La catedrática es investigadora de la Economía de la Salud. Foto: PULL

Beatriz González: «La pobreza es un factor de riesgo para la obesidad»

Sociedad

«Las frutas y las verduras son los alimentos más caros. Ha aumentado el consumo de azúcar y la dieta ha empeorado»

Alrededor de doce millones de personas padecen obesidad en España, una enfermedad a la que se da visibilidad el día de hoy, 4 de marzo, en el día Mundial Contra la Obesidad. Afecta a un 26,3 % de la población del País. Beatriz González López-Valcárcel, especialista en economía de la salud, investigadora y catedrática de Métodos Cuantitativos en Economía y Gestión de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, arroja una visión social al asunto. Ha estudiado la obesidad como un problema que surge a raíz de las desigualdades socioeconómicas y del nivel educativo de la población.

Los parámetros para determinar la obesidad están medidos por la Organización Mundial de la Salud. Sus causas, como indica González, son “multifactoriales, algunas son genéticas, pero también influyen factores ambientales y del estilo de vida”. A raíz de hábitos no saludables se produce un desequilibrio entre lo que comemos y el gasto calórico de lo que ingerimos, lo cual genera obesidad. Las consecuencias de esta enfermedad se centran, a grandes rasgos, en diabetes y problemas cardiovasculares y en las articulaciones.

La principal causa de esta condición tiene su origen en la educación. El desconocimiento de cómo alimentarse de forma adecuada deriva en una dieta en la que se consumen productos con alto contenido en grasas y azúcares y que no aportan los nutrientes necesarios para el organismo. La catedrática expone la evidencia científica de que hay un mayor riesgo de obesidad, en especial para las mujeres sin estudios universitarios. También comenta el ejemplo de las bebidas azucaradas: «Su consumo, sobre todo en menores, es un factor de riesgo alto para la obesidad y hay una relación con el nivel educativo de sus progenitores». Así, podemos referirnos a la obesidad como un problema que puede derivar de las interacciones sociales. La unidad familiar puede trasladar sus malos hábitos con la comida a sus hijos e hijas.

“Las fuerzas de mercado hacen que los alimentos más baratos sean los más calóricos y azucarados”


González también destaca el importante papel que juega la posición socioeconómica. Las grandes cadenas de supermercado ofrecen alimentos muy densos calóricamente a precios más baratos: «Si alguien tiene pocos ingresos, la solución para poder comer es recurrir a estos alimentos», explica.

La rutina de las personas deja poco tiempo para el planteamiento y la preparación de sus comidas. La tendencia es consumir productos precocinados, fritos o comprar en establecimientos de comida rápida. Restaurantes donde ofrecen productos hipercalóricos y azucarados por precios bajos. Muchas personas eligen esta opción y aumentan así el riesgo de padecer obesidad.

Cerca de un 40 % de las muertes que se producen en nuestro país son de riesgos evitables, modificables o conductuales, entre ellos, a causa de la dieta (12 %) o el sedentarismo (8 %). Beatriz González habla de adoptar políticas no sanitarias. Apunta que «la obesidad no se combate solo con endocrinos y nutricionistas; se combate con impuestos sobre las bebidas azucaradas, con la construcción de carriles bici y promoviendo el ejercicio físico, entre otras medidas».

En la actualidad, en los índices de obesidad del país no se observa una tendencia a empeorar. Sin embargo, la Covid-19 ha empobrecido a muchas familias y las consecuencias para la salud, como explica la investigadora, «se verán dentro de unos años. Ahora, a corto plazo, no es fácil de ver». 

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