La Palma se caracteriza por esconder espacios naturales de belleza única y sin igual. Uno de los más conocidos es, por supuesto, la Caldera de Taburiente. Sin embargo, otro lugar mágico que se recomienda visitar es Fuencaliente: así se podrá disfrutar de las famosas salinas. En 1967, Fernando Hernández decide crear una estructura en la zona costera del sur de la isla bonita con la finalidad de generar suficiente sal como para abastecer el mercado insular. Junto al maestro Luis Rodríguez, fueron capaces de imitar el modelo usado en Lanzarote y, a pesar de que las expectativas sobre el negocio no eran positivas, hoy en día se considera un importante referente como atractivo turístico y comercial.
‘La eterna adolescencia’, una exposición de Álvaro Urbano en el TEA
El autor recoge la visión atemporal de las ruinas del Hotel Gazmira, que comenzó a construirse