Edgar Cedrés ejerce como meteorólogo en Radio Televisión Canaria desde hace cuatro años. Tras estudiar el grado de Geografía en la Universidad de La Laguna, es uno de los rostros visibles para ofrecer la información del tiempo en Canarias. A pesar de su juventud, ya cuenta con una gran experiencia en el sector y hace un análisis sobre las amenazas del cambio climático en Canarias. Uno de sus principales objetivos de su profesión es enganchar a la sociedad a escuchar la información meteorológica.
¿Desde siempre quiso ser meteorólogo? «Desde pequeño siempre me gustó el tema del tiempo. Yo era el niño raro que por ejemplo cuando había temporal en el colegio se quedaba, pues mirando la ventana o cuándo el resto se iba a jugar al salón de actos que estaba cubierto porque estaba lloviendo, yo decidía observar la tormenta. Me gustaba ver el tiempo en la tele y estaba atento a todas las previsiones».
¿Su prioridad siempre ha sido trabajar en la tele? «Nunca había pensado dedicarme a dar el tiempo. Siempre me ha gustado más enseñanza y me veía más bien como profesor de Geografía o de Clima. Pero surgió la oportunidad de las prácticas de grado en la Televisión Canaria y, al parecer, les convencí. Y una vez aquí dentro, el día a día engancha».
¿Con qué elementos se basan para dar las previsiones? «La previsión meteorológica se realiza en función de los modelos matemáticos que hacen superordenadores. Está el modelo europeo y el modelo americano. Después hay uno que sacó la AEMET (Agencia Estatal de Meteorología) que tiene bastante mejor resolución a nivel local. A diferencia de los generales, este nos proporciona información cada seis horas, a diferencia de los nacionales, que salen cada doce horas. Entonces este modelo nos facilita a la hora de hacer previsión a nivel local y por isla. También tenemos la herramienta de los radares y satélites. Estos son herramientas de observación directa en los que te dan información a tiempo real».
¿Preocupa la escasez de precipitaciones de los últimos años? «Llevamos varios años encadenados donde las lluvias son inferiores a las que deberíamos de tener. Desde 2017, las precipitaciones registradas están por debajo de la media, salvo el año 2022, por la visita de la tormenta tropical Hermine. El año pasado se cerró con menos del 50 % de la previsión de la precipitación prevista y de momento este año apunta igual».
¿Cuándo se esperan lluvias en Canarias? «La previsión señala que no vamos a tener un cambio de tendencia en principio hasta mediados de mes. Veremos si a lo mejor pues lo que queda de diciembre y el próximo año sobre todo el final de la estación de invierno y primavera, pues que se recupere ese estrés hídrico y cambie la tendencia».
«Lo de Valencia nos sirve para estar mejor preparados»
¿Es normal que cada vez se forman más tormentas en el Atlántico? «La formación y llegada de más sistemas tropicales cercanos a nuestro archipiélago se debe al cambio climático. Estas borrascas necesitan una temperatura media de la superficie del mar superior o igual a los 25 grados para que puedan desarrollarse o por lo menos mantenerse».
¿Por qué estas formaciones nunca acaban llegando a las Islas? «Tenemos dos barreras que evitan las llegadas de estas formaciones. Una es el anticiclón de las Azores y la otra es la masa cálida y seca del Sáhara. A pesar de estas protecciones, las tormentas buscan zonas donde poder desarrollarse y moverse. Y uno de esos territorios cada vez más favorables es Canarias».
¿Canarias está preparada para aguantar una DANA? «Siempre hay que estar preparado para el peor escenario aunque este no se produzca. En el recuerdo tenemos las lluvias torrenciales del año 2007 en El Hierro, las de 201o, en Tenerife; Gran Canaria, en 2015, y La Palma, en 2017. Pero también destaco , por ejemplo, el fenómeno que sufrió Santa Cruz de Tenerife el 31 de marzo de 2002. No estamos del todo preparados para hacer frente a una situación como la vivida en Valencia. Nos puede servir para corregir los errores, sobre todo si hay una buena gestión en cuanto a la coordinación de los planes para evitar un desastre mayor».