Fisioterapia, Psicología, Geografía e Historia fueron los grados que organizaron las chuletadas del 13 de noviembre. Foto: PULL

Basura en la Mesa Mota

Medioambiente

Como cada año, los fines de semana de los meses de octubre y noviembre están señalados en el calendario como las fechas perfectas para la celebración de chuletadas universitarias. Con la excusa de celebrar un nuevo año académico en la Universidad de La Laguna (ULL), desde la Facultad de Ingeniería, hasta la de Humanidades, son decenas de grupos estudiantiles que, en representación de su grado, se encargan de organizar estos encuentros mediante la venta de entradas, el montaje de equipos de música, la compra de comida y la adquisición de bebidas alcohólicas.

El problema de este tipo de reuniones, que no se alejan mucho de los estragos que están ocasionando los macrobotellones del centro de San Cristóbal de La Laguna, es que tienden a cebarse con una víctima: el entorno. En esta ocasión, se trata del parque de la  Mesa Mota, un popular espacio recreativo ubicado en las zonas altas de La Laguna que, con sus merenderos y asaderos, siempre es el candidato favorito para la celebración de chuletadas.

Ausencia de conciencia


La polémica surgió cuando, el pasado 14 de noviembre, las redes sociales se convirtieron en la vía de difusión de vídeos y fotografías que dejaban en evidencia la falta de compromiso medioambiental por parte de quienes acudieron al parque el día anterior. Las pruebas eran concluyentes: botellas de cristal vacías, vasos y platos desechables, latas de refrescos, cajas de tabaco y un sin fin de bolsas de plástico amanecieron de resaca en la mañana de un domingo en uno de los paisajes más emblemáticos del municipio.

La Asociación Sindical Independiente de Policías Locales afirma que acudieron dos mil estudiantes. Foto: PULL

Este fin de semana fue el turno de Fisioterapia, Psicología, Historia y Geografía. Como alumno de este último grado, Javier reconoce haber asistido a esta concentración de estudiantes. Eso sí, él aclara que compró una entrada a un comité, en la que se le incluía la comida y la bebida, a diferencia de otras personas que «iban por su cuenta». Había de todo: ron, vodka, ginebra, papas, tortilla, paella, perritos calientes… «La verdad que estaba muy bien organizado», admite. Un festín de productos que, horas más tarde, se convertirían en restos desperdigados por la tierra bajo la custodia de los pinos.

Precisamente, en lo que respecta a los residuos, Javier se muestra claro con el compromiso ecológico que tenía cada organización: «Por ejemplo, Psicología tenía su propio equipo de recogida de basura». De esta forma,  aseguró que esas labores se cumplieron hasta el momento en el que se acabó la fiesta, sobre las 6 de la tarde, por lo que quiso recordar que «lo que haga la gente después de que la organización se vaya no es responsabilidad de éstos». Además, confirma que se acotaron diferentes áreas, en las que además de incluirse un punto violeta contra el acoso sexual, también se señalizaron distintos lugares para depositar restos y demás desechos.

¿Falta de autoridad local?


Ante la indignación visibilizada en las redes sociales, la Asociación Sindical Independiente de Policías Locales de Canarias (ASIPAL-CSL La Laguna) responsabiliza al Ayuntamiento del Municipio por la escasa presencia policial en estas concentraciones en las que, que según ella, asistieron dos mil estudiantes. De esta forma, tanto este grupo como el propio testimonio de Javier, confirma que la asistencia de los cuerpos de seguridad locales fue nula, aunque este último, reconoce que la única medida que se tomó fue la clausura de la carretera de acceso al parque, al finalizar la chuletada.

Residuos en la zona de aparcamientos. Foto: PULL

Ante la clara evidencia de que falta mucho camino por recorrer en lo que concierne a la conciencia medioambiental, todavía existe un ápice de esperanza. El Vicerrectorado de Infraestructuras y Sostenibilidad de Universidad de La Laguna, en colaboración con el Cabildo de Tenerife, organizó una recogida de residuos el pasado 8 de octubre en este mismo parque, donde un equipo de voluntariado retiró más de diez kilos de basura.

Así, este tipo de actividades, que forman parte del Programa de Concienciación Ambiental de la Universidad, continuarán desarrollándose hasta el mes de diciembre. Una oportunidad perfecta para que el estudiantado pueda redimirse con el medioambiente.

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