Luisi Castro, sin complejos

Sociedad

En el sureste de Tenerife, enclavado en un valle, encontramos el municipio de Güímar. Conocido por sus fiestas, sus historias, su playa… Pero, sobre todo, en los últimos años el nombre de este pueblo va ligado a otro que suena, incluso, en programas de televisión. Carmen Luisa Castro, Luisi para los amigos, la exalcaldesa. Todos saben de la existencia de esta mujer de armas tomar, desde los canarios hasta los países latinoamericanos. Pero pocos son conscientes de la realidad de su trabajo y la han tachado de fantasiosa y loca por plantear ideas viables que sacarían la ciudad adelante.

Su camino hacia la alcaldía empezó a ser una realidad en 2013. Año en el que decidió hacer una moción de censura al alcalde de ese momento, Rafael Yanes. «Yo era primera teniente alcalde en ese momento y estaba gobernando con el partido socialista. En esa segunda legislatura que formamos gobierno había cosas que después de dos años se estaban incumpliendo y notaba que los funcionarios de este ayuntamiento estaban cabreados. Le dije a Rafael Yanes que estaba yo sola, ni mis concejales me apoyaban para seguir llevando el pacto adelante. También tenía dos formaciones políticas que me estaban diciendo Luisi, da el paso», explica.

Tras tomar esta decisión formó un tripartito con PP, Coalición Canaria y Alternativa por Güímar. Estuvo dos años, los que restaban de legislatura y, en las siguientes elecciones salió elegida por el pueblo a solo 27 votos para la mayoría absoluta. Además, a poco menos de dos meses para las elecciones también se vio en la obligación de romper su pacto con CC. Luisa Castro se considera una política sincera, transparente y que al estar tanto tiempo en varias concejalías ha podido descubrir lo que quieren los ciudadanos. Por ello, piensa que es el principal motivo por el que la ven una alcaldesa cercana y con iniciativas para con sus ciudadanos.

«Su proyecto estrella»


Durante estos seis años, su «proyecto estrella», como lo define ella, fue la regeneración de los Barrancos. Unos huecos de gran tamaño en suelo güimarero, fruto de la extracción de áridos que se llevó a cabo en el municipio durante décadas. Un parque acuático, hoteles, depuradoras, múltiples propuestas con inversión privada y de extranjeros que a Güímar, según ella, no le ha costado un solo euro. Castro también insiste en que «para que esto salga adelante el Cabildo de Tenerife nos tiene que cambiar los suelos».

Por otro lado, Carmen Luisa Castro fue criticada por sus apariciones en el programa Sálvame, invitar a los colaboradores al pueblo por las fiestas de San Pedro, sobre todo, por ser un espacio televisivo considerado como telebasura. Además de pintar una raya azul que delimita la frontera entre municipios, conceder una nueva oportunidad al cantante puertorriqueño Manny Manuel o querer acoger la escultura de Juan Ávalos de la época franquista, entre otras cosas.

Subraya que las repercusiones mediáticas que pueda tener son consecuencia de la difusión y el tratamiento que dan los medios en sus informaciones.

Sálvame, un espectáculo


La visita a Telecinco se dio tras una excursión organizada por el Ayuntamiento para los vecinos, en la que también visitaron museos y musicales. «Me dijeron que la gente recomienda ir a un programa de televisión. Es mi asesor quien me dice que este tiene muchísima audiencia. Fue decir que iba la alcaldesa a Sálvame y debido a las críticas que tuvimos, ni siquiera los colaboradores entendían qué pasaba. Gracias a eso hemos tenido muy buena relación con ellos», comenta Castro. Los recibieron por todo lo alto con bailarines y alfombra roja. Recalca que ese viaje se lo pagó cada uno de su bolsillo y que dio publicidad al municipio.

Tampoco descarta la posibilidad de volver si sale elegida en las elecciones del 26 de mayo e incluso cuenta que, por el día de los inocentes, le propusieron ir a Supervivientes, oferta que de ser cierta no rechazaría. Por ello se aventura a confesar que «creo que esto no es por polémica, sino porque soy normal. No tengo complejo de nada».

Su primera acción, que descolocó a más de uno, fue la iniciativa de pintar una raya azul en el Polígono Industrial de Güímar, territorio que se comparte con Arafo y Candelaria. Se mostró como una solución ante los problemas derivados de quién debía limpiar ciertas zonas del barrio. La política explica que  Candelaria y Arafo decían que el polígono estaba sucio por su culpa. «Entonces digo ¿cómo?, quiero una línea», comenta Castro entre risas. Ella justifica que el color tenía que ser azul porque en carretera no puede ser ni amarilla ni roja ni blanca y que, a partir de ahí, especularon que si era por ser del PP.

Las cuestiones más recientes, que escandalizaron a muchos, fueron invitar a Manny Manuel a los carnavales del municipio visitar el Valle de los Caídos o sus declaraciones sobre el monumento a Franco. Ella lo tiene muy claro: «Son los medios de comunicación los que me preguntan qué haría con ese monumento. Me lo traería a Güímar. Yo no viví esa España. Lo que veo es un artistazo como Juan Ávalos y una obra que vale una millonada». Añade que si perteneciera a la época republicana pensaría lo mismo y se muestra en contra de la exhumación del dictador porque el dinero público hay que invertirlo en problemas más importantes.

«Si me equivoco pido perdón»


Por otra parte, la contratación del cantante no fue idea suya, sino de un periodista que le dijo al productor que la única que tendría ovarios de subirle al escenario sería ella. «Me vienen solas yo no las busco. La ciudadanía pide a los políticos valentía, que tomen decisiones y si me equivoco pido perdón», asegura.

Su paso por la alcaldía ha dejado huella.  La opinión pública está dividida en lo referente a sus decisiones. Aboga por un turismo de calidad para Güímar, ha planteado varias ideas para dar solución a un desastre derivado de la acción del hombre, reniega de aquellos que la quieren tachar de fascista y mantiene buena relación con algunas figuras televisivas.

 

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