La industria de los deportes electrónicos se consolida cada día más entre las nuevas generaciones, ofreciendo una opción real de crecimiento en el ámbito laboral. Las regulaciones registradas, legislaciones aprobadas y empresas que invierten en este emergente marco socioeconómico hacen que, año tras año, las personas que juegan lo vean como un estilo de vida sostenible y viable, sin embargo, desconocen los desafíos de gestión emocional. La pregunta es, ¿qué es el mental boom?
El término se utiliza en el contexto de una competición de esports para describir una situación en la que quienes participan o un equipo experimenta una caída significativa en su rendimiento debido a la presión mental, el estrés o la frustración. Este fenómeno puede ocurrir durante una partida o torneo, y puede ser provocado por una serie de factores como la acumulación de errores, la percepción de que el juego está perdido, o conflictos internos dentro del roster.
Javier Elá y la psicología deportiva
A día de hoy, al no haber una estructura de ascensos y descensos consolidada como en los deportes convencionales, las carreras de quienes compiten a nivel semiprofesional y profesional son muy volátiles. «En este mercado puedes pasar de estar en la cresta de la ola a no estar en ningún equipo, eso provoca una presión y estrés tremendo en quienes juegan, y supone que cada partida cuente para la estabilidad de su futuro laboral», comenta Javier Elá, psicólogo deportivo de esports.
El estado anímico de quienes compiten está ligado a sus decisiones psico-técnicas durante la partida. Acciones como hacer clic en un botón en el momento preciso o lanzar una habilidad en una ubicación específica del mapa dependen del estado mental de la persona que participa. La investigación Habilidades psicológicas en los esports: Estudio cualitativo en jugadores individuales y de equipo de la Universidad Autónoma de Barcelona resalta la importancia crucial de la psicología del deporte en esta disciplina. Señala una gran similitud entre las habilidades psicológicas en el ámbito virtual y el deporte tradicional.
Este estudio subraya la necesidad de trabajar en la atención sostenida y el manejo del tilt, que es el estado en el que el jugador pierde el control de sus emociones, transformándolas en ira, lo cual puede llevar al fenómeno del mental boom.
Ante esto, el psicólogo coincide en que la psicología en los deportes electrónicos es muy importante y que el control de los nervios y la autoconfianza es un terreno que si se gana, puede ser una herramienta vital que acerque la victoria. «Es muy importante la capacidad de gestionar los errores de quienes participan en las competiciones y tener aptitud de comunicarse con el roster ante los fallos y poder salir de esos problemas con trabajo en equipo y con liderazgo», matiza.
Elá habla del mercado de la psicología y su relevancia dentro del sector, ya no solo dentro de la industria de los videojuegos, sino también dentro del mundo del mundo competitivo. Asegura que «dentro de la industria se cuida mucho más la salud mental en el plano semiprofesional y profesional que en el deporte tradicional como el fútbol o el baloncesto, con una práctica diaria psicológica mucho más amplia».
Hay varias habilidades que se pueden dominar para poder desempeñar un alto rendimiento independientemente de las tendencias positivas o negativas en el desarrollo de los torneos. Según el estudio nombrado, las variables son las siguientes: control atencional, emocional, de activación, del pensamiento, de objetivos y de conducta, además de la comunicación y la cohesión de equipo.
A través de estas aptitudes quienes juegan pueden llegar a tomar los errores como parte de su profesión y aprender de ellos en un corto espacio de tiempo, incluso dentro de las mismas partidas. Por ejemplo, en Corea del Sur, la cima de los esports, se trabaja al milímetro la creatividad de cada acción para que sus rivales no puedan aprender de los fallos, así de difícil son las competencias en la super élite de los deportes electrónicos.
Andrés Rodríguez y el control mental
Andrés Rodríguez «Andyelmessy», jugador de EA Sports FC 24 del Club Deportivo Tenerife Esports, utiliza la técnica de previsualización para prepararse mentalmente. Antes de los partidos, analiza todas las posibles situaciones del encuentro sin generar expectativas: «Veo y valoro todas las posibilidades reales y organizo cómo voy a responder, tratándolo como algo normal. También procuro mantener la calma y responder de manera racional. Si dejo que las emociones influyan, es probable que me desvíe del objetivo».
Elá y Rodríguez llevan trabajando juntos desde hace cinco años con el fin de mejorar su rendimiento en las competiciones a las que acude y poder superar las crisis emocionales tan típicas de los campeonatos. El jugador afirma que «he tenido la suerte de trabajar con él desde 2019 y todo lo que sé de recursos y habilidades psicológicas las he aprendido gracias a su trabajo.
También comenta que ha trabajado con más profesionales para tener una visión diferente y poder preparar bien sus competiciones de este año. «Si algo he aprendido de esta industria, es que quienes se dedican a la psicología deportiva son esenciales para nuestro desarrollo y crecimiento», asevera.
Los voces arcaicas que no consideran los esports como deporte cada vez tienen menos peso, y es que después de hablar con dos expertos en la industria y acceder a investigaciones al respecto descubrimos que aún es un mundo lleno de mecanismos y fenómenos aún por encontrar y conocer.
Los deportes electrónicos no es solo encender en una pantalla y jugar, es competir conectado en todos los sentidos en un mundo digitalizado donde quienes juegan están super expuestos. A diferencia de los deportes convencionales, ser semiprofesional o profesional no te da una estabilidad laboral, emocional y económica a corto o medio plazo.