Este pasado viernes 16 de mayo se celebró el acto de entrega de orlas de la décimo quinta promoción del Programa de Estudios Universitarios para Personas Adultas y Mayores de la Universidad de La Laguna. Acudieron a la graduación 25 de las 34 personas que finalizaron este curso el tercer y último año académico de esta iniciativa formativa. En la ceremonia, celebrada en el salón de actos de la Sección de Ciencias de la Comunicación, estuvieron presentes el vicerrector de Relaciones con la Sociedad, Francisco García; el director general de Universidades del Gobierno de Canarias, Ciro Gutiérrez; la directora general de Políticas Sociales e Inmigración del Gobierno de Canarias, Reyes Henríquez, y el alcalde de San Cristóbal de La Laguna, José Alberto Díaz.
Este programa, antes conocido como Universidad Para Mayores, ofrece una propuesta formativa específica para un amplio segmento de la población que, tradicionalmente, había permanecido al margen de la educación superior. Desde su implantación en 1999, la demanda formativa ha aumentado.
Abierto a personas a partir de los 45 años, ofrece una serie de materias que se desarrollan de lunes a jueves, de 17.00 a 19.30 horas, y está dividido en tres diplomas, según la orientación de las disciplinas que aborda cada uno: Humanidades y Ciencias Sociales, Cultura Científica y Tecnológica, y Arte y Creatividad.
Envejecimiento activo
Como explicó durante la ceremonia el coordinador de este programa, el profesor del Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación José Arnay, este programa, como en la mayoría de universidades españolas, pretende ofrecer una alternativa al colectivo de personas que se enfrenta a uno de los retos de la sociedad actual: el envejecimiento activo.
A este respecto, Arnay señaló que, tras quince promociones, ya se puede afirmar con cierta perspectiva que estas universidades para mayores han puesto de manifiesto que esta población ha cambiado en sus perfiles sociales y personales, “haciendo que una parte cada vez más numerosa de esa población sea visible y contribuya a desdibujar la tradicional imagen social negativa asociada al deterioro y la enfermedad en el proceso de envejecimiento”.
Sobre el programa en sí, reflexionó que es una oferta esencialmente educativa: “Frente a otras posibles interpretaciones, las universidades son instituciones de educación y eso es lo que hacemos, educar, enseñar, aprender, investigar. No cumplimos la función de entretener, ni de acoger, ni de divertir para ocupar su tiempo libre, porque tiempo libre creo que realmente no tienen”.