San Acosta es una fotógrafa freelance que desde hace unos años trabaja para el Ayuntamiento de La Laguna y su alcalde, Luis Yeray, y para el Club Deportivo Tenerife. Su mirada ha estado presente en actos institucionales, eventos culturales, deportivos y momentos clave para la ciudad. Con una sensibilidad que equilibra lo institucional, lo humano y lo deportivo, ha consolidado una voz visual propia en el ámbito profesional. Además, interpreta lo que ocurre a su alrededor, encontrando siempre el detalle que cuenta una historia.
¿Cómo empezó su camino en la fotografía y qué le llevó a convertirla en su pasión? «Empecé con 23 años, aunque desde antes ya sentía una conexión especial con contar historias a través de imágenes. Con el tiempo me di cuenta de que la cámara no era solo una herramienta, sino una extensión de mi forma de mirar el mundo. Lo que me llevó a convertirla en mi pasión fue esa mezcla entre adrenalina, emoción y responsabilidad que se genera cuando sabes que estás congelando un momento único e irrepetible».
«La edición también forma parte de mi sello personal»
¿Cómo llegó a formar parte del Club Deportivo Tenerife? ¿Fue un reto incorporarse al mundo del deporte? «Llegar al CD Tenerife fue una mezcla de constancia, trabajo duro y amor por el deporte. Siempre he sido muy cercana al fútbol y a los deportes extremos, así que cuando se dio la oportunidad, ya estaba preparada. No te voy a mentir, fue un reto. El ritmo, la exigencia y la precisión que requiere la fotografía deportiva no es algo que se improvisa. Pero es justo ese nivel de reto lo que me enganchó».
¿Qué diferencias nota entre fotografiar actos institucionales y eventos deportivos? «Son mundos completamente distintos. En lo institucional prima la sobriedad, la composición cuidada y el respeto por el protocolo. En el deporte, en cambio, todo es movimiento, emoción cruda y velocidad. Uno requiere anticipación, el otro, reacción instantánea. Pero ambos me permiten contar una historia desde mi mirada, y eso me encanta».
¿Cómo se prepara antes de cubrir un evento oficial o un partido? «Investigo el evento, estudio el espacio si no lo conozco, cargo baterías, reviso el equipo y siempre llevo más de lo necesario ‘por si acaso’. En partidos, además, repaso alineaciones y posibles momentos clave. Pero también me preparo mentalmente: tener la cabeza clara y el cuerpo ágil es fundamental para reaccionar en segundos».
¿Edita usted misma todas tus fotos? ¿Cuál es su flujo de trabajo después de una sesión? «Sí, siempre. La edición forma parte de mi sello personal. Después de una sesión, suelo hacer una primera criba rápida para seleccionar lo más potente. Luego organizo por momentos, edito con criterio según el tipo de evento. Más neutro para lo institucional y más narrativo para lo deportivo. Y, finalmente, entrego o publico».
¿Qué intenta resaltar cuando retrata tanto lo institucional como lo cotidiano en el municipio? «La humanidad. En lo institucional intento capturar no solo el acto en sí, sino las emociones reales que se cuelan entre los gestos formales. En lo cotidiano, busco resaltar el alma del lugar, lo que lo hace único. Al final, todo se reduce a contar quiénes somos y cómo vivimos lo que nos rodea».
«Me interesa provocar algo en quien ve la imagen»
En los partidos del CD Tenerife, ¿hay algún instante o tipo de toma que siempre intente conseguir? «Siempre busco capturar la emoción pura: ese momento justo después de un gol, una mirada al cielo, una celebración con rabia o una conexión entre jugadores y afición. Son segundos muy rápidos, pero si los atrapas, transmiten más que mil palabras».
¿Qué valores o emociones quiere transmitir a través de su fotografía, más allá de lo visual? «Autenticidad, fuerza y conexión. Me interesa provocar algo en quien ve la imagen, que no pase desapercibida, ya sea orgullo, nostalgia, adrenalina o ternura… Si te remueve algo, ya cumplió su función».
¿Tiene referentes en el mundo de la fotografía que le inspiren? «Más que un nombre concreto, me inspiran fotógrafos y fotógrafas que arriesgan con el encuadre, que cuentan historias con intención y que no tienen miedo a romper las reglas si el momento lo vale. Admiro a quienes capturan lo invisible».
¿Qué proyectos le gustaría desarrollar en un futuro, quizás más personales o artísticos? «Mi gran sueño profesional es cubrir un Mundial o unas Olimpiadas. Poder estar ahí, en el epicentro del deporte mundial, documentando emociones que cruzan fronteras y dejando mi mirada en momentos que marcan historia… Sería brutal. No solo por la magnitud del evento, sino por lo que representa: años de trabajo, disciplina, sacrificio y pasión».