«La relación entre política y ética se puede solucionar desde la visión foucaultiana»

Artes y Humanidades

La conferencia Ética y política de sí se celebró ayer viernes, 9 de marzo, dando por concluido el Seminario de especialización Michel Foucault y la hermenéutica de la subjetividad. Últimas indagaciones , organizado por la sección de Filosofía de la ULL. El invitado fue el profesor de la Columbia University y University of Saint-Louis Daniele Lorenzini. Durante su exposición, en el salón de actos de la Pirámide de Guajara, expuso un problema que no solo considera que es de la filosofía, sino también de la sociedad, y que se puede solucionar con los estudios de Michel Foucault: la relación entre la política y la ética.

Al comienzo, Lorenzini planteó una serie de preguntas de cómo habría de ser un buen político o cómo hay que gobernar. Para ello, consideró que la respuesta está en la filosofía. Asimismo, comentó que la filosofía occidental ha separado la política de la ética y lo público de lo privado, y que esto debería ser cuestionado. Para explicar la conexión que hay entre ambos términos recurrió a pensamientos foucaultianos.

Un nuevo significado de política


Tomando como punto de partida varias obras del filósofo francés, presentó un concepto más amplio de política, el cual cuestiona el significado tradicional que defiende la filosofía occidental clásica. “Político, en este nuevo sentido del término, no es solo una relación entre los ciudadanos y su gobierno, sino también del médico y su paciente, entre los padres y los hijos, etc. Está en juego una cierta dinámica de fuerzas, de mandar uno sobre el otro y también de evitar ser mandado», recalcó. Por tanto, el analista extiende la política a cada campo de contacto interpersonal en su nuevo pensamiento y va más allá, añadiendo que  “no es solo la relación entre dos o más individuos, sino del individuo consigo mismo”.

Asimismo, planteó durante su ponencia cuál es el objetivo de las estrategias gubernamentales. “Inducir las conductas de los individuos, estructurar de algún modo la relación del individuo consigo mismo”, aseveró el docente. Foucault distinguió dos sistemas de gobernar: el que se basa en el miedo para controlar al pueblo y, el que él considera más eficaz, que consiste en estructurar el comportamiento para conseguir que sean los propios ciudadanos quienes deseen ser dirigidos.

Este último es el principio básico del poder pastoral ubicado en el libro Security, Territory, Population. Posteriormente, en su libro Gobierno de los vivos, erevisó el planteamiento inicial y especificó que la persona no debe anular su voluntad, debe querer lo que quiere el dirigente.

La ética de sí


Por otro lado, está el aspecto de la ética. Foucault la redefine separándola de la moral, entendida como código de comportamiento, de la relación de sí consigo mismo, desarrollando lo que define en 1980 como técnicas o tecnologías del yo. De esta forma, el pensador une la ética con la política.

Así, el historiador, con el paso del tiempo, vuelve a establecer que “gobernar, por tanto, no significa forzar a las personas a hacer aquello que quiere quien gobierna, por el contrario, se trata de un equilibrio versátil hecho de complementariedad y conflictos entre tecnológicas del poder y tecnologías del sí”, entre subyugación y subjetivación. Los últimos análisis de la ética de Foucault contienen una gran carga política.

Lorenzini destacó la política de nosotros mismos, que permite a la persona, aunque sea temporalmente, librarse de los insturmentos del gobierno. El escritor mantiene que la ética en la sociedad occidental ha estado históricamente ligada a  “la religión, las leyes y la ciencia”. Sin embargo, subrayó, «estos tres pilares han perdido su razón de ser en este aspecto». Para finalizar, el autor recurrió a la ética grecorromana para demostrar que «se puede desarrollar una ética de sí y de nosotros mismos».

Estudiante de Periodismo en la Universidad de La Laguna. Tinerfeña. Si algo debes saber de mí es que adoro leer. Me apasiona el mundo del cine, de las series y la moda. También me gusta pasar tiempo en las redes sociales, admito que me encanta cotillear. No puedo estar más de un día sin escuchar música y siempre es un buen momento para sacar alguna foto.

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