Las compras digitales producen una experiencia única en la clientela por su método de cobro y envío. Foto: PULL

¡Tienes un cupón a punto de expirar!

Opinión

Shein es una de las tiendas online más conocidas. En principio se dedica a vender ropa, pero su amplio catálogo incluye, incluso, utensilios de oficina o elementos de decoración. Sus precios bajos y variedad de artículos lo han vuelto la cuna del fast fashion y el consumismo excesivo. La aplicación recibe tantas críticas como clientela. Sigue un modelo de trabajo muy poco ético y mucho menos sostenible. Esto le permite ofertar más productos a menor coste.

Las compras en Internet han cambiado nuestros hábitos de consumo y se han adentrado en nuestra vida de manera intrusiva y definitiva, sobre todo en la industria de la moda. Las tendencias son cíclicas y se mueven constantemente. La diferencia ahora es que esos ciclos duran mucho menos y las prendas dejan de usarse antes.

Las tiendas tradicionales, más aún en Canarias, donde la mercancía suele llegar un poco más tarde, no pueden adaptarse al ritmo con el que se mueve la moda, las páginas online, sí. Por tanto, empresas como Shein fabrican productos en grandes cantidades para satisfacer la demanda, pero con una baja calidad para reducir su tiempo de vida útil.

«Nunca te vas a olvidar de que está ahí»

Para continuar potenciando las ventas, Shein envía, cada día, numerosos correos electrónicos y notificaciones a los teléfonos móviles. Por tanto, desde que te descargues su aplicación y hagas una cuenta, nunca te vas a olvidar de que está ahí, aunque en ese momento no pretendas comprar nada.

La aplicación siempre está pendiente de ti: si alguna prenda que te gusta está a punto de quedarse sin existencias, te avisará. Si no has entrado a recolectar tus puntos de descuento diarios, te avisará. Si alguno de los muchos cupones  que te regala está a punto de caducarse, te avisará.

Mensajes como «¡Tienes un cupón a punto de expirar!» o «Un artículo de tu cesta está a punto de agotarse», te mantienen alerta y pendiente de tu próxima compra. Es decir, la aplicación hace todo con tal de que no olvides que tienes miles de opciones esperándote. Además, mientras estés utilizando Internet, no puedes escapar de las compras online. Su publicidad se extiende hasta cualquier página web o red social.

«Quienes consumen sus productos hacen la promoción»

Nunca pierde ninguna oportunidad de publicitarse, en especial cuando quienes consumen sus productos les hacen la promoción. Shein les motiva, mediante juegos de azar, para que compartan códigos y enlaces a su página. El juego funciona de la siguiente manera: cada persona recibe un código. Al compartirlo y utilizar el de otras personas, te proporcionan monedas.

Dichas monedas pueden utilizarse en una ruleta llena de premios. El más esperado es una compra por valor de cien euros. Por supuesto, las posibilidades de lograrlo son bajas, pero eso no impide que miles de personas compartan sus códigos y hablen de la aplicación en todas sus redes sociales. Todas estas acciones promueven las ganas de consumir de la clientela, que acaba realizando pedidos gigantescos de artículos que no necesitaba.

Las compras digitales son una experiencia distinta a las físicas. La forma de pago es muy sencilla y tampoco ves cómo pierdes tu dinero, por lo que se siente casi como si fuera gratis. Luego, está la espera, que normalmente es entre quince días y un mes. El entusiasmo va creciendo cada vez más, y se vuelve aun mayor cuando abres un paquete con algo que no recordabas haber pedido. Entonces, la emoción es la misma que cuando recibes un regalo.

Sin embargo, la promoción de los artículos no acaba ahí. Una vez los tienes, Shein te animará a que dejes comentarios en cada uno de los artículos que has adquirido, una vez más, a cambio de puntos. Así, puedes convencer con tu opinión a otra persona para que también se haga con el producto. De ese modo, el círculo del consumismo no solo no cesa, sino que se retroalimenta sin parar.

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