Cristian González, más conocido como DJ Conjurer, es un DJ y productor tinerfeño que empezó en la industria en el año 2016. Tras estudiar artes y con el pensamiento de continuar con algo relacionado con ello, se topó con la música y esto cambió su vida. Además de sus habilidades para mezclar piezas, se destaca como productor musical, colaborando con variedad de artistas a nivel internacional, como Juseph, de quien también es su DJ oficial.
¿Cómo y cuándo supo que quería dedicarse a esto? «Nunca había pinchado en mi vida. Empecé a coleccionar vinilos y tenía dos tocadiscos, pero no tenía agujas, así que solo los escuchaba por uno. Hasta que por mi cumpleaños de los 19 me regaló mi madre otra aguja y ese mismo día empecé a tocar para mis amigos. Seguramente lo hice mal, pero yo creo que pinché bien, y ese día dije: esto me encanta, es para toda la vida».
¿Cómo fue su aprendizaje? «Fue muy autodidacta, mirando vídeos, fallando, rompiendo muchas agujas y pagando muchos vinilos. Hasta que más o menos tuve un nivel. Conocí a Bobby Bob, Full FX y Real El Canario, quienes me orientaron en el tema y a día de hoy considero mis referentes. Sobre todo Bobby, me enseñó todo lo que sé. Al final lo más importante es que siempre tienes una hora en tu día para practicar algo, pues con una hora de trabajo todos los días puedes llegar a ser quien quieras. Mi proceso fue obsesionarme un poco con ser el mejor».
¿Qué papel tiene la música en su vida? «El más importante. Es mi total y entera vocación y tiene sin duda el papel más destacado en mi vida. Me despierto, duermo, trabajo y hago todo con música. Sin ella no podría vivir, en ninguno de los sentidos».
«Lo más gratificante es el reconocimiento de la gente y el apoyo de mi familia»
¿Qué características cree que le diferencian de otros DJ? «Creo que el pinchar ahora reggaeton, pero venir de otro estilo como es el hip hop, y haber empezado a vinilo. Todo el mundo al final empieza directamente con un ordenador que tiene un montón de cosas que te ayudan y el haber aprendido con vinilo es algo que me diferencia, Tanto a mi manera de pinchar, como de sentir la música por así decirlo».
¿Hay algún objetivo propuesto que haya cumplido? «Cuando empecé me propuse llegar a discotecas. Cuando viví mi primer festival, pinchar en ellos. Cuando estaba en los festivales, cerrarlos. Que no fuera solo una apertura, sino una buena hora. Y ya cuando vi que en Tenerife había conseguido todo, quise salir fuera y al final tengo más fechas fuera de la Isla que aquí. Claramente, también sigo teniendo nuevas metas, como puede ser llegar a algún festival fuera del país, ya sea un Ultra Music o un Tomorrowland, que para un DJ es lo máximo».
¿En algún momento ha pensado en dejarlo? «Cada mañana. La gente no tiene ni idea de lo difícil que es vivir solo de esto. Tengo muchos compañeros que tienen otro trabajo aparte. Yo tengo la suerte y la desgracia de que no, vivo solo de ello, y el simple hecho de estar luchando siempre, buscar fechas, estar viajando todos los fines de semana, llegar el lunes cansado, no poder hacer vida. Te pierdes cumpleaños o fechas importantes porque estás fuera. Vivir de la música es muy sacrificado».
¿Cómo hace frente a los momentos de desmotivación? «Como todo en la vida, son altos y bajos. Si quieres vivir de esto vas a tener malos momentos, tienes que tenerlo claro. Así que cuando eso pase, solo tienes que pensar que es pasajero, que mañana tienes que seguir levantándote, trabajando, y haciendo las cosas para conseguir tu sueño».
¿Qué ha sido lo más gratificante de su trayectoria? «El reconocimiento de la gente. Que me paren por la calle y me digan que soy bueno o que les gustó alguna de mis sesiones. Que gente que no conozco venga y me diga que hace siete años se lo pasó increíble gracias a mí. Es como lo principal, la gente. Todo es un proceso, con el tiempo mi madre me apoyó y mi familia creyó en mí».
«Cuando llego a una discoteca puede que lo que había preparado se caiga y tengo que sacarme las castañas del fuego»
¿Qué tecnologías o equipos considera indispensables hoy en día para un DJ? «Una mesa para pinchar y una controladora como mínimo, porque aunque la gente que se obsesione con tener los CDJ y tener absolutamente todo, con tener una controladora puedes hacer lo mismo. También un portátil, un pendrive y unos cascos, son las cosas más importantes».
¿Cuál es su preferencia a la hora de pinchar: vinilos, CDJ o controladora? «Ahora mismo trabajo con CDJ, que es un reproductor de CD que funciona de forma parecida a un tocadiscos a la hora de mezclar, y siempre lo voy a preferir porque es lo que hay en todas las cabinas del mundo. El CDJ de Pioneer, el 2000 Nexus es el que hay en todas las cabinas del planeta, por lo que es más cómodo poder trabajar con el mismo material que en casa, por eso me quedo con este reproductor. Aunque por preferencia personal prefiero el vinilo».
¿Qué considera más importante en un buen DJ: la habilidad técnica o la capacidad de selección de canciones y adaptación al público? «La selección. Es mucho más importante porque ha habido muchos casos de DJ que son malos, pero con muy buena selección, y viceversa. Por muy bueno que seas técnicamente, sin buena música la gente se aburre. Así que es lo más importante».
¿Cómo es el proceso para seleccionar las canciones que va a pinchar en una sesión? «Lo primero que hago es una investigación de a dónde voy y cómo es la cultura de ese sitio, porque incluso a veces en España cambia de una comunidad a otra. También depende de la discoteca. Después hay un proceso de preselección, es decir, que es lo que voy a poner, y aún así preparo otras canciones que me gustan o que van con mi estilo. Cuando llego al sitio, puede pasar que todo lo que preparé se cae al suelo porque hay un público a quien le gusta el tecno. Entonces tengo que sacarme las castañas del fuego y hacer una sesión de techno para que todo el mundo se lo pase bien. Es muy importante saber improvisar».
«Había tres escenarios vacíos y todo el mundo estaba delante de mi»
¿Cómo empezó a pinchar en festivales? «Pinchaba junto a DJ Bobby Bob en un local del Puerto de La Cruz que se llamaba el Gramófono, donde solía ir mucho uno de los dueños de Farra. Allí me empezó a ver pinchar. Necesitaban gente nueva y apostó por mí al ver que valía. Durante mi primer festival, el I Love Music en 2019, no paraba de entrar gente agrupándose delante de mi escenario. Pensé que era normal, hasta que tiempo después, otro de los dueños me felicitó, porque todo el festival estaba delante . Había tres escenarios prácticamente vacíos y todo el mundo estaba delante de mí. Después de eso se fijaron conmigo para todo».
¿Qué diferencia ve entre actuar en una discoteca y en un festival? «En una discoteca estás más cerca del público. Es bueno y malo porque sientes mayor feedback. Pero eso también es lo negativo, que si la actitud del público no es buena o no le está gustando tu música, te vienes abajo antes. En un festival, tardarías más en darte cuenta, ya que como hay tanta gente, con más diversidad, grupos bailando y grupos que no, no lo ves de una manera tan directa. Siempre cuando me preguntan dónde ha sido la vez que mejor me lo he pasado pinchando, nunca voy a decir un festival, aunque los mejores recuerdos los tenga en ellos».
¿Puede adelantarnos algún proyecto en el que esté trabajando actualmente? «En junio saco álbum. Participan algunos de los artistas canarios que conozco, y ya está acabado y firmado con Warner. Hasta ahí puedo adelantar».
¿Qué consejo le daría a alguien que quiera empezar? «Que trabaje mucho y que se olvide de las críticas, porque va a tener muchas. Si sabe que vale, que confíe. Con una o dos horas de trabajo cada día, puedes llegar a ser quien quieras, siempre y cuando, confíes en ti. Y sobre todo que empiece pronto, porque, en mi caso, empecé a pinchar muy tarde, con 19 años. Estaba saliendo de fiesta, y ya conocía lo que era. Todas mis amistades empezaron a pinchar, alrededor de diez años antes, y me costó bastante encontrar mi verdadera vocación. Eso me hizo perder muchos años de felicidad, por así decirlo».