Dailos Ruiz: creando ‘monstruos’

Cultura / Ocio

En las sombras y los resquicios que deja la luz germinan las fotografías de Dailos Ruiz Armas (Fuerteventura, 1989). Este artista explora los limbos entre disciplinas, desde la composición figurativa de imágenes hasta la arquitectura efímera. Y todo ello está conectado por una creatividad desordenada y oscura, donde el caos y la desfiguración de la realidad dan cobijo a un trabajo que se ha alojado en el Centro Atlántico de Arte Moderno (CAAM) o publicaciones como The Cultural.

Perdiendo el contacto con la realidad, las escenas de su trabajo se antojan atípicas. Mujeres, lugares diáfanos y dudas rellenan el espacio entre el espectador y la obra. Sin embargo, Dailos Ruiz también explota ramas como la arquitectura efímera con trabajos que modulan escaparates o escenografías. Y, entre un limbo y otro nacen ‘monstruos’: desproporciones e imágenes que llaman a nuestro recuerdo.

¿En qué consiste la arquitectura efímera? «Básicamente se trabaja con diseños de stands, escenografías, instalaciones artísticas. Es un trabajo, como dice su nombre, efímero. Dura un tiempo específico, sin más. A diferencia de la arquitectura convencional, la obra que se trabaja es pasajera. Nace para cumplir una finalidad específica en un tiempo muy concreto. Esto elimina muchas pautas, y podemos utilizar materiales distintos que no se emplean en otras obras arquitectónicas».

¿Hay alguna belleza inherente a este trabajo instantáneo que escapa a lo estático? «No. En realidad no es una condición totalmente necesaria. Pero es cierto que sí puede existir una belleza específica en algunos trabajos como escenografías o instalaciones artísticas que están pensados para ser desechados. De todos modos, al igual que en el diseño, estas bellezas están reñidas por el encargo, por lo que te pida quien te encargue el trabajo».

“Busco algo más real”


¿Cuáles son sus principales referentes artísticos? «Una de mis fotógrafas favoritas es Diane Arbus. Su fotografía es oscura y directa, quiere que el espectador sienta temor o vergüenza. Me gusta que su trabajo sea en blanco y negro. Le encuentro una belleza importante a la ausencia del color. Sin embargo, también aprecio mucha la fotografía de Joel-Peter Witkin con una imagen grotesca, oscura, hecha para recordar, para dejar secuelas. De todos modos, no suelo tener muchas referencias a la hora de trabajar. Me gusta más buscar algo personal o que esté relacionado con mi entorno para materializar mi trabajo. Busco algo más real».

Trabaja con fotografías y juega con luces y sombras, ¿qué busca causar con ellas? «Penumbra, oscuridad, realidad. No quiero causar miedo, sino capturar el interés. La ausencia del color hace más directo el mensaje, no hay tanto descontrol».

En la exposición que tiene ahora mismo en el CAAM juega con trozos de personas y siluetas, ¿por qué? «La idea de esta obra se basa en la idea de ‘belleza perfecta’ de la gente común. Imagina que juntásemos los gustos de distintas personas en el mismo cuerpo, el resultado sería un caos. Si miramos como individuales, la persona puede ser bella, pero cuando juntamos todos esos fragmentos de ‘belleza’ creamos un monstruo, es algo grotesco, se pierde la belleza primigenia. Y eso es lo que he retratado en los collages que he expuesto en el CAAM».

“Veo una belleza diferente en las mujeres”


Recurre a fotografías de mujeres, ¿qué lugar ocupan en sus proyectos? «Yo he nacido y me he criado en un ambiente de mujeres. He visto con el tiempo la realidad que las rodea y eso me empuja a cederles un espacio importante en mi trabajo. De hecho, al principio, mis fotografías eran solo de mujeres. Trato de plasmarlas como una ‘mercancía’ en nuestra sociedad para darle valor crítico al trabajo. También desarrollé un proyecto en torno a Sylvia Plath para The Cultural que va de la mano con estas ideas. Al final, lo que he querido es fotografiarlas con respeto, cariño y belleza».

¿Tiene algún proyecto pensado o en marcha ahora mismo? «En este momento estoy preparando una convocatoria del TEA. Tengo algunas ideas rondándome por la cabeza, o incluso quiero recuperar algunas como la que presenté al CAAM, me apetece crear más monstruos».

Un asiento en la mesa del inconformismo y lo aberrante. Proyecto de tantas cosas. Transparente por cualesquiera que sean sus costados. Ademán de periodista.

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