«La primera vez que tuve mi libro en mis manos fue una sensación inexplicable»
En ocasiones, la vocación se encuentra en más de un lugar. Nayara Guillén es una joven grancanaria de 23 años, está terminando su Grado en Enfermería en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. El pasado 15 de enero vio la luz Catarsis, su primer libro, donde convierte sentimientos y momentos vividos en palabras. Hasta el momento solo ha realizado la presentacion en el Ayuntamiento de Agüimes, donde pertenece su pueblo. La obra nace del corazón y habla con verdad, conectando con quienes han vivido emociones parecidas y buscan un refugio en las palabras.
«Mi vocación por la escritura la verdad es que no sé muy bien cuándo nació, siempre ha estado ahí», reconoce. Guillén no conoce una parte de su vida en la que no escribiera para desahogarse, independientemente de cómo se sintiera, una palabra o una frase sabe perfectamente lo que para ella significa.
Comenta que el mayor reto sin duda fue todo el proceso del libro. La autora señala que «al ser una escritora independiente no tienes a nadie que te avale nada, no recibes ningún tipo de ayuda, es decir todo depende de ti, sin ayuda externa». «Me tuve que ver imprimiendo los ejemplares yo sola en una imprenta que encontré y me salía rentable», añade.
«Decidí empezar a darle forma sin saber que iba a ser catarsis hace bastante tiempo»
«En la pandemia me dije: ¿por qué no escribes una canción?», explica. La escritora asegura que la idea de escribir Catarsis surge más tarde, después de compartir sus temas musicales en Instagram y que de un día para otro las visualizaciones y seguidores subieran. Fue entonces cuando decidió que era hora de escribir un libro, y sintió que había perdido el tiempo al no habérselo planteado antes. Además, declara que «me gusta definir mi libro como reflexiones de amor y desamor. Todos los textos tienen que ver entre sí, porque al final el epicentro es el mismo».
A raíz del proceso de publicar su primer libro, expone que «lo mejor ha sido conocer a mucha gente, nunca imagine que Catarsis llegara a lugares que no sabía que tenían demanda, ni siquiera que alguien de otra parte del mundo podía saber quién era o había leído algo que yo había escrito», cuenta. Resalta que todo ha sido una balanza, pero fue muy gratificante y con mucho aprendizaje.
El desafío que enfrentó en el camino hacia la publicación fue el económico. «Cuando tienes una idea clara no es difícil plasmarla, pero sí es complicado convertirla, porque no puedes hacer nada, siempre está presente la barrera económica, tardé dos años desde que terminé el libro hasta que se publicó», confiesa. También, menciona que: «ha sido un proceso lleno de dudas constantes: no sé qué estoy haciendo, ni hacia dónde voy, ni cómo voy a terminar, pero yo quiero hacerlo y ya veré qué pasa»
«Catarsis significa liberar lo malo, y no encuentro mejor forma de describir lo que he intentado transmitir»
Para Guillen, Catarsis significa la liberación de todo lo malo. «Todo tiene un significado, cuando escribes nunca pones una palabra porque sí o una ilustración», confiesa. La narradora aclara que «al final cuando entras en el libro y ves lo que esconden las páginas, lo comprendes todo».
La responsable de la obra subraya que «conocerme a mi misma es el proceso más duro por el que he pasado y siempre he sabido que quería contar lo que a mí me pasaba, como yo lo vivía y como yo lo expresaba». «No expreso ni la mitad de las cosas que quiero, mi cabeza siempre va a mucha velocidad, sin duda cuando escribo es porque quiero desahogarme, sin embargo, muchas veces no soy capaz de plasmar en el papel lo que pasa por mi cabeza», informa.
La joven considera que un consejo que le daría a alguien que quiere empezar a escribir su propio libro es tener paciencia. «La casa se empieza a construir no por el tejado, así que con calma y dando todo lo que puedes para que eso se cumpla cuando se tenga que cumplir si la vida te lo va a poner delante pues te va a llegar solo». concluyó.