Ayoze Niebla, estudiante de Trabajo Social en la Universidad de La Laguna y árbitro de baloncesto. Foto: PULL

«Tenemos que mantener la forma física porque la temporada no ha terminado»

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Ayoze Niebla Quintero tiene 24 años y cursa Cuarto de Trabajo Social en la Universidad de La Laguna. Este confinamiento interrumpió sus prácticas en la Fundación Barajas, que se dedica a la prevención e investigación de la sordera, así como a la ayuda para personas que no puedan acceder a material auditivo. Compagina sus estudios con el arbitraje desde el año 2013, cuando empezó en el baloncesto base para la Federación Insular de Tenerife. Ahora pita en Primera División Autonómica, la más alta de Canarias.

¿Por qué decidiste entrar en Trabajo Social? «Fue curioso, entré en la carrera casi por suerte. Estuve un año estudiando Contabilidad y Finanzas y la verdad es que no me gustó, entré en ella con unas expectativas, pero luego dije «no me veo trabajando de esto». Hablando con un buen amigo mío, que acabó el año pasado, me comentó que iba a entrar en Trabajo Social. Desconocía la carrera, pero por las características y por cómo soy yo, me decidí a hacerla. La verdad que fue un acierto».

¿Qué encontraste que te atrajera? «Sobre todo el hecho de cambiar la perspectiva vital. Todos pensamos que nuestro problema siempre es el más importante y cuando entras en la carrera te exponen situaciones en diferentes asignaturas que te hacen darte cuenta de que no, que hay personas que lo están pasando peor. Ayudarlas a intentar pasarlo de la mejor manera posible, dentro de lo que se puede, me ha llamado mucho. Es una satisfacción personal».

¿La Fundación Doctor Barajas se asemeja al camino profesional que te gustaría seguir cuando acabes la carrera? «Hombre, la verdad es que cuando empiezas la carrera te planteas trabajar con menores o con gente conflictiva. Pero, ahora, al hacer las prácticas, me he dado cuenta de que en un futuro no me importaría hacerlo en algo así».

«Juraría que un 80 % de los jugadores no conoce bien el reglamento»


¿Cómo empezaste en la carrera de árbitro? «Yo jugué a baloncesto mucho tiempo, creo que hasta los 17. Dejé de jugar porque llegó un punto de mi vida en que ya que no tenía ganas. También asumo que era un jugador muy malo, me daban dos golpes y me iba al banquillo. Un día, a un amigo y a mí nos surgió la idea de preguntar a la federación por algún curso de árbitros. Fue más bien una broma entre colegas de ganar un dinero».

Tú, que has estado en el otro lado, sabes que los solo sois noticia por una equivocación o porque el jugador cree que os habéis equivocado. ¿No te asustaba saber que no te ibas a sentir valorado? «Fue complicado, ya que no cambias el chip hasta que pitas un par de partidos y te percatas de que no tenías razón. Cuanto estudias la regla o te comentan cómo se tiene que mover o colocar un árbitro, tienes unos matices. Pero, hasta que no estás en una cancha, no comprendes que mientras tú estás pitando tranquilo, el jugador está a mil revoluciones por minuto y no se entera de todo lo que está haciendo. Ese chip, si no entras en este mundo, no vas a cambiarlo. Nadie sabe cómo trabajamos».

Entonces, ¿crees que los que juegan no conocen el reglamento tanto como deberían? «Si te soy sincero, diría que no en un 80% de los casos. A muchos les explicas cualquier decisión en un momento y te dicen «no sabía que existía eso». Los conceptos más básicos de colocación en defensa, por ejemplo, sí los dominan, pero hay matices, los importantes, que el jugador no llega a conocer».

¿La reglamentación es muy difícil? «Es de las más complicadas que hay en el deporte. No sé si es la más larga, pero es la que más artículos tiene y dentro de esos artículos entran las interpretaciones. Si sumas todo eso, quizás es la disciplina más complicada de saber valorar y llevar a la cancha. Son muchas acciones y en un segundo hay que decidir si pitar o no».

«No podemos separar una pelea. Si se quieren pegar que se peguen»


¿Has llegado a tener algún altercado grave con algún aficionado o jugador? «Según mi consideración, serio he tenido uno. Después de un partido, mientras saludaba a los participantes, vino un padre y me empujó, tuvieron que venir otros a separarlo. Luego, cuando se calmó, me pidió disculpas. Pero, quizás, el altercado más difícil que he vivido no fue contra mí. Hace cuatro meses hubo una batalla campal en un partido entre el Náutico y el Maramajo«.

¿Cómo gestionas una pelea así? «Es complicado porque, del equipo arbitral, solo somos dos en la pista, además los oficiales de mesa. Esas dos personas tienen que estar pendientes de quién está pegando o empujando. En ese partido, si había diez por equipo, habrán entrado los veinte a la cancha. Tenemos que mantener la calma, observar lo máximo que podamos para detectar al que ha golpeado y al que no. El reglamento dice que si los del banquillo entran a la cancha, ya sea para separar, se van a la calle. Entonces, teníamos esa parte resuelta, pero del resto teníamos que ver quién iba a ser expulsado».

¿No sentiste miedo de poder recibir un golpe tú también?  «Sinceramente no, porque no era hacia nosotros. No sentí miedo y creo que mi compañero, que es como un hermano para mí, tampoco. Otra cosa es que se encaren conmigo o lo que sea, pero no tuvimos miedo. Lo que sí sabemos es que no vamos a entrar a separar, nos apartamos y si se quieren pegar que se peguen».

«La Federación de Tenerife no puede decidir nada, hay que esperar a la Nacional»


¿Cuál es la preparación física para poder seguir el ritmo del partido? «Normalmente realizamos una pretemporada y después entrenamos los miércoles, en un entrenamiento que la Federación tiene estipulado, unas dos horas. Pero, realmente, la preparación física la realizamos fuera por nuestra cuenta, yendo a correr o al gimnasio. Eso sí, los que no entrenen no subirán de categoría».

Durante la cuarentena, ¿la Federación ha pautado algo? «En la parte física la federación no nos ha pautado nada, vamos un poco por libre en ese aspecto pero, en la parte técnica, si nos han puesto test y vídeos para practicar. Si es verdad que le decimos a los que empiezan que hagan entrenamiento en casa para mantener la forma física porque la temporada no está acabada».

¿Qué piensas que va a pasar con lo que queda de temporada? ¿Les han dicho algo? «Sinceramente, no nos han dicho nada. En mi opinión, creo que están esperando a que la Federación Española decida algo, al final dependemos de ella. Si dice: «Señores, se acabó la temporada», las demás federaciones, la Canaria y la Insular, irán buscando la manera de solucionar el resto y ver qué pasa con todo esto. No obstante, seguimos a la espera de más información».

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