El Café Teatro Rayuela acogió el pasado viernes, 27 de junio, la actuación del grupo Ancor Miranda Quartet. La agrupación, formada por el propio Miranda en la batería, David Muñoz en el contrabajo y un dúo el dúo de saxos, Cristopher Pérez y José Vera, ofreció una mezcla de improvisación y repertorio que conectó con el público desde la primera pieza.
Pasadas las 21. 00 horas el club de jazz ofrecía un ambiente íntimo casi familiar y el cuarteto inició su actuación. No sería lo mismo, la primera pieza que interpretó la agrupación, combinó solos de saxofón con momentos donde los instrumentos de viento se complementaban a una sola voz. La segunda canción, a la que daba nombre una calle belga donde residió Miranda, tuvo un aire más intenso y conectó con la gente al intercalar solos de saxofón con intervenciones de la batería.
Una tercera obra más tranquila e introspectiva sirvió de contraste a la pieza anterior. Para continuar con la actuación tocaron la canción Chalet N.5 que con un tinte más alegre le dio un tono ameno a la velada. A través de un solo de percusión al que se sumó el contrabajo y luego el dúo de saxofones pasaron a una pieza más lenta casi intrigante. Fue este el momento donde Muñoz al contrabajo tuvo su solo y sacó a relucir su técnica.
Tras tocar un tema llamado Tropical Side, Miranda agradeció al Café Teatro Rayuela por permitirles tocar en sus instalaciones. Como última pieza el cuarteto interpretó un tema llamado Háztelo Mirar donde los saxofones a modo de pregunta respuesta deleitaron a un público más que entregado. La agrupación se despidió y entró en el camerino pero por petición popular volvieron a salir para tocar un tema más.
El cuarteto cerró la actuación al ritmo de una canción más ligera. Después de esta pieza la banda se despidió de manera definitiva entre aplausos. Cerca de las 22. 30 horas finalizó la velada de jazz personal y cercano que había ofrecido Ancor Miranda Quartet.
