Miguel Ángel Rojas, director de la Fundación Don Bosco en Canarias. Foto: M. Hernández

El camino hacia un nuevo hogar

Solidaridad

La Fundación Don Bosco es una organización de la Inspectoría Salesiana María Auxiliadora de los Salesianos constituida el 26 de octubre de 1998. Su trayectoria de más de 25 años es un testimonio de su dedicación. San Juan Bosco, su fundador, fue un educador excepcional. Comenzó trabajando con huérfanos de Turín y con jóvenes que buscaban refugio. Todas estas experiencias constituyen el criterio permanente de actuación en todas las obras de la fundación.

Se encuentra presente en tres comunidades autónomas, Andalucía, Canarias y Extremadura a través de más de 160 proyectos sociales. Entre ellos, de atención residencial, de apoyo a la educación formal, para las personas con mayoría de edad (Buzzetti), inserción sociolaboral y socioeducativos. Así lo explica Miguel Ángel Rojas, director de Canarias. Con identidad cristiana y estilo salesiano, apuestan por la educación preventiva e integral, con flexibilidad y orientación a las necesidades.

La Fundación Don Bosco articula su trabajo a través de diez programas de intervención. Foto: M. Hernández

Su misión es trabajar por la promoción y pleno desarrollo de la infancia, la adolescencia y la juventud en situación de desigualdad social. También, atiende a las necesidades de sus familias y a otros colectivos. Todo esto con una metodología propia, el Sistema Preventivo. «Se caracteriza por la educación integral y el acompañamiento personalizado con la persona como protagonista de su proceso», asevera el director. Es una organización transformadora de los elementos que generan desigualdades y exclusión en la sociedad.

«Me siento muy orgulloso del Premio Ranilla del Puerto de la Cruz»


Durante los últimos años, ha sido ampliamente reconocida por diversos organismos, tanto públicos como privados, a nivel estatal, regional y local. «Me siento muy orgulloso del Premio Ranilla del Puerto de la Cruz», comenta con entusiasmo. Hasta la fecha ya son 33 premios y reconocimientos otorgados a esta ejemplar fundación. Además, la actividad de la organización incide principalmente en cuatro ODS: Fin de la pobreza, Educación de calidad, Trabajo decente y crecimiento económico y Alianzas para lograr los objetivos.

Cuentacuentos del mundo


Cuentacuentos del mundo es una actividad que surge en el contexto del 25 aniversario de la Fundación Don Bosco. Los protagonistas son los jóvenes residentes de los pisos para solicitantes de protección internacional, junto al equipo educativo responsable y una persona voluntaria del proyecto. Con el lenguaje de los cuentos, idioma universal, pretenden llegar a todas las personas que se acerquen a este recurso educativo. Todo ello, con el objeto de «informar, sensibilizar y compartir historias tan diversas como las personas protagonistas y sus orígenes», afirma Rojas.

El peluquero se siente orgulloso por el trato recibido en la Isla. Foto: M. Hernández

«Estuve muchos días en el mar, pensaba que no llegaba»


Hace cerca de cuatro años, Yassin Halim llegaba en su patera con un sueño en la mochila y mucha incertidumbre. «Estuve muchos días en el mar, pensaba que no llegaba», explica emocionado. Estuvo meses en la calle y en Cáritas Diocesana hasta que recibió una orden de expulsión por estar indocumentado. Por ello, fue atendido en los hogares del proyecto Buzzetti de la Fundación Don Bosco.

Halim explica que al principio le costó mucho aprender el idioma e integrarse con las personas. «El español lo aprendí gracias a la fundación», asevera. Además, cuenta que cuando le proporcionaron un hogar y alimento empezó a centrarse solo para su formación. Hoy en día ve cumplido su sueño y es para él un orgullo contar con tanta frecuencia por qué puso ese nombre a su lugar de trabajo y de desarrollo profesional. «Para mí Don Bosco fue el regalo de mi vida», afirma.

«Luchen por sus objetivos y llegarán muy lejos»


Con lágrimas en los ojos, siempre agradecerá a la fundación por haberle recogido de la calle. «Gracias a ella estoy aquí», asevera. Desde que quería abrir su propia peluquería siempre supo cuál sería su nombre. Después de cuatro años, Halim se siente muy afortunado de vivir aquí y también, se acuerda de todas esas personas que están pasando por lo mismo que él. «Luchen por sus objetivos y llegarán muy lejos», aconseja.

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