El TEA acoge desde ayer el XVIII Curso de Primavera del Instituto Nacional de la Mujer y la ULL. La artista Noelia Villena, graduada en Bellas Artes, abrió el evento hablando sobre los aspectos de su obra, en los que se manifiesta su postura feminista.
Los símbolos están presentes en toda la obra de Villena. La aguja, el lobo, el conejo. Todos están relacionados con la mujer. La aguja le ha servido como material a la hora de elaborar sus dibujos, pero también representa la técnica de las primeras mujeres artistas y el rol que la sociedad les ha asignado.
El debate durante la ponencia de Villena ha girado en torno a si la artista se declara a sí misma una artista feminista. “Entiendo dónde está la controversia», afirma Villena, pues «suele huirse de la etiqueta feminista por miedo al sexismo que existe en el arte”.
Esta creadora de arte ha señalado que, más que relacionar su obra con el feminismo, se relaciona a sí misma con el movimiento, ya que su obra “no tiene los rasgos típicos de otras creaciones que sí han sido etiquetadas como tal”, aclara.
La naturaleza, como parte de un mundo idealizado e inexistente, es una de las inspiraciones en las creaciones de Villena. “Me encuentro entre la crítica y la fascinación, pues rechazo a la mujer natural pero busco el asalvajamiento”, comenta.
Noelia Villena también comentó la situación precaria de los artistas. Ella se define como muchas cosas: camarera, feminista y artista. Sin embargo, confesó que existe un momento en la vida en el que hay que plantearse si la profesión debe ser a tiempo parcial. “En la actualidad existe un juego peligroso que podría hacer desaparecer a muchos artistas”, concluyó la autora.