Efraim Javier González leyó en la Facultad de Ciencias de la Universidad de La Laguna (ULL) su tesis doctoral Análisis y solución al problema de contaminación por dispersión del SARS-CoV-2 en el aire exhalado de pacientes con COVID-19. Diseño de Sistema de Captación e Inactivación del Virus, dirigida por Manuel Jesús Rodríguez, del Departamento de Ingeniería Industrial. El trabajo deriva de una invención cuyo dispositivo patentado capta e inactiva agente biológicos patógenos, como bacterias o virus, en fluido mediante su paso a través de una o varias zonas de tratamiento modelables y configurables.
La patente P202000141, solicitada el 9 de octubre de 2020 y concedida por la Oficina Española de Patentes y Marcas el 22 de septiembre de 2022 tiene un valor estimado, según la tasación realizada por la consultora BHV Partners, de 2 477 158,58 euros. La idea de este dispositivo surgió durante el inicio de la pandemia debido a la incertidumbre sobre como acabar con el virus SARS-Cov-2 en el aire de pacientes aquejados de COVID-19.
La iniciativa responde a la necesidad de averiguar en el menor tiempo posible la manera de combatir cualquier agente patógeno futuro con los medios disponibles. Todo ello mediante la consecución de otro de los objetivos del proyecto, como es la elaboración de un dispositivo capaz de readaptarse y utilizarse como banco de pruebas para la obtención, en el acto, de posibles configuraciones o agentes biocidas capaces de inactivar cepas del SARS-Cov2 o a un posible virus futuro.
«El dispositivo puede ser utilizado como medida de protección en sitios cerrados donde exista riesgo de contagio»
El doctorando asegura que el sistema propuesto puede ser utilizado como un elemento captado e inactivador de agentes biológicos patógenos con los equipos empleados en las prácticas o actividades en centros de salud y hospitalarios, como medida de protección colectiva e individual. También añade que «puede ser utilizado como medida de protección en sitios cerrados donde exista riesgo de contagio, tal y como ocurre en el transporte público o privado, en lugares de trabajo y de ocio o en el propio hogar».
Su uso como dispositivo de ensayo permite estudiar la capacidad de los distintos tratamientos físicos y químicos, así como analizar los tiempos y superficies de contacto requeridas, para captar e inactivar agentes biológicos patógenos en un flujo continuo de gases o líquidos; sirviendo de herramienta para su propia definición y consolidación final en función de cada caso. El proyecto empezó a desarrollarse en marzo de 2020 y tras dos meses quienes investigaban ya contaban con el primer prototipo utilizable y después de los primeros ensayos con bacterias, obtuvieron resultados satisfactorios: el dispositivo era capaz de inactivar microorganismos con una efectividad del 99,99 % en un solo minuto.
Esperando las muestras de SARS-COV-2, mejoraron el diseño del dispositivo y elaboraron un segundo prototipo. A principios de julio de aquel año, el Informe Tecnológico de Patentes (ITP) les indicó que era novedoso con actividad inventiva, por lo que podría ser patentable. En agosto de 2020 se realizaron ensayos con el primer prototipo y con SARS-COV2, con lo que se pudo corroborar que era capaz de desactivar el virus en un flujo de aire con una eficiencia del 99,99 %. Además, el ITP informó que también podrían resultar patentables los distintos usos descritos del dispositivo para la captación y eliminación de patógenos de fluidos y el testado de materiales biocidas, así como aquellos métodos o procedimientos particulares para llevar a cabo los usos anteriores.