Zeta Zetas revalidó el primer premio en Interpretación. Foto: N. O.

Zeta Zetas desborda talento

Cultura / Ocio

Como es tradición, la afilarmónica Ni Fú – Ni Fá abrió ayer viernes, 7 de febrero, la final del Concurso de Murgas Adultas del Carnaval de Santa Cruz de Tenerife. La polémica por la novedosa venta de entradas fue la protagonista indiscutible de la noche. Por primera vez en la historia se vendían unas numeradas, así como otras en los laterales del reciento donde debían estar de pie. Una medida que no gustó nada a los murgueros y que se reflejó en todas y cada una de sus canciones. Los cerca de 7500 espectadores que en el Recinto Ferial se dieron cita bailaron, rieron y disfrutaron de una final innovadora, y al mismo tiempo, nostálgica con el paso de los años. La ganadora del premio a mejor interpretación fue Zeta Zetas, proclamándose como la mejor murga de los últimos cinco años (al haber ganado en 2017 y 2019).

Por detrás quedaron Diablos Locos, Bambones y Mamelucos. La polémica estaba servida. Al entregar el segundo puesto a los diablos el sonido de viento fue el protagonista. Muchos de los allí presentes consideraron que los de Maxi Carvajal merecían ganar.

El premio a la Mejor Presentación lo ganó Mamelucos. Los siguientes fueron para Diablos Locos, Zeta Zetas y Burlonas.

Diablos Locos


Diablos Locos dio el pistoletazo de salida, al igual que el año pasado. Con cincuenta años a sus espaldas y veinticinco consecutivos llegando a la gran final, la emoción y las ganas de hacer una gran actuación se notó y mucho por parte de estos veteranos.

Comenzó su actuación con un homenaje sorpresa a su director, Maxi Carvajal, quien se despidió entre lágrimas del mando de esta agrupación. Desde el primer minuto lograron meterse al público en el bolsillo, quienes en pie, cantaron y animaron a los diablos.

En el primer tema titulado El congreso, un musical de risa, representaron al Congreso de los Diputados. Disfrazados de cada uno de los máximos exponentes políticos hicieron un repaso del panorama actual, siendo muy críticos con la vaga labor que hacen.

En el segundo sencillo a concurso, bajo el nombre de La Purga, continuó con el juego de luces que los acompañaba desde el inicio. De hecho, empezaron con un comunicado simulando que comenzaba La Purga. Entre locura, cánticos y confetis los ciento dieciséis diablos lograron combinar la innovación con la más pura esencia de las murgas tradicionales, lo que cautivó a los más de siete mil chicharreros que allí se dieron cita. Fueron muy críticos con el novedoso sistema de venta de entradas numeradas, al tiempo que reivindicaron la igualdad entre las murgas adultas y las infantiles.

Los diablos quedaron, por novena vez en su historia, segundos. Foto: N. O.

Mamelucos


Al igual que los anteriores, Mamelucos también estaba de aniversario: cumplió cuarenta años. Logró mantener en pie a un público aún exhausto tras la actuación de los de Maxi y Tommy Carvajal.

Al igual que en la fase clasificatoria, donde se caracterizaron por ser muy críticos con diferentes asuntos, en la gran final no fue para menos. En su primer tema, titulado Alerta Spoiler, adelantó al público presente los posibles finales de una mala educación en Canarias, o bien, el de una futura subida del alquiler, así como el que estaba en boca de todos: las entradas.

Respecto a su segunda canción, continuó con esa faceta reivindicativa. Con Me pongo en tu lugar exigieron a las autoridades políticas que mejoraran su faceta empática.

Aunque la actuación comenzó con el apoyo ferviente del público, se notó cómo este aflojó bastante fruto de la interpretación que estaban llevando a cabo. La razón es que por momentos desafinó o que no les dio tiempo a finalizar con su despedida. Todo ello hizo que los de la calle de La Noria dejaran un sabor agridulce.

Desbocados


Después de la actuación de Mamelucos mucha gente abandonó el Recinto. Pero a los que decidieron quedarse para la actuación, los rodeó un áurea de incertidumbre y emoción. El motivo fue que después de once años Desbocados entraban en la gran final. El sueño con el que tantos febreros habían fantaseado, en la noche de ayer, lo hicieron realidad.

Comenzó con un tema titulado El cambio climático, y a pesar de ser bastante plano en lo que a la presentación se refiere, consiguió que el público se centrara en el mensaje por la defensa del Planeta. Además, bajo el lema del reciclaje, propuso enviar al contenedor amarillo esa rivalidad entre murgueros. Finalizó con el grito al cielo de Santa Cruz de: «¡Familia!».

Los hombres de Juan Jesús Padilla criticaron sobre la palestra los datos sobre el reparto presupuestario del Gobierno de Canarias. Con calculadora en mano los fueron desgranando todos uno a uno, de ahí el titulo de la canción La calculadora humana. De igual forma, continuaron con el hilo del primer sencillo y dedicaron un pequeño homenaje a Masi y Tommy Carvajal, de Diablos Locos. Como también, a Bohemios y Cariocas, quienes con varios representantes estuvieron presentes en el escenario.

Zeta Zetas


Eran uno de los que se preveía que iba a ser de los grandes protagonistas de la noche. Tras varios minutos preparando todo, los ganadores de 2019 comenzaron su actuación con unos jóvenes músicos entre las sillas del público. Los siguió otra banda en el escenario, y tras esta, finalmente comenzaron. Con el calor del público en pie, el pasacalles de los Zeta Zetas empezó a retumbar en todas las paredes del recinto. Los de Javier Lemus habían llegado.

El primer tema, llamado El zcrabel, se centró en los críticos que dicen que sus canciones no tienen buenas letras. Por ello, la puesta en escena se basó en crear palabras y frases con letras del tamaño de una persona. Este primer sencillo finalizó con «un criticón no cambiará mi estilo».

La publicidad llegó al escenario, pero lo hizo a la manera de los Zeta Zetas en su segunda canción, bajo el nombre de La valla publicitaria. Con unas pantallas giratorias y con la murga dando la espalda al público, realizó un homenaje a las mujeres, a los que no tienen voz, a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, así como, y este fue el broche final de su actuación, al talento canario desperdigado por el Mundo. En ese momento, el escenario se convirtió en una gran plaza de isleños conocidos como Manolo Vieira, Pepe Benavente, Las K-Narias, Efecto Pasillo y muchos más. El público enloqueció en un estallido de orgullo canario.

El juego de luces de Zeta Zetas fue primordial para su actuación. Foto: N. O.

La Traviata


La murga de Josechu Álvarez, conocida por ser muy crítica y clara en sus canciones no fue menos. Los murgueros dejaron de ser los protagonistas y pasaron a serlo las diferentes causas sociales que citaron en su primera canción Protagonistas. Durante esta se trasladan a un estadio, un campo de fútbol, donde consiguen marcarle «un gol al machismo». A su vez, reivindicaron que una persona no pueda subsistir con trescientos euros, así como los problemas para acceder a las oposiciones.

En el segundo sencillo, En paz descanse, combinó humor y homenaje. Comenzó leyendo la esquela de Coalición Canaria y finalizóndedicando unas estrofas a todos los grandes del carnaval canario y que hoy lo ven desde un palco privilegiado.

De igual manera, La Traviata fue protagonista durante todas las fases ya que lanzaron una campaña de recogida de tapones para la Asociación Iraitza, bajo el lema Un murguero con tapa. Al finalizar la actuación agradeció la gran acogida, puesto acumularon cerca de cinco toneladas.

Bambones


El «mi vida es ser un bambón» del pasacalle de los del Cardonal se escuchó bien alto y bien fuerte por todo el Recinto Ferial. El público en pie, bailando de lado a lado y con la garganta a todo vapor, acompañó a Bambones, que dio una lección del compañerismo al dedicarles dicho inicio a Maxi Carvajal.

Los noventa y siete componentes entonaron el primer sencillo Tontos por cientos, donde desglosaron todas aquellas cifras que, según ellos, «nos dan en porcentajes para despistar». En base a esto criticaron la pobreza en Canarias, como también, las entradas numeradas. Clausuraron esta primera parte con un homenaje a los de la Isla vecina por los incendios sufridos durante el año pasado.

La murga pasó a la segunda canción y se produjo Un cero energético. En plena oscuridad los murgueros aprovecharon para dar luz a aquellos temas que merecen que se sepa la verdad, como la realidad detrás del concierto de Juan Luis Guerra. El recinto recobró la iluminación al completo gracias a «la marcha bambones», que puso el broche final a su actuación.

Burlonas


Con un público aún latiendo a la marcha de los de Primi Rodríguez, las setenta y dos burlonas, después de cuatro años seguidos llegando hasta la final, sabían cómo darle llevarse al público a su terreno. El pasacalles hizo reír, saltar y vibrar a todos los presentes.

En el primer sencillo (Lo que tú me pidas con un pasodoble te lo concedo) decidió interactuar con el público. Repartió carteles donde estos decidían sobre qué cantaban. Empezaron con el carnaval y cerraron de la misma forma. Las ganas puestas sobre el escenario por parte de las chicas de Adela Peña no fueron suficientes para lograr mantener ese fervor inicial. Las horas pasaban y el cansancio se abría paso entre el público.

Durante la segunda canción (La magia de nuestro carnaval) las murgueras dieron vida al cartel del carnaval de este año, rindieron homenaje a todas sus figuras icónicas y mostraron su lado más reivindicativo con asuntos como el cambio climático.

Trabachones


La murga revelación logró abrirse un hueco en la gran final. A los guerreros de terracota de Ione Expósito les tocó el papel más difícil: clausurar la velada. El cansancio, fruto de las altas horas de la madrugada en la que se encontraban, se notaba y mucho. Pero ello no impidió que el pasacalles pusiera a bailar a gran parte de los presentes.

Con el primer tema El Síndrome de Truman denunció esa sensación de que vivimos controlados y manipulados en todo momento, como la educación, la violencia de género o el maltrato animal. Con los que arrancaron aplausos del público.

Clausuró su actuación y la final con una caricatura del Congreso de los Diputados o como ellos lo llamaron: «El congreso de los disgustados».

Ione Expósito, director de Trabachones, por primera vez en la final. Foto: N. O.

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