Resulta curioso cómo aprendes a amar una asignatura cuando el profesor habla, con garra, desde las entrañas. Cuando sientes que lo que estudias no es una materia, un examen o una disciplina, sino algo que necesitas absorber como método de supervivencia. Por supuesto, un gran sentimiento y una infinita verdad, extrapolables a cualquier mundo. Y es que, a veces, amamos lo que hacemos porque personas que lo amaron primero nos enseñaron a amar.
Después de hablar con María Roldán, monitora de tiro con arco de la ULL, puedo afirmar dos cosas: que vive para ser arquera y que, sin querer, inyecta en los demás la necesidad imperiosa de querer serlo. Y no es marketing, es pasión.
María forma parte del Club de Arco Tineret. Un equipo que se funda en el año 1997 y que desde sus inicios ha estado ligado al Servicio de Deportes de la ULL. “La Universidad nos facilita un montón las cosas: nos presta las instalaciones, nos cede almacenes para guardar el equipo, nos proporciona nuevos materiales… La verdad es que gracias a ella nuestro club ha podido evolucionar”, explica.
En estos últimos años, el incremento de alumnos ha sido considerable y María Roldán lo reconoce: “Hubo un boom por el tema de las series y las películas. Los juegos del hambre, Juego de tronos… pero aunque empieces por querer ser como Katniss (personaje principal del largometraje dirigido por Gary Ross) –comenta entre risas–, la verdad es que después se enganchan y disfrutan, que es lo importante”.
Roldán es campeona de Tenerife y de Canarias y ha competido a nivel nacional en campeonatos de España. Son muchos años detrás de un arco y, cómo no, la curiosidad puede: “Es mi vida. Empecé por probar y se ha convertido en mi hobby, en mi distracción, en mi trabajo y en mi pequeño ático de paz y equilibrio mental”.
Las clases se imparten los martes y los jueves de 14.30 a 15.30 y la edad mínima para sentir y palpar un arco son los 7 años. “No hay que olvidar que es un arma”, destaca la monitora. “De hecho, necesitas una licencia federativa, seas externo o pertenezcas al club. Soy bastante estricta con la normas de seguridad pero tiene que ser así”.
Adrián Merlo, estudiante de Económicas en la ULL, es uno de sus alumnos más longevos. ¿Qué simboliza el tiro con arco en tu vida? “Es más que un deporte. Es un objetivo que te ayuda a progresar en la vida. Creo que es una de esas actividades en las que sientes que merece la pena todo lo que has vivido. Además, vas notando como tu propio cuerpo evoluciona, te sientes bien contigo mismo, te sientes realizado”.
Ahora imaginémonos a un arquero. Está colocado sobre la línea de lanzamiento, con los dos pies a la altura de los hombros. Toma aire, infla los pulmones con suavidad y gira el torso. Los pies permanecen clavados. Ha llegado el momento. Es su hora. Levanta el arco, tensa la cuerda sobre sus labios y… ¿Qué pensará María Roldán antes de lanzar? “En nada. Y si piensas, tiene que ser en cosas muy concretas: mano de arco, suelta, espalda… Pero lo mejor es tener la mente en blanco”.
Después de la entrevista cojo el arco. Me siento indescriptiblemente bien. La primera flecha todavía estará flotando por algún lugar remoto de la estratosfera… Es una sensación única.