Con tan solo nueve años, Penélope Cruzado supo que su sueño era convertirse en paleontóloga. Foto: PULL

«La Paleopatología nos permite conocer el comportamiento de los dinosaurios»

Sociedad

Penélope Cruzado es una paleontóloga especializada en paleobiología, relaciones filogenéticas y paleobiogeografía de los dinosaurios ornitópodos y como segunda línea de investigación, la herpetofauna fósil de las Islas Canarias. Es licenciada en Biología por la Universidad de La Laguna (ULL) y doctora en Ciencias por la Universidad de Zaragoza (UNIZAR). Entre las principales líneas de investigación que ha desarrollado se encuentra la sistemática y paleobiodiversidad de dinosaurios ornitópodos del Cretácico, hallando así desde hace 19 años huesos de diferentes especies de estos animales e indagando en sus patologías desde hace tan solo cuatro.

¿Cuándo empezó a interesarse por el tema de los dinosaurios? «El primer recuerdo que tengo es con nueve años ver la película de dibujos animados En busca del valle encantado, qué precisamente se ambientaba en el tiempo de estos vertebrados,  y decir, yo quiero saber más sobre esos animales. Desde ese momento, quería empezar a informarme sobre quienes eran los que estudiaban los dinosaurios y que había que hacer para convertirse en una paleontóloga».

¿Qué es la Paleontología? «Como yo la veo es la ciencia que nos ayuda a comprender la historia de la vida en la Tierra. La que estudia el pasado de la vida para poder ayudarnos a ponerla en contexto y aportar datos que nos puedan valer para el futuro».

Entonces, ¿la Paleopatología es una rama de la Paleontología? «Sí, es una de las múltiples subramas en las que se divide la paleontología».

«Estudiamos las enfermedades, lesiones o traumas que sufrieron los organismos del pasado»


¿Qué es la Paleopatología? «La ciencia que estudia y describe estructuras amorfas que pueden ser identificadas como patologías en restos fósiles de muy diversos organismos de diferentes periodos de tiempo. Por lo que, la paleopatología estudia las enfermedades, lesiones o traumas que sufrieron los organismos del pasado».

¿Cómo detectan una patología en los huesos de un dinosaurio? «Primero visualmente, ya que tienen aspectos amorfos, es decir, no naturales. Luego se comparan con lo que sabemos de las patologías que sufren los animales actuales y se sigue con una amplia gama de técnicas para estudiar más a fondo el fósil. Como pueden ser los cortes histológicos, las tomografías, etc».

¿Cuál es el objetivo de esta ciencia? «Por un lado, conocer los orígenes de las enfermedades y ver cómo ha ido afectando a los organismos a lo largo de la historia de la vida. Por otro lado, emplear las patologías que presentan los organismos para poder conocer más sobre sus interacciones con el medio en el que vivieron».

¿Por qué cree que no es muy conocida? «Porque hasta ahora no se le había dado mucha difusión en la sociedad a esta rama de la paleontología. Pero pienso que actualmente son cada vez más las personas que se dedican a estudiarla».

¿Cuál sería un ejemplo de patología que hayan encontrado en un dinosaurio en específico? «El mejor ejemplo es el del hadrosaurio Bonapartesaurus rionegrensis. Los primeros análisis de sus fósiles indicaron una patología en el pie, posiblemente una fractura. Además, había otras roturas en varias espinas neurales de vertebras de la cola. Nos llamó la atención el gran sobrecrecimiento del hueso que le daba un aspecto similar al de una coliflor. Cubría casi todo el metatarso. Al final, descubrimos una reducción de la densidad ósea y varias zonas donde el tejido cortical había sido destruido. Por lo que, estábamos frente a un cáncer o una neoplasia, como por ejemplo un osteosarcoma».

El fósil del hadrosaurio donde se aprecia el sobrecrecimiento del hueso con el aspecto similar al de una coliflor. Foto: PULL

¿Y esto no le causó una muerte inmediata? «A pesar del gran desarrollo del cáncer, este no afectó de manera importante a la zona de las inserciones musculares y por tanto no se puede asegurar que la lesión afectara a la locomoción. El estudio ha permitido determinar que el tumor no se extendió a otros huesos, debido a que conservó casi la mitad del esqueleto. De manera que, aunque afectó bastante al metatarso, no le causó la muerte».

También presentaba fracturas en varias espinas neurales de vertebras de la cola… «Sí, una de las vértebras presentaba una fractura desplazada casi curada. Probablemente estuvo relacionada con un traumatismo debido a un fuerte golpe que hizo que se desplazara el hueso y se curara, dándole un aspecto curvado a la espina. La otra vértebra tenía una fractura casi completamente curada producida también por un evento de estrés. Además, habría tenido infecciones posteriores bastantes dolorosas a la rotura de los músculos que rodeaban al hueso».

Reconstrucción del ejemplar de hadrosaurio ‘Bonapartesaurus rionegrensis’. Foto: PULL

Entonces, ¿cuánto pudo vivir con estas patologías? «Realmente no podemos cuantificar cuánto tiempo vivió después, es decir, pudieron ser meses o años. Tampoco podemos confirmar que estas heridas fueran la causa final de su muerte».

«La cojera y la malnutrición pudieron ser las causas que llevaron a este a un desenlace fatal”


En otra de sus investigaciones también habla sobre el Othnielosaurus consors. ¿Qué le ocurrió? «Descubrimos que este presentaba tres tipos de patologías en su pie izquierdo: una forma de artritis de origen metabólico, familiar o idiopático posiblemente, y dos fracturas que pudieron producirse por dos accidentes a lo largo de su vida. Ambas fueron probablemente bastante dolorosas y redujeron en cierto grado la actividad del animal. Hemos podido observar que las fracturas presentan cierto grado de curación, por lo que se puede pensar que sobrevivió con ellas durante un tiempo, aunque eso implicó dificultades para caminar y posiblemente le provocó una cojera».

Reconstrucción de dos ejemplares de ‘Othnielosaurus consors’. Foto: PULL

Esta cojera le impidió hacer vida normal, ¿no? «Sí, pudo condicionar la vida cotidiana de este animal y debilitarlo, lo que le convirtió en una presa fácil para los demás dinosaurios. La cojera y la malnutrición pudieron ser las causas que llevaron a este a un desenlace fatal».

¿Qué conclusiones sacaron de cada dinosaurio que han estudiado? «Principalmente, la enfermedad o trauma que sufrieron. Posteriormente hemos intentando ver cómo afectó al día a día del dinosaurio padecerla en el caso de Othnielosaurus y Bonapartesaurus. En otro trabajo que se realizó sobre patologías en vértebras de la cola de dinosaurios Saurópodos, conocidos por su cuello largo, se hizo también una recopilación bibliográfica para intentar ver cuantas patologías diferentes se han encontrado en las colas; si estas siguen algún patrón en la localización de su presencia o ver si se dan más a menudo que otras según el grupo de animal».

Infografía de las patologías del ‘Othnielosaurus consors’. Foto: PULL

¿Alguna anécdota a contar sobre su trabajo? «Hace unos once años, durante una campaña de campo que duró una semana y que dirigía en Los Pirineos, buscando restos fósiles de dinosaurios de hace unos 66 millones de años, nos encontramos con un hallazgo inesperado. El último día, me resbalé y caí de culo mientras hacía inventario de las piezas encontradas. Al incorporarme, vi algo al lado de mi mano y cogí una brocha para limpiar la zona. Encontré un hueso de cocodrilo que podría ser el cráneo. Al ser el último día, no teníamos ni tiempo ni las herramientas necesarias para una excavación así. Tuvimos que protegerlo y taparlo lo mejor que pudimos. Al año siguiente volvimos al sitio y excavamos lo que resultó ser efectivamente un cráneo de cocodrilo de gran tamaño de una especie nueva: Allodaposuchus«.

Cráneo que se encontró del ‘Allodaposachus’, una especie de cocodrilo que vivió durante el Cretáceo Superior. Foto: PULL

¿Qué importancia tiene para nuestro entorno y avances esta ciencia? «La paleontología es importante para nuestro entorno y avances científicos porque permite entender la historia de la vida en la Tierra, reconstruir ecosistemas antiguos y estudiar cambios climáticos pasados. Y la paleopatología nos permite conocer el comportamiento de los dinosaurios. Además de su biología. También aporta a la conservación de la biodiversidad actual y tiene aplicaciones prácticas en industrias y tecnología. Asimismo, ha sido crucial en el desarrollo de la teoría de la evolución de Darwin».

Estudiante de tercero de Periodismo en la ULL. Amante de la investigación y los sucesos. "Para escribir solo hay que tener algo que decir" ;)

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