El CD Llamoro consiguió uno de sus grandes logros hace ya dos temporadas, ascender a la categoría Juvenil Preferente. Su entrenador, David González, dice que han intentado trabajar para que el club se hiciera un nombre en la categoría, para que se hablara de él y se viera como un equipo respetado. Objetivo que consideran tener cumplido al haber luchado en su primera temporada por el ascenso y estando segundos en la tabla clasificatoria. En su primer año en esta categoría se quedaron a las puertas de clasificarse a la División de Honor tras un partido disputado contra la UD Los Llanos de Aridane que puso fin a una temporada inimaginable.
Asimismo, este club también destaca por los numerosos estudiantes de la Universidad de La Laguna con los que cuenta. Entre ellos se encuentra la delegada del equipo, Tatiana Piña, que cursa quinto del Grado de Farmacia. Pero no es la única que forma parte de esta institución, ya que Agustín García es portero del equipo y estudiante de Administración y Dirección de Empresas, grado que hace un año finalizó Bruno González, el segundo entrenador. Por su parte, Jorge Montalván cursa Estudios Ingleses y ocupa la posición de extremo derecho y Marcos Afonso, que suele jugar como mediapunta, lleva a cabo el Grado de Estudios Clásicos. Por último, Alejandro Delgado, uno de los mediocentros, estudia Maestro en Educación Primaria.
A la espera de una decisión
Con el parón por la COVID-19, la Federación Tinerfeña de Fútbol se ha puesto en contacto con el Club para transmitir la posibilidad de que si no se reanuda la liga, el CD Llamoro será el equipo que ascienda. «Este hecho no está confirmado, pero hay un gran porcentaje de que así sea», dice su entrenador. El actual líder de su liga es el Tenerife B, pero ya que este tiene al Tenerife A en División de Honor no puede ascender. En el caso de que se vuelva a jugar aseguran que lucharán por ese preciado ascenso.
El staff técnico del equipo, dada la gran temporada que estaban realizando, intentan que los jugadores se mantengan enchufados no solo físicamente, con rutinas cada semana, sino emocionalmente, a través de vídeos para que cada uno vea en lo que puede mejorar y, además, revivan los momentos decisivos de estos últimos meses. Saben que no se descarta la posibilidad de volver a los terrenos de juego y, a falta de nueve jornadas, no quieren echar por la borda todo el trabajo y esfuerzo realizado.
A lo que adaptación se refiere, tanto jugadores no pasan por su mejor momento. Les ha costado adaptarse a esta situación, también por el agobio derivado de su formación académica, ámbito con el club es muy flexible, pues entienden que la prioridad son los estudios y se organizan en torno a ese factor. «Los jugadores anhelan la exigencia competitiva y divertirse con el grupo», comenta su preparador.