En un equipo de fútbol el rol de guardameta es imprescindible y, para bien o para mal, siempre está en el punto de mira. No le damos nunca la relevancia que tienen, en numerosas ocasiones pasan desapercibidos y muchas veces son quienes se encargan de llevar a su conjunto a alzar un trofeo o a ganar un encuentro. Se caracterizan por su función en la intercepción del balón al proteger su portería y en el resultado de la rapidez, agilidad y fortaleza mental que deben tener en el momento de cubrirla.
Tienen la posición más difícil porque cuando paran o desvían un balón se considera que están cumpliendo con su función, pero si le marcan un gol, normalmente la gente emite mensajes de que podrían haber hecho algo más para evitarlo. Una fina línea entre la gloria y el fracaso. Recordamos tanto la parada salvadora de Iker Casillas a Robben en la Copa del Mundo de 2010 como el fallo de Karius en la Champions League de 2018 ante el Real Madrid CF.
Para ponerse unos guantes hay que tener mucha personalidad y seguridad propia, ya que, aunque sea un deporte de equipo, muchas veces tienen que tomar decisiones individuales y en cuestión de segundos. Para que puedan desempeñar su función con el mejor resultado y el partido se desarrolle sin imprevistos, es necesario tener una comunicación constante con el resto, especialmente con la defensa ya que son quienes más se pueden ayudar.
VIII Batalla de porteros
La empresa Deportes más fútbol se encarga de organizar la Batalla de porteros, un evento anual que se celebra desde hace ocho años en el estadio Iván Ramallo de Los Realejos para poner en valor la figura del guardameta. Acudir a este acontecimiento te hace darte cuenta de lo bonito que puede llegar a ser este deporte, la cantidad de amistades, de deportividad y buen ambiente que se vive. La última edición se celebró este pasado sábado 22 de junio.
Cuenta con siete categorías: prebenjamines, benjamines, alevines, infantiles, cadetes, juveniles y féminas. En todas ellas se disputan partidos con una duración de dos minutos en los que el tiempo no se para salvo lesión o algún motivo que determinen quienes se encargan de arbitrar. El terreno de juego cuenta con dos porterías frente a frente y unas dimensiones reducidas a los veinte metros donde se podrán realizar con el pie lanzamientos de volea, a bote pronto, a balón parado, etc.
Juan Eduardo Delgado, portero de la base del CD Tenerife, explica que «para mi ser portero implica una gran responsabilidad en la que cada decisión puede influir directamente en el resultado del encuentro». Con respecto a las cualidades requeridas destaca la comunicación y el liderazgo para mantenerse alerta y con buen desarrollo los noventa minutos.
Además, el guardameta define esta posición como «héroes olvidados». Confiesa que una lesión le ha impedido participar este año pero lleva dos ediciones consecutivas disputando la final respectiva a su categoría. «A pesar de no ganar las dos, ambas me han llenado de orgullo y me motivan a seguir», asevera.
«La clave es la autoexigencia, las ganas de crecer y mejorar»
Antonio Luis, uno de los organizadores, comenta que «sabemos que es un acto con competitividad pero queremos que el objetivo principal sea una convivencia, que descubran gente de este mundo de las otras islas y disfrutar de un día diferente donde sean protagonistas». En referencia a los avances edición tras edición «la clave es la autoexigencia, las ganas de crecer y mejorar», señala.
Por otro lado, al hablar sobre la evolución que han tenido tras ocho años desarrollándolo señala que «hemos conseguido contar con premios bastante llamativos como que el mejor portero vaya a la escuela del Real Madrid CF o que otros tres van a entrenar con el CD Tenerife durante una semana». Agradece también el apoyo y la ayuda constante de el Ayuntamiento de Los Realejos para que esto sea posible.
