Irène Dupuis: “Las políticas agrarias gozan de pocos recursos”

Ciencias Sociales y Jurídicas

La profesora de la Universidad de La Laguna, Irène Dupuis, ha dedicado parte de su línea de investigación a políticas agrarias y de innovación en el sector. Forma parte de LASOS, acrónimo del proyecto piloto Laboratorio Agroecológico de Sostenibilidad, y del Programa Ecocomedores Escolares de Canarias que recoge la preocupación por el desarrollo e incremento de la producción y consumo de productos ecológicos.

En muchos países donde la mala calidad del aire es preocupante, se toman medidas ambientales, pero solo cuando existen picos de contenidos tóxicos que provienen, en los países templados, de la calefacción, el transporte y las industrias. “Cuando ya el pico se encuentra muy por encima de lo recomendable, se ponen en marcha medidas superficiales que no son de fondo. El fondo es disminuir de donde vienen esas sustancias tóxicas”, comenta.

Dupuis cree que la solución a la contaminación provocada por el transporte no es culpabilizar a los ciudadanos, ya que se desplazan por numerosos motivos, sino “estudiar el conjunto de elementos que llevan a coger el coche”. En la actualidad, se ponen en marcha algunos planteamientos como el carril bus, carril bici o la combinación entre lo público y privado como alternativas. Al respecto, apunta que “tal vez se podría subvencionar más y que sea más barato”.

«Parcheo» en la ULL


Respecto a la Universidad de La Laguna, afirma que  no tiene una política ambiental como tal, sino que emprende una serie de medidas sueltas que se toman, llevándose a cabo “la típica política de parcheo”.

Por otra parte, ante la cuestión del elevado precio de los artículos ecológicos frente a los habituales, Irène Dupuis afirma que “el consumo de estos alimentos no es solo para mejorar la salud o exponerse menos, sino que además es apoyar un modelo económico más respetuoso con las personas y con el medio ambiente”. La profesora cree que los productos naturales y los usuales no son comparables debido a que la composición nutricional no es la misma, apoyándose en estudios de la Universidad Politécnica de Valencia. Por ejemplo, “una naranja ecológica equivale a dos convencionales”, al tiempo que añade que “en general, las políticas agrarias gozan de pocos recursos en relación a las necesidades reales que hay”.

Para la profesora, los alimentos ecológicos no están contaminados por sustancias tóxicas, por lo que son más sanos. Además, se puede aprovechar la piel, ya que es fuente de numerosas vitaminas. “Un calabacín ecológico tiene un 30 % más de materia seca, el resto es materia húmeda, es decir, agua”, añade. Acceder a estos productos es fácil, porque podemos encontrarlos en supermercados, herbolarios, mercados, contactar con agricultores o plantar en tu propio huerto.

Dupuis destaca también que los precios baratos de los productos que tenemos en los mercados se dan a costa del productor, es decir, «los agricultores malviven y nosotros consumimos alimentos que proceden de sistemas donde la población agrícola está casi esclavizada”.

Lo último sobre Ciencias Sociales y Jurídicas

Ir a Top