Marcos Tejera, en el Servicio de Deportes de la Universidad de La Laguna. Foto: J. Padrón.

Marcos Tejera: «La lucha canaria es más que un deporte»

Deportes

Marcos Tejera es un estudiante de cuarto de Fisioterapia en la Universidad de La Laguna. Es un apasionado de la lucha canaria, ya que la practica desde niño. Tras sus comienzos en el Brisas del Teide, actualmente pertenece al Chimbesque de San Miguel Abona. Tras casi veinte años dedicándose a ella ha conseguido obtener unos valores muy positivos y anima a las futuras generaciones a seguir disfrutando de este deporte, único en Canarias.

¿Desde cuándo practica lucha canaria? «Empecé a practicarla con cuatro años. Lo combinaba con el judo, ya que fueron mis dos principales deportes durante toda mi infancia. Me encantaban porque era un niño con mucha energía, y esa era mi forma para liberarla. Es cierto que también realicé otros deportes más típicos como el fútbol y el baloncesto. Pero con el paso de los años me iba dando cuenta que lo mío eran los deportes de contacto, sobre todo, la lucha canaria».

¿Cuál ha sido su trayectoria? «Desde que comencé hasta los 6 años estuve en el Brisas del Teide, de Fasnia. Después me fui a la escuela municipal de Arico hasta los 9 años y posteriormente hasta los catorce en Candelaria. Aquí tuve uno de los monitores que más me marcó en la vida, que fue Juan Luis Goya. Durante un año combiné entre Candelaria y el Brisas del Teide, hasta que me fui al Chimbesque de San Miguel, donde llevo desde los quince años hasta la actualidad».

¿En qué momento se aprende más? «La lucha canaria para la etapa del niño es fundamental en cuanto a valores, tanto de responsabilidad y compromiso, como también de saber ajustarse y adaptarse a unos horarios. Permite adelantarse a la vida adulta. Además te suma valores como la nobleza y respetar al compañero y rival. De la fase escolar recuerdo que iba más para pasármelo bien y disfrutar. Ya con el paso de los años empiezas a competir, sobre todo en el paso de cadete a senior, aumenta el compromiso y las ganas de ganar».

¿Siente que la lucha canaria está marginada? «Desde mi punto de vista, tenemos la ventaja de que al ser un símbolo de Canarias, no creo que sea un deporte aislado. Es cierto que no es tan popular como otros deportes. Pero me considero afortunado de nunca sentirme menospreciado por practicarla. Al final he hecho lo que más me gusta y me ha hecho sentir feliz».

Marcos Tejera durante una luchada. Foto: PULL.

¿Qué es lo que más le gusta en el momento de luchar? «Lo que más me apasiona a la hora de entrar a un terrero de lucha es competir contra otros equipos, demostrar esa ambición por vencer y demostrar que todo el trabajo realizado en los entrenamientos ha merecido la pena. Lo que tengo claro es que se gane o se pierda, siempre hay que mantener una actitud muy buena para lograr el máximo nivel».

¿Cuál es su mejor recuerdo en el terreno? «Tenemos tres competiciones: La Copa Regional, que se disputa en toda Canarias; y dos que se disputan en Tenerife, la Copa y la Liga Insular. Esta última, el año pasado fue un curso muy duro, pero conseguimos ganarla. Por ello le guardo un recuerdo muy especial. Pero lo más importante para mí es todo el proceso que se ha llevado a cabo. El sacrificio de los entrenos y del día a día. Con eso es lo que más estoy orgulloso».

«Necesitamos que los colegios potencien este deporte»


¿Se está perdiendo la tradición de este deporte? «No. Creo que desde fuera se ve muy diferente a como es realmente. Se puede pensar que se está abandonado. Pero creo que actualmente se está apostando mucho desde la etapa infantil. Hay muchas ganas desde esas edades por comerse el campo, y sobre todo de divertirse. Al ser un deporte tradicional, es verdad que no se practica tanto, pero aún así todavía hay mucha gente involucrada».

¿Hay que impulsar más esta actividad en los colegios? «Es importante promocionar este deporte en los colegios, porque quieras o no, a vistas hacia el futuro y de mantenerlo vivo, es lo que nos va a dar esa esperanza. Es decir, las personas que lo están practicando hoy en día, dentro de diez o quince años, quizás ya lo hayan dejado y lo único que nos queda es que quienes estén en la etapa escolar, lo sigan practicando. Entonces, hay que impulsarlo en los colegios e implementar más actividades extraescolares para tener una buena base de cara a los próximos años».