imaginar como quedarán. Sobre todo en las superposiciones, que las hago directamente en cámara disparando un frame sobre otro. Me encanta ver, una vez reveladas, que ha salido justo lo que tenía en mente. Aunque eso no pasa con frecuencia, es algo muy satisfactorio».

¿Qué tiene más peso en tu trabajo, la captura de imágenes o la fase de posproducción? «Sin lugar a dudas, la captura de imágenes. En retoque no modifico mucho, solo algunos ajustes de luz, contraste, etc. Es, en cierto modo, lo bueno del analógico: se consiguen unos colores y unas texturas que me apasionan. Además, como las dobles exposiciones las hago directamente en cámara ni si quiera en ese proceso uso photoshop. Eso sí, luego me gusta maquetarlas y hacer composiciones a mi manera».

«Creo que hay que dar un giro de 180 grados a la fotografía en España»


Ahora mismo estás estudiando Arquitectura en Madrid, ¿ves en la fotografía un futuro profesional o simplemente una pasión a la que dedicar tu tiempo libre? «La verdad es que sí, yo me veo dedicándome profesionalmente a esto. De hecho, ahora mismo estoy trabajando en una empresa de fotografía de bodas bastante prestigiosa: Liven Photography. Obviamente, tengo aspiraciones más allá de eso. Me gustaría probar con la fotografía documental o incluso de moda. Precisamente ahora estoy embarcado en la elaboración de un porfolio de moda. Creo que hay que dar un giro de 180 grados a la fotografía en España. No solo conceptualmente, sino en la mentalidad de la gente; que sepan lo que de verdad cuesta este trabajo. Esto no es solo apretar un botón».

¿Qué proyectos tienes en mente? «Tengo pensado llevar a cabo muchos viajes con el fin de documentarlos, tanto mediante la fotografía como con vídeos o incluso cortos. Me encantaría viajar a países como Marruecos, India, Tailandia, Birmania y todo el sudeste asiático. Quiero documentar los diferentes pueblos, gentes y paisajes del mundo y, en especial, en el norte de España. Tampoco descarto en un futuro abrirme un canal de YouTube donde contar mis aventuras, mis pensamientos y la manera en la que veo el mundo. La verdad es que tengo muchas ideas».