La brecha salarial entre hombres y mujeres sigue presente en la sociedad. Esta es una realidad para la industria de los videojuegos, a pesar de ser un sector relativamente nuevo y en estado de crecimiento. Según un estudio realizado por la investigadora canaria Nira Santana y financiado por la Cátedra Telefónica de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y La Caixa, existe discriminación en el mercado laboral hacia las programadoras, diseñadoras y profesionales en el sector que de alguna manera dificulta su trabajo.
El Libro Blanco de los Videojuegos 2018 muestra que las mujeres suman el 16 % respecto al panorama profesional, es decir, 2280 mujeres frente a un total de 14 256. Miriam Artemis, ingeniera informática y desarrolladora de videojuegos en Canarias, afirma que no deja de haber «un talento increíble por parte de mis compañeras del sector» a pesar de ser pocas. Sin embargo, Santana subraya que «más de la mitad de los hombres encuestados no conoce mujeres que se dediquen profesionalmente a este mundo, ni como diseñadoras ni como competidoras», además la tasa se eleva más de un 70 % cuando se realiza esa pregunta a mujeres, «futuras profesionales sin referentes femeninos que les sirvan de aliento».
Estos cuatro últimos años la cifra de mujeres en esta industria no ha hecho más que disminuir, debido a que muchas se encarrilan hacia otro tipo de trabajos más estables o a convertirse en trabajadoras autónomas. El Anuario del Videojuego realizado por la Asociación Española del Videojuego en 2019, revela que hay un 42 % de desarrolladoras autónomas, frente al 56 % de los hombres.
La desarrolladora Laura González, en el documental Nerfeadas, explica que este «es un trabajo cansado y mal pagado». Según el Informe de las condiciones de vida y trabajo en el desarrollo de videojuegos en España, en la industria española el salario medio está en 21 898 euros brutos anuales, existiendo una diferencia de 3367 euros entre hombres y mujeres. La ingeniera canaria cree que «seguirá persistiendo el problema mientras quiénes dirigen la empresa sigan viendo a la mujer como menos que los hombres o incluso los propios compañeros saben de este tipo de casos y se callan».
«Un 33 % de las mujeres dice haber sido acosada en su trabajo actual o en anteriores empleos»
El mismo informe revela que casi seis de cada diez mujeres aseguran haber sufrido discriminación en su trabajo actual o en anteriores empleos, mientras que un 33 % dice haber sido acosada. La profesional Miriam Artemis, cuenta desde sus propias carnes como vivió esta experiencia: «Me he sentido acosada numerosas veces en eventos de videojuegos, incluso con índole profesional. Muchas veces se aprovechan estos círculos para ligar».
En el estudio realizado por Santana se explica que en un 7 % de los casos el sexismo aparece por la falta de mujeres o por la presencia de la mujer como «sumisas que esperan ser salvadas».
Esta situación las lleva a no poder denunciar. El problema no es solo la poca presencia de mujeres, a esta problemática se suma también la explotación laboral. «Si una profesional denuncia un caso de acoso se queda sola, por eso no lo hacen, porque saben que no volverán a encontrar trabajo», comenta la creadora del documental.
«En una industria mayoritariamente masculina se levanta una barrera hacia nosotras, especialmente a la hora de socializar»
Valeria Castro, fundadora y CEO de la empresa Platonic Games, comenta en el documental que «el ambiente de trabajo es tóxico respecto a las mujeres. En una industria mayoritariamente masculina se levanta una barrera hacia nosotras, especialmente a la hora de socializar». González también apunta a que esta situación lleva a la industria a crear «sesgos inconscientes, ya que la mayoría de habilidades que se piden, como capacidades de liderazgo en lugar de capacidad para gestionar equipos, son masculinizadas».
Una vez consigues el empleo, empiezan los problemas. Judit Tur, traductora de videojuegos, pone el foco en el Síndrome del Impostor atribuyéndolo a la cantidad de mujeres que lo sufren. «Debes estar demostrando constantemente la experiencia que tienes en videojuegos, cosa que los chicos no tienen que hacer», explica.
Como bien explica el documental, «que el gigante se pliegue puede significar que las cosas están cambiando». Para alcanzar la igualdad, Nerfeadas propone reconstruirlo todo, «desde la cultura que minsuvalora las aportaciones femeninas hasta el propio lenguaje que utilizamos al trabajar». Un cambio significativamente grande que las mujeres no pueden realizar solas.