Durante el pasado mes de noviembre se realizó la octava campaña de excavaciones arqueológicas en el taller romano de púrpura de Lobos 1, situado en la playa de La Calera, en el islote de Lobos. Los trabajos emprendidos se realizaron en el marco de un proyecto de investigación interinstitucional bajo la dirección compartida por Isidoro Hernández, del Museo Arqueológico de Fuerteventura, Mercedes del Arco, del Museo Arqueológico de Tenerife, y Carmen del Arco, del Departamento de Geografía e Historia, Universidad de La Laguna (ULL).
El proyecto contó con un equipo interdisciplinar en el que se integraron especialistas de las áreas de Paleontología, Biología Vegetal, Petrología y Geoquímica, Edafología y Química Analítica de la ULL. El enclave es un taller de púrpura de época tardorrepublicana y alto imperial, especializado en la explotación de moluscos marinos de la familia de los murícidos, especialmente de Stramonita haemastoma y, en menor medida, de Hexaplex duplex, cuyos restos fueron identificados en concheros.
Los trabajos de excavación han afectado a 38 metros cuadrados de la zona sur del yacimiento. En ella se ha podido definir la existencia de un derrumbe o deslizamiento de piedras del hornito volcánico instalado en la zona, que colapsa niveles de ocupación arqueológica. «Observamos nuevos concheros de murícidos que están asociados a yunques y percutores líticos, a estructuras de combustión, en ocasiones de gran potencia, y sedimentos impregnados de púrpura, revelando que en la cercanía de los concheros se efectuaban las labores de cocimiento del producto animal extraído con las consiguientes extracciones de la espuma o sobrenadante de la cocción que se vertían en el entorno», explica la investigadora Carmen del Arco.
En la zona, que funciona también como basurero, son abundantes los restos de fauna terrestre y predominan los ovicaprinos que, a veces, aparecen en porciones esqueléticas que muestran el despiezado de los animales. Los restos de pescado son también abundantes.
En paralelo, se efectuó una prospección con geo radar con el equipo del grupo de investigación de Pablo Atoche de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y la intervención directa de dos especialistas en Geografía de la universidad, Antonio Bueno y Claudio Moreno. La actuación, sobre varias zonas del entorno inmediato del yacimiento, ha permitido detectar áreas infrapuestas con anomalías que muestran la extensión de una ocupación antigua, cubierta por el jable, y que suponen expectativas de ampliación para el espacio arqueológico que será «un aspecto que comprobaremos en las próximas campañas con los correspondientes sondeos».